MARTES 12 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Se requiere incluso una nueva Constitución, dice
El cambio de régimen en México todavía está lejos: Jesús Ortega
Ť Necesario, perfeccionar el desempeño del IFE: Mauricio Merino
Karina Avilés Ť El coordinador de la fracción del PRD en el Senado de la República, Jesús Ortega, afirmó que el cambio de régimen en México todavía está lejos, pues aún existen muchas tareas pendientes.
Consideró que para que éste pueda concretarse es necesario hacer una serie de cambios constitucionales, como incrementar las facultades del Legislativo, eliminar la cláusula de gobernabilidad, restarle atribuciones al Ejecutivo, establecer el principio de rendición de cuentas e incluso hacer "una nueva Constitución. Tan sólo nuestro proyecto de reforma del Estado implica 86 modificaciones a la Carta Magna", dijo el perredista.
El consejero electoral del IFE Mauricio Merino indicó que ante los vacíos y las lagunas contenidas en las leyes, es necesario perfeccionar el funcionamiento de ese instituto electoral, que ya llegó a 10 años de vida y con dos elecciones federales organizadas con la legislación vigente desde 1996.
En el seminario El 2 de julio, Una Reflexión Posterior, organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), académicos, funcionarios y políticos coincidieron en que las reformas en materia electoral representan un avance para el país, pero son insuficientes porque existen vacíos legales.
En la sede del ISS, Ortega expresó que México está ante una alternancia en el ejercicio del Ejecutivo federal, pero "aún está lejano el cambio de régimen".
Ahora "nos toca comenzar la tarea para tener un cambio de régimen político. Ahora se plantean asuntos como la representación de la Cámara de Diputados, quitar la cláusula de gobernabilidad, el federalismo, la no afiliación corporativa de los sindicatos a los partidos políticos, la reforma al 115 constitucional o, como dicen algunos compañeros, la posibilidad de que para que hablemos de un verdadero cambio de régimen se requiere una nueva Constitución".
Ortega consideró que sí es necesario hacer reformas en materia de medios de comunicación, pero para garantizar el derecho a la información y no para censurar o restringir la libertad de los comunicadores.
En otro tema, señaló que "en diversas resoluciones, el Tribunal Electoral ejerce facultades más allá de las explícitas y sí está legislando en algunos casos".
Mauricio Merino realizó una amplia exposición sobre los avances y los saldos en reforma electoral. En principio, señaló que el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) no es claro a la hora de asignar responsabilidades a las tres partes que participan en las tareas cotidianas del IFE: el cuerpo profesional, los consejeros electorales y los partidos políticos.
Indicó que el Cofipe es "ambiguo" y el consejo general también lo ha sido en lo referente a la participación de los partidos en los trabajos internos de la institución. En ese sentido, apuntó que los representantes de partidos y los consejeros tienen propósitos distintos y con frecuencia enfrentados. "La imparcialidad, que es signo clave de la labor del consejero, es también por definición lo único que no pueden tener los representantes de los partidos".
En cuanto a la fiscalización de los recursos de los partidos, reconoció que es "insuficiente". En el Cofipe "no hay una palabra sobre las precampañas, entre otros".
Benito Nacif, del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas, explicó que el origen de la cláusula de gobernabilidad respondió a una protección, en este caso, del PRI, ante eventuales caídas. Por ejemplo, en el 88 ese partido tuvo una "sacudida sorpresiva" al perder 65 distritos, lo que era el equivalente a un "terremoto electoral".
No obstante, conforme ha pasado el tiempo se ha visto que "el mito de la gobernabilidad" era eso, sólo un mito porque se puede gobernar perfectamente el país.
Andreas Schedler, de la Flacso, consideró que México "entró firmemente en la comunidad internacional de las democracias electorales".