JUEVES 14 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Hicimos que se respetara la Constitución


Niega el mayor Alcaraz haber participado en la guerra sucia

Ť Fue él, no Acosta Chaparro, quien liberó a Figueroa, dice

La Jornada/ El Sur, Acapulco, Gro., 13 de septiembre Ť El mayor retirado del Ejército Mexicano, Elías Alcaraz, aseguró que fue él, y no el ahora general Mario Arturo Acosta Chaparro, quien encabezó la operación de rescate del entonces senador Rubén Figueroa Figueroa, secuestrado por la guerrilla de Lucio Cabañas, pero niega haber participado en acciones de guerra sucia. "Nunca me llevé a nadie ni torturé a nadie, porque no fueron mis funciones", responde a familiares de desaparecidos que lo han señalado.

El nombre de Elías Alcaraz -quien con permiso de la Secretaría de la Defensa Nacional fue jefe de seguridad del candidato del PRD al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, en las elecciones pasadas- salió de nuevo a la luz pública con la reorganización de los familiares de desaparecidos a raíz de la detención de Acosta Chaparro y Humberto Quirós Hermosillo, que se destacaron por el uso de métodos ilegales en el combate a la guerrilla y la persecución de personas inocentes.

Es el caso de Isaías Martínez Gervasio, de Atoyac, quien asegura que el mayor se llevó a su hijo Misael, de 19 años, el 7 de marzo de 1978. Dice Alcaraz: "Ya lo vi en televisión, lo leí en el periódico, no tengo el gusto de conocerlo. En los periódicos me ha señalado muchas fechas, efectivamente no tienen nada que ver conmigo".

Alcaraz -un hombre como de 60 años que vive de lo que le deja un restaurante en Puerto Marqués- asegura que en aquella fecha él no estaba en funciones, "ni andaba de policía judicial ni de investigador". Afirma que se desempeñaba como secretario del comandante de la 27 Zona Militar y que sus actividades "eran completamente diferentes", relacionadas con operaciones antisecuestros, pues lo consideraban un especialista luego de su participación en el rescate de Figueroa Figueroa. "Entonces actué en varias ocasiones para rescatar a gente que tenían secuestrada", dice en entrevista en su casa de la colonia Hogar Moderno, un vecindario de clase media baja, cerca de la calle Ejido.

El Ejército no ataca, se defiende

De la lucha del Ejército contra la guerrilla en la sierra a principios de la década de los 70, Elías Alcaraz dice que "más que una guerra entre dos ejércitos fue el Ejército Mexicano combatiendo a gavillas y a gente que se levantó en armas; para que se pudiera llamar ejército -dice en referencia a la guerrilla de Lucio Cabañas- se le debía haber dado el reconocimiento como lo estaban pidiendo los zapatistas, que pedían se les diera la categoría de ejército beligerante".

Alcaraz, quien en la campaña de Félix Salgado se hizo famoso porque repartía dulces entre los niños que asistían a los mítines -lo que no iba con su imagen y lo que se conocía de él-, además de atender su restaurante coordina programas sociales del DIF estatal. Entrega paquetes de gallinas ponedoras, chivos y borregos tropicales, y es un férreo defensor del Ejército.

"El Ejército no ataca, se defiende. Como lo dice nuestra Constitución, está para salvaguardar las instituciones, mantener el orden interno y hacer que la Constitución se respete y las leyes que de ella emanan. ƑEntonces, nosotros, qué fue lo que hicimos? Precisamente que la Constitución se respetara, tratar de mantener el orden interno, que lo logramos, y hacer que se respeten las instituciones. Eso fue lo que hicimos."

-ƑQué idea tenían ustedes de los combatientes cabañistas: eran guerrilleros, secuestradores, asaltantes?

-Nosotros los teníamos como maleantes y malhechores, por la siguiente razón: hay gente que habla nada más a su favor, no quiero polemizar, respeto mucho a quienes por la posición política en que se encuentran o por los cargos que quieran desempeñar estén llevando agüita para su molino. Pero yo quiero responderles con otra pregunta: Aquél que se dedica a asaltar bancos, que se dedica a secuestrar; por ejemplo, los que secuestraron a los señores Gallardo de San Jerónimo; a Francisco Sánchez López, que lo asesinaron; aquellos que mataron a un matrimonio de Las Trincheras porque su hija no se quiso casar con uno de los alzados; los testimonios de la gente de San Juan de las Flores de que llegó Lucio Cabañas, arrió la Bandera Nacional, la pisoteó, la quiso quemar y a toda la gente le exigía dinero. Eso a mí no me da la idea de que haya sido un idealista, un luchador, más bien fue un delincuente que se quiso aprovechar del atraso que todavía tenemos, desafortunadamente, y con el miedo intimidarlos porque les quitaba desde sus pistolitas 22, hasta la morralla, como se dice vulgarmente, que tenían en sus alcancías".

