DOMINGO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Convocar a IP, iglesias y guerrilla, insta Sauri
PRI: redistribución del bienestar, meta de la reforma del Estado
Ť Sugiere cambios al marco laboral, derechos indígenas y fiscal
José Gil Olmos y Enrique Méndez Ť Para el PRI, las discusiones de la reforma del Estado que emprenderán los partidos y el Congreso de la Unión deben centrarse en "la redistribución del bienestar social" que culmine en una política para los marginados.
Dulce María Sauri, presidenta de ese partido, considera que no debe desaprovecharse la oportunidad para emprender una nueva reforma a la que se convocará no sólo a empresarios y a las iglesias, sino también a los grupos guerrilleros que decidan deponer las armas.
"Ojalá tengamos la imaginación y la capacidad para conciliar y construir acuerdos que permitan sacar lo mejor de esta situación. Si fracasamos, pasaría a ser una de las hojas perdidas en la historia del país", afirma.
A diferencia de intentos previos, agrega, en esta ocasión "el gran protagonista" tiene que ser la sociedad, y los partidos y legisladores deben "lograr que el tema esté cerca de la gente y que le haga sentir que mejorará su nivel de vida".
El sábado 2 de septiembre, los dirigentes de PAN, PRD y PRI anunciaron la instalación de una mesa que convoque a una reforma del Estado y debata otros temas de interés nacional. También acordaron que las discusiones se den en el Congreso de la Unión, y que los poderes Ejecutivo y Judicial participen pero no impongan su agenda.
En entrevista, Sauri Riancho refiere que la reforma de 1996 se detuvo en el ámbito electoral y en la distribución del poder, y considera que esta vez se tienen que discutir los cambios en la legislación laboral, en los derechos indígenas y una transformación integral en la política fiscal.
--ƑQué aspectos le importan más al PRI?
--Que la reforma no se reduzca a un cambio en el poder. Nos interesa una reforma que sirva a la gente, que permita la igualdad de oportunidad a grupos, como los indígenas, que se han quedado rezagados del bienestar y el desarrollo nacional. Antes de hacer una propuesta tendremos que puntualizar a dónde queremos ir como partido. Lo que ya está claro es que no hay un plazo fatal y que estos proyectos deben ir madurando.
--En este proceso, Ƒcómo van a conciliar con el Ejecutivo si ya instaló su propio espacio de discusión?
--El Ejecutivo al igual que el Judicial estarán convocados para dar su punto de vista. Ya el presidente electo (Vicente Fox) señaló que el trabajo de su mesa de la reforma del Estado será un elemento que aporte para la discusión. Espero que la relación con él sea fluida.
--ƑFue un error que en la reforma anterior sólo se tocara el tema electoral?
--No, son procesos diferentes. No tachar que haya sido un error focalizar el esfuerzo en la reforma electoral. Habría sido deseable que no se agotara ahí, pero aparecía como la necesidad más urgente en ese momento. Ahora tenemos la oportunidad de ver los dos ángulos y no quedarnos sólo en la distribución del poder.
--ƑEsta vez no aceptarán presiones del Ejecutivo, como en 1996, cuando la Secretaría de Gobernación pretendió apropiarse de las discusiones?
--Las experiencias enseñan. Por eso ahora el acuerdo es que la convocatoria salga del Congreso, y que no se imponga la agenda de los partidos, que no se deben apropiar del tema de la reforma, porque no es exclusivo de nadie: ni del Ejecutivo ni del Legislativo, aunque a final de cuentas quien procesará los consensos a través de las reformas legales será el Congreso.
--ƑEntonces el Ejecutivo tendrá que acatar lo que los diputados y senadores decidan?
--No se trata tampoco de imponerse al Ejecutivo, sino de construir con todos, y un actor importante es el presidente. No se trata de buscar qué es lo mejor para el gobierno, sino para la gente.
--Ante el cúmulo de iniciativas que se presentarían, Ƒsería necesario redactar una nueva Constitución? Vicente Fox ya dijo que dentro de tres años evaluará si convoca a un congreso constituyente.
--Hay un debate entre una nueva Constitución y una nueva constitucionalidad. En el PRI el pronunciamiento que se ha hecho es por la nueva constitucionalidad. Sin embargo, no hay ningún punto que esté fuera de la discusión, porque es un tema que traen algunos partidos, e incluso el presidente electo en campaña señaló que estaba en favor de una nueva Constitución, aunque luego cambió de punto de vista.
"En lo particular, estoy de acuerdo en impulsar una nueva constitucionalidad, más que por renovar el pacto social".
--El foxismo quiere que esta reforma sea una versión mexicana del Pacto de la Moncloa.
--No es válido extrapolar el concepto que se maneja en España, a México.
Sauri Riancho está de acuerdo en que se hable de una transición de gobierno, e incluso de régimen --"aunque eso está por verse"--, pero no de "una transición democrática".
Y explica: "No vivíamos una dictadura y pasamos a una democracia. Así lo quieren conceptualizar los enemigos o adversarios ideológicos del PRI. Lo que vivimos fue gracias al desarrollo de la vía democrática: cambiamos de un partido en el gobierno a otro, mediante los cauces legales. Hay que desdramatizar lo que está pasando.
"Dramatizan" quienes dicen que todo cambió a partir del 2 de julio
--ƑSe está dramatizando?
--Sí. Cuando dicen que "todo empezó el 2 de julio", y que "antes todo era oscuridad, y que después de ese día se hizo la luz", dramatizan. Podría utilizar otra palabra, pero sólo uso esa.
Respecto de la convocatoria a la sociedad a participar en la reforma, Sauri Riancho plantea que en el caso de los grupos armados, éstos tendrían que hacerlo como fuerzas políticas.
"Cualquiera de ellos que tenga el propósito y la voluntad de participar políticamente, puede hacerlo. Lo que no se puede, en un estado de derecho, es que a estos grupos, que actúan al margen o contra la legalidad, no les sea aplicada la ley, aunque no es el caso del EZLN, quien lleva su propia dinámica y reconocimiento desde que apareció en 1994, con la expedición de la Ley para el Diálogo, la Concordia y la Paz Digna en Chiapas.
"Yo no pondría en una misma caja a los grupos armados --EZLN, EPR, ERPI y FARP--, sino que haría una distinción entre ellos. Sin embargo, en última instancia, todos tienen la posibilidad de participar y hacer política dentro de los cauces institucionales".
--ƑTendrían que dejar las armas?
--Sí, si entran en la política, tienen no solamente la posibilidad sino la certeza de que tienen los cauces para poderlo hacer; no hay más que respetar la ley.
Como parte de la normalidad política que se busca en el país, Sauri Riancho considera que tendría que discutirse una ley de amnistía para restablecer la paz y la tranquilidad en las zonas donde operan el EPR, el ERPI y las FARP, y espera que Fox Quesada haga efectiva la aplicación de un proyecto para solucionar el conflicto armado en Chiapas. "Por lo menos ese fue uno de sus ofrecimientos de campaña", concluye.