LUNES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* Enrique Berruga, autor del libro Propiedad ajena


El sesquicentenario de la pérdida de Texas, inadvertido

* Escaso ejercicio de la novela internacional de temas espinosos

César Güemes * Pese a lo que cabría esperar, la pérdida de Texas ocurrida hace siglo y medio no fue, en ese aniversario tan claramente significativo, el detonador de ponencias, mesas redonas o análisis académicos por parte de ninguno de los dos países involucrados. El extrañamiento es expresado por Enrique Berruga, diplomático de carrera, quien se dio a la tarea de revisitar, que no revisar, el lado humano de esos acontecimientos. Producto de su indagación es la novela Propiedad ajena (Planeta), que acaba de ponerse a disposición del público lector.

--Consigues tal vez un nuevo apartado dentro del género: la novela de relaciones exteriores, de la diplomacia.

--De hecho al arranque trataba de recuperar un poco la épica de nuestros países. Nosotros contamos con épica pero vemos que sólo se explota en el mejor sentido del término en las letras europeas. Ese fue el planteamiento original en cuanto a género. Y ciertamente siendo uno de los ocho "diplúmatas" nacionales, aún así somos pocos los que ejercemos la literatura y la diplomacia no sólo en el país sino a nivel internacional De hecho, que yo conozca, sólo Francia, Brasil y México es donde se da este fenómeno, desde luego digno de estudio.

--Bueno, está también Jorge Edwards, en Chile.

--Casos aislados ha habido muchos. El propio Le Carré, que era primer secretario de la embajada británica en Berlín Oriental. Pero como una constante histórica sólo se da en México y en los países que menciono. El caso es que la novela internacional de ciertos temas espinosos de México se ha abordado poco. Pero creo que es un buen género para que estadunidenses y mexicanos vayamos juntos al diván del sicoterapeuta.

Asunto divisorio, enigmático y fascinante para México y EU

"El tema de Texas ha sido emblemático, divisorio, enigmático y particularmente fascinante para los dos países. Y lo cierto es que no hemos ido juntos a hablar de ese tema, en parte porque ha habido una historiografía del todo diferente: el ultrajado y el ultrajante. No ha habido punto de confluencia en este tema, como suele suceder con las cosas territoriales que siempre suman cero: lo que gana uno necesariamente lo pierde el otro. En el asunto de Texas ha habido ganadores y perdedores pero todavía es más complicado porque en esta parte del planeta se da el mayor roce entre las dos culturas dominantes del continente: la sajona y la latina. No necesariamente es un gozne, por cierto; hay ocasiones en que la comunidad mexicano-americana contribuye a la confusión colectiva".

--Se cumplieron 150 años de los acontecimientos de Texas. ¿La novela fue planeada para ese aniversario tan significativo?

--De hecho me equivoqué porque pensaba que con el siglo y medio de los tratados de Guadalupe-Hidalgo --firmados en 1848-- iba a darse una explosión intelectual tanto en Estados Unidos como en México para revisitar el capítulo Texas, la relación con el país vecino y lo que dejó de ser nuestro país en el siglo pasado. En fin, pensé que iba a haber una gran cantidad de análisis y de introspecciones sobre el asunto y no pasó casi nada, salvo alguna cosa muy menor en San Antonio.

--Si tenías a mano los elementos profesionales y técnicos para hacer un libro de ensayo, aprovechando con todo derecho los 150 años del caso Texas, ¿por qué te decides por una novela que no es tan fácil de enmarcar en un contexto histórico estricto?

--Porque a través de un género literario me parece que se puede averiguar más que mediante el estudio histórico. Se puede indagar más a fondo. Hoy día las relaciones internacionales se dan a un nivel sociológico que es tanto o más importante que el nivel político o económico. Es decir, las sociedades están actuando con una dinámica a veces muy montesoriana, es decir anárquica y suelta, pero lo hacen con gran enjundia. Normalmente la acción programada de los gobiernos viene con posterioridad. Indagar lo que está sucediendo con estas sociedades se puede hacer con un instrumento como la novela de manera mucho más ágil, atractiva y profunda.