LUNES 11 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Un grupo promueve que la ruta sea declarada "histórica" por la UNESCO
El Camino Real de Tierra Adentro, eje articulador de procesos sociales
Ť Su importancia, desde el siglo XVI; en la actualidad es lugar de tránsito de migrantes hacia EU
Renato Ravelo, enviado, Ciudad Juárez, Chih. Ť Un proyecto de recuperación de la memoria regional del norte de México y el sur de Estados Unidos, denominado, con cierta pompa, "El Camino Real de Tierra Adentro", intenta hacer que una ruta de más de 2 mil kilómetros sea declarada "histórica" por la UNESCO; cuenta con el apoyo del gobernador de esta entidad y de un senador estadunidense, así como con la simpatía de los mandatarios de Zacatecas, Durango y Aguascalientes. Su trascendencia en el ámbito académico, turístico y hasta político, aunque latente, será muy importante en los próximos dos años.
Mediante un video que hizo llegar con motivo de la clausura del sexto Coloquio El Camino Real de Tierra Adentrol, el senador Jeff Bingaman, de Nuevo México, expresa: "La historia estadunidense está incompleta mientras no se reconozca esa parte de la migración mexicana".
Aunque el legislador se refiere al siglo XVI, las apariencias apuntan hacia ese tránsito diario de compatriotas que intenta encontrar empleo en EU. Y abruman, porque el hecho coyuntural de la búsqueda de oportunidades de trabajo opaca esa otra historia.
Binacionalidad que no estorbaEl mejor ejemplo de ello se da en La Mesilla, donde México empezó a perder el norte. Una pequeña plaza con las banderas de ambos países señala esa espina clavada en la historia: orgullo de ser mexicano, acoplamiento a ser estadunidense. Casas de adobe rodean la plaza en cobijo del lugar por donde respira festiva una herida, una llaga que no duele, una binacionalidad que no estorba.
De ahí se explica que, como cuenta Steve Fosberg, del Bureau of Land Managament, esta oficina en Nuevo México tenga detectados unos 200 mil sitios arqueológicos y prehistóricos, y eso represente tan sólo 10 por ciento de los que podrían existir en ese estado que se congeló en el desarrollo industrial y de cuya ciudad de Santa Fe, paradójicamente, partió todo el cauce de poblamiento del oeste estadunidense.
La organización a la que pertenece tiene 60 años de existencia (casi la misma edad que el INAH), y se encarga, con el apoyo de una veintena de leyes, de impedir la destrucción en tierra pública de los sitios declarados patrimoniales, en los 12 millones de acres en que se tienen detectados. Sitios que lo mismo son reservas de flora que de fauna, parques nacionales o sitios históricos y arqueológicos, es decir, que valen porque algo importante cuentan del pasado.
La idea es completar una declaración por parte de la UNESCO, comenta, como casi todos los participantes del coloquio. Pero también reactivar la zona como foco de atención, según se desprende del hecho de que Fosberg es entrevistado en un taller de turismo cultural que se desarrolla en Ciudad Juárez, y en el que se le dice a los diversos promotores que esto puede ser tan importante como la declaratoria de ruta histórica de Santiago de Compostela.
La historia sin embargo de esta recuperación es reciente. De acuerdo con las modas de las últimas décadas, el norte fronterizo sólo producía estudios históricos sobre cholos, ambigüedad cultural en el habla y las costumbres y fenómenos migratorios.
Según expone José de la Cruz, historiador participante desde el primer coloquio, realizado en 1995, ello se debe a que "antes los temas que se generaban en las fronteras partían de verlas como demarcaciones culturales y no políticas. ƑCómo ver los procesos históricos a largo plazo? El Camino Real es un eje articulador de los procesos sociales a partir del siglo XVI, cuando por razones económicas se inicia una migración hacia el norte, desde la ciudad de Zacatecas, aunque es un camino que viene desde la ciudad de México, a la que llegaba la plata, la minería que se obtenía".
Los otros elementos que identifican arquitectónicamente la región, añade, eran las misiones, las haciendas, las cárceles y los reales mineros, que se localizan en Aguascalientes, Zacatecas, Durango y Chihuahua, como mudos testigos de ese paso humano que seguía hasta Las Cruces y Santa Fe, en Nuevo México.
