MARTES 5 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* Manifestación de Hijos-México en el Zócalo


No entorpecer el proceso a Cavallo, exigen a De la Rúa

* Zedillo ofreció una cena en Palacio Nacional al argentino

Carolina Gómez Mena * En las afueras de Palacio Nacional, donde el presidente Ernesto Zedillo ofreció una cena de bienvenida al mandatario de Argentina, Fernando de la Rúa, unos 150 integrantes de la organización Hijos-México, constituida por ciudadanos del país sudamericano y descendientes de éstos aquí, realizaron un manifestación en la que demandaron al mandatario visitante, mediante pancartas, consignas y cantos, no entorpecer el proceso de extradición a España de Ricardo Miguel Cavallo.

En el contexto de esta visita oficial, Pablo Gershanik, integrante de la organización citada, declaró que uno de los principales motivos del acto era entregar una carta al presidente argentino, a fin de que éste deje de alegar el principio de territorialidad para evitar la extradición del ex director del Registro Nacional de Vehículos (Renave) a España.

En medio de consignas, entre las que resaltaba "Ni olvido ni perdón, Cavallo extradición", Gershanik precisó que este argumento no es valido en el caso del ex miembro de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), "pues no hay dos países que estén solicitando su deportación para juzgarlo", sino sólo España.

Agregó que hace algunos días Hijos-México hizo una solicitud de audiencia a la embajada Argentina para sostener una reunión con De la Rúa, en la cual le entregarían la carta; sin embargo, la representación diplomática negó la entrevista con el argumento de que la agenda presidencial "estaba ajustada".

En virtud de lo anterior, se les aseguró que el embajador argentino en México, Oscar Gallie, entregaría dicha misiva a De la Rúa, lo cual debió haberse concretado anoche, durante la recepción de la que el presidente argentino fue objeto por parte del mandatario mexicano.

Gershanik destacó que la entrega del escrito al presidente de la Rúa es un "acto simbólico", pues éste apoyó y votó en su momento las leyes del perdón a los criminales de la dictadura. "De él no esperamos nada, sólo que deje actuar a la justicia española para que Cavallo sea juzgado por la Audiencia Nacional".

Destacó que con o sin la intervención de De la Rúa, el movimiento Hijos-México "resistirá" y seguirá presionando para que el genocida no sea devuelto a Argentina.

"Una persona que torturó, asesinó y secuestró jamás podrá recomponer su vida en la libertad y menos aún disfrutando a partir del dinero robado a las víctimas desaparecidas y asesinadas."

Celebró la actitud de las autoridades mexicanas, las cuales, por medio de Interpol, detuvieron a Cavallo el pasado 24 de agosto en Cancún, cuando tenía la intención de abandonar México y dirigirse a su país natal.

Sin embargo, sostuvo que ahora el gobierno mexicano está obligado a no establecer acuerdo político alguno con De la Rúa sobre la deportación del ex director del Renave.

Rechazo a la impunidad

Por otra parte, Eduardo Moshes, argentino residente en México, aseguró que lo más importante del acto fue el repudio de la comunidad argentina a cualquier intención de deportación de Cavallo, conocido con el sobrenombre de Sérpico, hacia esa nación austral, pues ello implicaría "un acto de impunidad, porque De la Rúa no tiene ninguna intención de juzgar al genocida".

Gershanik coincidió con Moshes en el sentido de que deportar a Cavallo a Argentina sería "avalar una injusticia e impunidad", puesto que en su país este personaje ya fue absuelto de los crímenes cometidos, gracias a la aplicación de la Ley de Punto Final y Obediencia Debida.

Durante la manifestación, en la que se escucharon numerosas consignas de repudio, como la que decía "No hay punto final, Cavallo al penal", los agraviados expresaron: "El terrorista, torturador, genocida, tuvo injerencia en alrededor de 5 mil de las 30 mil desapariciones efectuadas durante la dictadura militar que se extendió de 1976 a 1983, así como en 227 secuestros, 110 detenciones y 16 casos de mujeres detenidas embarazadas que dieron a luz en cautiverio, a las cuales se les arrebataron sus hijos".

Las consignas fueron acompañadas por el sonido de redoblantes (pequeños tambores) y bombos, instrumentos de percusión típicos de esa nación y que en los años de la dictadura militar se utilizaron en los actos de protesta.

Los manifestantes llegaron a la Plaza de la Constitución alrededor de las 19:30 horas y minutos después elementos de la Estado Mayor Presidencial les colocaron una valla metálica que les impidió el paso hacia la puerta principal del Palacio Nacional. No ocurrió incidente alguno.