MARTES 12 DE SEPTIEMBRE DE 2000
La nieta de Gelman
Arturo Jiménez Ť Con la asignación del premio Juan Rulfo a Juan Gelman, y con el hallazgo en marzo de su nieta, entre otras alegrías, bien puede considerarse éste como ''el año de Gelman".
El poeta buscaba a su nieta, o nieto, pues desconocía su identidad, desde la década de los setenta, cuando su hijo Marcelo, de 20 años, y su nuera María Claudia García Irurueta Goyena, de 19, fueron detenidos y desaparecidos por la dictadura argentina.
Años después se supo que Marcelo había sido asesinado por los militares de un balazo en la nuca y su cuerpo arrojado a un río en un tonel con cemento. Pero hasta el momento se desconoce la suerte de María Claudia, embarazada y trasladada a Uruguay.
Ahí, la nuera de Gelman dio a luz a un bebé. La niña se dio en adopción a un policía de Montevideo y su esposa. El oficial ya murió, y aquella pequeña es ahora una joven de 23 años.
Hace unos meses, luego de su búsqueda por más de dos décadas, Juan Gelman encontró por fin a su nieta y, acompañado de su esposa Mara, pudo reunirse con ella. En junio pasado, dentro de la investigación apoyada por el nuevo presidente de Uruguay, Jorge Batlle, se hicieron pruebas de ADN que confirman la consanguinidad de ambos.
La joven, quien ya sabía que fue dada en adopción, al parecer ha optado por seguir con su familia actual, a la que dice amar. Sin embargo, reconoce el parentesco con su verdadero abuelo, el poeta Juan Gelman, quien ha pedido privacidad para su nieta.
El factor Sanguinetti
La gran batalla ganada por Gelman está precedida de una constante y férrea voluntad investigadora y de un ánimo para reconstruir hechos dolorosos. En mayo del año pasado, el escritor solicitó la intervención del todavía presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti.
El mandatario no recibió al poeta, pero funcionarios ofrecieron que habría una respuesta presidencial. Luego de meses de silencio y de que Gelman publicara en octubre de 1999, en el diario Página 12, una carta abierta dirigida a él, Sanguinetti comenzó a colaborar a regañadientes, aunque nunca proporcionó resultados concretos.
A partir de ahí, se generó una impresionante campaña internacional para apoyar la búsqueda de la nieta de Gelman. Intelectuales, artistas y organismos civiles de muchos países enviaron cartas al mandatario uruguayo y ventilaron el caso en los medios de comunicación.
En el ámbito mundial, firmaron cartas José Saramago, Günter Grass, Dario Fo, Wole Soyinka, Seamus Heaney, Adolfo Pérez Esquivel, todos premios Nobel de Literatura o de la Paz. Otros fueron Eduardo Galeano y Mario Benedetti.
En México hicieron lo propio Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Sergio Pitol, Juan Bañuelos y Hugo Gutiérrez Vega, entre muchísimos otros.
''Ayude a Juan Gelman, ayude a la justicia, ayude a los muertos, a los torturados y a los secuestrados ayudando a los vivos que los lloran y los buscan", le escribió Saramago en octubre de 1999.
Pero Sanguinetti se mostraba soberbio e, incluso, trató de descalificar al poeta acusándolo de maoísta y de haber militado como montonero.
Sin embargo, luego de tantas peripecias, el 31 de marzo pasado Juan Gelman anunció que, por fin, la dramática búsqueda de su nieto había concluido. Y un mes después, recibía un homenaje en el Palacio de Bellas Artes por sus 70 años de vida.