MARTES 5 DE SEPTIEMBRE DE 2000

* Si le ofrecen una pelea por un cetro mundial la aceptaría, anticipa

Zepeda anunció su retiro de los cuadrilateros

* En su combate de despedida planea disputar a Hugo Cázares el título nacional minimosca

Jorge Sepúlveda Marín * Luego de 16 años de rondar por los cuadriláteros, de tres oportunidades para ganar el cetro nacional minimosca y de otras tantas para alcanzar la cima mundial, lo que nunca logró, José Luis Zepeda anuncia su retiro con una última pelea por el título mexicano en la misma categoría, y sólo espera que Promebox le dé fecha, porque el rival es Hugo Cázares. Pierda o gane, asegura, se va.

Aunque existe la posibilidad de ganar el título nacional y que alguien le ofrezca una última opción mundialista, que no la desaprovecharía. Trata de ganar un poco más de dinero, pero de todas formas deberá trabajar para obtener el sustento diario de sus esposa y tres hijos.

Con la nariz chata, las cejas y los párpados plenos de cicatrices, el diminuto boxeador dice con cierto pesar que durante los 16 años soñó con coronarse monarca nacional, pero la mala fortuna lo siguió y no pudo vencer a los rivales.

Buscó y tuvo otras tres opciones para ceñirse la corona del mundo; dos veces en la división de los mosca en la Federación Internacional de Boxeo y la más reciente contra el incontenible poseedor del título mínimo del Consejo Mundial de Boxeo, José Antonio Aguirre, hace apenas unas semanas, pero tampoco se le hizo.

En los 16 años como boxeador logró comprar una casa, tiene su auto y algún dinero invertido, lo que le daría para mantenerse, pero desde ahora ya piensa en que deberá trabajar dentro del boxeo una vez que se retire.

Con 35 años de edad y fuerza para seguir boxeando, aunque con algunas dificultades, Zepeda ha acumulado 46 peleas, de las cuales ha perdido 18 y logrado tres empates; tiene 25 pleitos ganados.

Ahora es otro el sueño. Vencer a Cázares y allí mismo, arriba del ring, tomar el micrófono para anunciar a todos su decisión de retirarse. De ya no boxear más porque sabe que dio todo lo que tenía que dar y porque prefiere retirarse a tiempo y no como otros que se van después de cuando lo debieron hacer.