Paréntesis. Tanto del lado mexicano, como del lado estadunidense, declara Fosberg, circula entre los académicos la sospecha, que podría ser hipótesis, de que esta ruta se basaba en un corredor ya existente entre Paquimé, en Chihuahua, hasta Nuevo México, donde se cuenta con la zona arqueológica declarada de Chaco (y Mesa Verde, en Colorado).
Para esta sexta ocasión, relata De la Cruz, el coloquio permitió compartir avances en las investigaciones: "La reunión sirvió para constatar que los niveles técnicos y académicos de ambos países se encuentran muy a la par".
Como estímulo adicional, agrega, se cuenta con el hecho de que se trata de un tema que con esta óptica prácticamente no ha sido abordado en sus cuatro perspectivas: historia, arqueología, conservación y cultura.
Mientras en Nuevo México la Universidad, la Corporación Camino Real y la National Park Service impulsan la creación de un centro internacional de interpretación de El Camino Real de Tierra Adentro, en México se concluyó un documento multimedia que avanza en el terreno de la difusión del tema.
Se trata, explica Andrés Reyes Rodríguez, director del Centro INAH Aguascalientes, de una cartografía que viene a definir la ruta de manera precisa: "Aguascalientes colabora desde hace tres años en dos aspectos: uno, la supervisión de los proyectos y su seguimiento, y el otro es el mapa real de El Camino".
Esta cartografía tiene antecedentes tan disímbolos como el mapa que hiciera Alexander von Humboldt y el dicho popular "Por aquí pasaba El Camino Real". Se hizo con el apoyo de satélite y pretende ser "un instrumento de divulgación para que el tema sea objeto no solamente de estudios académicos, sino que tenga elementos de interés para los no especialistas".
El disco compacto, del que en la actualidad se cuenta con 60 por ciento de información, y que será presentado para comercializarse a finales de esta administración, muestra de manera interactiva los datos básicos de la zona: ubicación exacta de los sitios de interés, tiempo de arribo, condiciones de hospedaje, ficha técnica, recomendaciones de viaje.
Tiene además un vuelo de cuatro minutos, el cual describe las zonas que atraviesa el camino, la orografía y las condiciones climáticas y ecológicas.
Esta ruta puede llegar a ser tan importante, recalca Reyes Rodríguez, "como la de Santiago en España y tan reconocida como la de la Seda en Asia".
ƑQué es El Camino Real?
Es un pretexto para que durante tres días se reunieran académicos de ambos países, en proporciones similares, en la ciudad de El Paso, Texas, para discutir lo mismo el "Desarrollo de la estípite en El Camino Real" (Víctor González, del museo regional de Aguascalientes), el proyecto Internet II (Pool Maxwell, de la Universidad de El Paso), que las notas sobre la arqueología del sureste de Chiapas (de Arturo Guevara Sánchez). Es decir, un terreno fértil para discurrir.
Es una oportunidad de reinterpretación histórica que involucra con entusiasta urgencia lo mismo a Howard Ness, de Parques Nacionales; a José Luis Muñoz Bonilla, coordinador de centros INAH; a Jay Gogue, presidente de la Universidad de Nuevo México; a José Luis Perea, del Centro INAH Chihuahua, y a John Amastae, de estudios fronterizos de la Universidad de Texas, que a un doctorado en Historia en Zacatecas, así como varios convenios de cooperación binacional, talleres de recuperación del adobe, publicaciones y 35 proyectos por parte del INAH para este año.
Es un posible negocio turístico que identifica a cuatro estados mexicanos y dos estadunidenses, muy acorde con las perpectivas de uso del nuevo siglo: nadie puede hacer la ruta en una sola vacación de aventura y cultura.
Es una voz que se alza en desmentido de la idea de que el norte es sólo carne asada, de que Aguascalientes fue fundada por el capricho de un beso, municipio más de la orgullosa Zacatecas, de que es inútil ser mariachi en Nuevo México y mantener una forma arcaica de hablar el español, de que únicamente culturas bárbaras precedieron la llegada de un grupo de fundadores de oportunidades, a los que la historia dio también un concepto de belleza, una base de identidad.