Agrega: "ƑQué imagen nos proyecta una gente de esa? Pues de malhechor, un asesino que utilizó un estandarte, su profesión de maestro y después le puso un logotipo: Partido de los Pobres. Pero él andaba perjudicando a los pobres, ese es el testimonio que teníamos de la gente cuando llegábamos nosotros."

-ƑCuántas bajas tuvo el Ejército en esta guerra?

-Por ejemplo, en el rescate de Figueroa tuvimos una baja. Nos emboscaron a un personal que todavía vive y creo está dado de alta en la Policía Judicial, se llama Braulio Montes Vázquez; aún tiene la seña donde una bala le perforó un brazo porque lo emboscaron en la carretera en lo que era la colonia Porvenir, ahora Vicente Guerrero, allí exactamente emboscaron un camión Dina, y fue la gente de ellos, estoy hablando de dos bajas. Pero no le estoy hablando de los 12 que emboscaron en San Andrés de la Cruz; no le hablo de los sesenta y tantos que mataron en Arroyo Oscuro; ni de los ocho que mataron por Rancho Alegre, arriba de San Juan de las Flores, rumbo al Plan del Carrizo; no le hablo de los otros elementos que mataron en Yerbasantita. En fin, le estoy hablando de poquitos, hablo de 200 elementos, de forma muy mesurada, de lo que yo pude darme cuenta. No le hablo de las bajas de la Costa Chica, La Montaña, Tierra Caliente, donde también hubo enfrentamientos, pero los más fueron emboscadas. Cuando iban a cumplir acciones de labor social emboscaban a los soldados".

Por eso dice que para él tampoco existen los desaparecidos. Y explica: "En el enfrentamiento, quienes iban a reconocer sus cadáveres se les entregaban; a los que no reconocían, pues tampoco los íbamos a tener exhibiendo".

Aunque sostiene sus posiciones, su elogio de las acciones del Ejército contra los guerrilleros, Alcaraz dice que "esos tiempos ya pasaron".

Y ahora que de nuevo está en cuestionamiento el papel de los militares, señala que "si la guadaña quiere cortar, que sea pareja. Los derechos humanos que sean parejos. Los militares y los que hablamos, yo hablo correcto, todos tienen el derecho de pedir, pero yo digo lo mismo, nosotros actuamos dentro de la ley; los secuestradores, los asaltantes, los que emboscaban estaban fuera de la ley. ƑEntonces por qué los derechos humanos tienen que defenderlos? También que pasen a entregarnos a los que murieron y a otros muchos que nosotros pensamos que desertaron pero que hasta ahorita ese es el testimonio que tenemos que fueron desertores, porque faltaban 72 horas consecutivas sin falta justificada y los dábamos de baja. Pero no sabemos si los secuestraron. Porque sabemos que a algunos se los llevaron pero no sabíamos quiénes".

-Usted habla de tiro de gracia a algunos soldados.

-Efectivamente, hubo tiro de gracia y si Leoncio, El Pingüino, logra leer este periódico, que se comunique conmigo; él es un testigo fiel porque él no le dio el tiro de gracia a los soldados que les dijo Lucio que les diera el tiro en Rancho Alegre. El se los dio, pero a los lados, la prueba está de que hay un teniente vivo, no sé qué grado tenga ahora, y él sabe que este señor le salvó la vida. Aquí tenemos a todos los amnistiados que dio Rubén Figueroa, tenemos al Pingüino, hay un Fernando. El Pingüino estuvo dado de alta en el Ejército. Entonces no podemos ser represivos como dicen, ni tenemos venganzas con nadie, porque ellos andan tranquilamente en la calle, me saludan, los saludo. Entonces que no se utilice nada más porque alguien le diga a alguien el nombre de fulano y diga él se lo llevó, porque no se vale.

-Al referirse a los guerrilleros amnistiados dice: "cuando veo a los muchachos".

-Yo les digo los muchachos porque ellos pueden dar fe de lo que yo he sido dentro y fuera del Ejército, tengo mi carácter, no soy una blanca paloma porque fui entrenado para la guerra, pero no una guerra para pelear contra mis compañeros de raza, de nación. Es una guerra para repeler al extranjero, contra quien quiera meterse en el territorio y veo que aquí hay muchos traidores que están vendiendo el país y que a esos no se les dice así, son vendepatrias. Contra esos hay que pelear. Aquí yo no estoy peleando contra nadie, ellos estuvieron en una situación que consideraron que era la mejor.