LUNES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2000
* La cosecha de este año podría perderse
Huelga de recolectores de manzana en Washington
* Jornaleros, en su mayoría mexicanos, exigen incremento salarial
Roberto Bardini, corresponsal, San Diego, 3 de septiembre * Las lustrosas manzanas que se exhiben en los supermercados de México, importadas del noroeste de Estados Unidos, están impregnadas de invisibles retazos de lucha laboral. Fueron recogidas por manos mexicanas a cambio de menos de un salario mínimo estadunidense, y es posible que este año escaseen en las góndolas comerciales.
En Washington, principal productor de esa fruta, alrededor de 40 mil jornaleros están en huelga: reclaman un aumento del pago por su trabajo, que actualmente es de 5.70 dólares la hora. Habitualmente la recolección comienza a mediados de agosto y si el conflicto no se soluciona es posible que la cosecha se pierda.
México es el primer importador de manzanas, seguido por Canadá. Ambos países suscribieron en enero de 1994 el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Los campesinos piden que su salario se incremente a 6.50 dólares la hora. "Es una larga historia de negociaciones con los rancheros, que siempre ponen piedras en el camino o hacen trampa", comenta Antonio Rivera, coordinador de la Unión de Trabajadores Agrícolas en Washington, en entrevista telefónica con La Jornada.
La organización sindical (United Farm Workers: UFW, por sus siglas en inglés) fue fundada hace 30 años por el legendario líder chicano César Chávez, fallecido en 1993.
Rivera explica que hasta 1996 el salario de los trabajadores agrarios era de 4.90 dólares la hora. Luego de una fuerte campaña de movilizaciones iniciada en 1995 tanto en Washington como en el vecino estado de Oregon, se logró que el pago aumentara a 5.70.
Negociaciones posteriores acordaron que en el 2000 el salario subiría en relación con el alza del costo de la vida. A principios de este año se fijó un pago de 6.50 dólares la hora, que en la actualidad sólo unos cuantos rancheros cumplen en el estado.
"La mayoría de los dueños de las granjas y sus mayordomos piden que a cambio se trabaje más tiempo", dice Rivera. "No quieren discutir ni mucho menos firmar convenios colectivos porque derivarían en cláusulas obligatorias sobre mejores condiciones de trabajo, seguridad, salud y vacaciones".
Además, los propietarios de las tierras se niegan a negociar con la Unión de Trabajadores Agrícolas porque eso implicaría reconocerla como interlocutora en representación de los jornaleros. "Ellos sencillamente no quieren hacer la más mínima concesión", afirma el coordinador del sindicato.
La primera huelga de recolectores en Washington comenzó el 14 de agosto en el Flat Top Ranch, que es parte de la empresa Borton & Son, una de las más poderosas comercializadoras de manzana en Estados Unidos.
Rivera pide que se le transmita un mensaje: "México es el comprador número uno de las manzanas que aquí recogen con mucho esfuerzo otros mexicanos. Sería bueno que los paisanos de allá nos echaran una mano en esta lucha".