MARTES 12 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Premio Nobel de la Paz, en la Convención Antiminas


Enérgico llamado a gobiernos para erradicar minas terrestres

Ť Instan a Cuba y EU a firmar el tratado de Ottawa

Kyra Núñez, corresponsal, Ginebra, 11 de septiembre Ť Al comenzar aquí la segunda conferencia de supervisión de la Convención Antiminas, la premio Nobel de la Paz 1998, Jody Williams, hizo enérgico un llamado a los gobiernos del mundo a comprometerse más en la erradicación de las minas antipersonales.

El acto, que se prolongará hasta el próximo viernes, cuenta con la asistencia de 20 víctimas de esos artefactos desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora, además de representantes de los 138 países que firmaron la Convención de Ottawa de 1997, de los cuales 101 ya la ratificaron.

En la primera jornada, se destacó que en los últimos 18 meses se ha hecho uso de minas terrestres antipersonales en 20 conflictos armados, en los cuales están involucrados 11 gobiernos y no menos de 30 grupos rebeldes en América Latina, Asia y Europa. Esa acción se presenta aún cuando desde marzo de 1999 entró en vigor el Tratado Internacional que prohíbe su fabricación, comercio, uso y almacenamiento, a favor de una campaña por un planeta libre de minas.

Estados Unidos y Cuba fueron repetidamente instados a dejar de ser los únicos países del continente americano que no han firmado el tratado contra las minas antipersonales.

"Aquellos que continúan colocando minas no son juzgados de forma suficientemente enérgica", sostuvo Williams, y demandó que "los gobiernos que están contra las minas antipersonales condenen a los otros con más vigor".

Williams, quien entregó el Informe 2000 sobre estas armas al presidente de la conferencia, el embajador noruego Steffen Kongstad, se pronunció porque los países de la OTAN no participen en operativos de naciones que no han adoptado la convención antiminas, como Estados Unidos.

La organización Monitor de Minas Terrestres reveló que en 88 naciones hay minas, un número más alto del previsto, y que en 71 países se registraron nuevas víctimas.

Para la agrupación, la convención "está teniendo un gran impacto global. No obstante, admitió que las minas antipersonales continúan siendo 'sembradas' en muchos países y las personas afectadas siguen siendo numerosas".

Steve Goose, editor del Informe 2000, dijo que tres cuartas partes de las naciones han ratificado la Convención de Ottawa. Agregó que se ha reducido el uso de esta arma de guerra en los años recientes y se registró una dramática declinación en el número de productores de minas antipersonales, que pasó de 54 en 1997 a 16 en 2000, y en consecuencia se ha registrado un alto total al comercio del mismo.

Subrayó el incremento en la destrucción de minas antipersonales almacenadas en 50 naciones (más de 22 millones de estas pequeñas armas han sido destruidas) y el aumentó en un tercio al financiamiento para las acciones humanitarias de desminado (221 millones de dólares en 1999).

Además habló de la reducción en el número de víctimas recientes en los países más afectados, como Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Camboya y Mozambique, y sólo en 1999, más de 168 millones de metros cuadrados de terreno han sido desminado, y ninguno de los signatarios de la Convención de Ottawa ha incurrido en violaciones a sus términos, añadió Goose.

La utilización de minas terrestres antipersonales, se indica en el informe, sigue siendo utilizada en Colombia, y el gobierno aún no ha ratificado la Convención de Ottawa, que prohíbe su fabricación, uso y almacenamiento a pesar de que los dos grupos rebeldes -las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional- las han usado en el último año, ocasionando el más alto número de víctimas en la Latinoamérica.

La organización que monitorea la situación de las minas terrestres está integrada por: Human Rights Watch, Handicap International, Coalición de Kenya contra las Minas, Acción contra Minas Canadiense y la Ayuda Noruega para el Pueblo.