JUEVES 14 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Las autoridades rechazan hacer concesiones


Empeoran protestas en Europa por el precio de la gasolina

Ť Descienden en los mercados las cotizaciones del petróleo

Reuters, Dpa, Ap y Afp, Londres, 13 de septiembre Ť El primer ministro británico, junto con los jefes de los gobiernos de Bélgica y Alemania, se opusieron hoy a hacer concesiones en el abaratamiento de los impuestos a los combustibles, a pesar del empeoramiento de las protestas de los transportistas, quienes bloquearon carreteras y dejaron sin gasolina a miles de expendios en los principales países de Europa occidental.

Por su parte, el Banco Internacional de Pagos informó que los actuales niveles de las cotizaciones del crudo no pesarán mayormente sobre la inflación. ''Los precios del petróleo sólo han tenido una modesta repercusión en la inflación. El presente aumento no hace más que invertir los descensos anteriores, por lo que los precios reales se encuentran al nivel de hace dos años'', indicó.

Por lo pronto, las cotizaciones del oro negro descendieron en los principales mercados. En Londres, el crudo de referencia para Europa, Brent del Mar del Norte, en sus contratos al contado descendió 93 centavos, a 31.04 dólares por barril; en tanto, el crudo para entrega más próxima en octubre cayó 88 centavos, a 31.60 dólares. En Nueva York, la cotización del barril de referencia para América, Light Sweet Crude, para entrega más próxima en octubre cedió 0.46 dólares, para ubicarse en 33.82 dólares. El crudo West Texas Intermediate para entrega en octubre bajó 46 centavos, a 33.82 dólares.

Blair, al hablar después de una segunda jornada de negociaciones de emergencia con sus ministros y ejecutivos de la industria petrolera, declaró que no descarta pedir al Parlamento que enfrente la crisis o usar las tropas para distribuir el combustible de las refinerías bloqueadas por furiosos camioneros.

Debido a la falta de gasolinas, el gobierno británico tuvo que cerrar escuelas, retrasó todas aquellas operaciones médicas que no fueran de urgencia, e incluso el correo dejó de ser repartido con puntualidad. Pese a estos contratiempos, Blair insistió en que no reducirá los impuestos a los carburantes por considerar que ello acabaría con la credibilidad de su gobierno.

En Alemania, donde el impuesto a los combustibles volverá a subir el año próximo, el canciller Gerhard Schroeder fue abucheado por los manifestantes cuando visitó al ciudad norteña de Schwerin. Los manifestantes bloquearon con camiones el centro urbano, pero el canciller llegó en helicóptero. El jefe del gobierno alemán advirtió que las protestas sólo servirán para dañar la economía alemana. Empero, la Asociación Nacional de Camioneros Alemanes convocó nuevas manifestaciones para fines de este mes para congestionar las autopistas germanas.

Por su parte, el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, rechazó igualmente las demandas de los manifestantes de reducir el impuesto a las gasolinas, aunque fuera en forma limitada, a pesar de que los bloqueos de carreteras y cruces fronterizos se han generalizado.

Los camioneros, taxistas y otros trabajadores que dependen de los carburantes para ganarse la vida están indignados por el aumento de los precios de la materia prima y por los impuestos que cobran muchos de los gobiernos europeos. En Gran Bretaña, el 75 por ciento del valor de un litro de gasolina regular se debe a los impuestos, con variaciones similares en el resto de la Unión Europea, aunque el movimiento se extiende ya a Europa oriental.

Representantes de miles de camioneros polacos anunciaron para este viernes una operación para obstaculizar la circulación en toda Polonia, y de esa manera intentan forzar al gobierno a renunciar a los elevados impuestos sobre el carburante. Los camioneros polacos son apoyados por los pescadores que piensan bloquear los puertos, y por los taxistas y agricultores.

No pesan habrá oleada inflacionaria por los precios del crudo: BIP

El Banco Internacional de Pagos (BIP), advirtió hoy al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional que no deben dejarse arrastrar por la idea de que los precios actuales del crudo pueden desatar una oleada inflacionaria mundial. ''La situación petrolera se ha limitado a una modificación de los precios relativos sin desencadenar una inflación o la consiguiente recesión'', sostuvo el llamado ''banco central de los bancos centrales'' al evaluar la situación.

''La actitud de los países consumidores unida a los acuerdos recientes de los países productores para suavizar las cuotas de producción permiten mostrarse optimistas respecto a los efectos secundarios de los costos de la energía durante este año y el próximo'', indicó el BIP en su septuagésimo informe anual.

El documento agregó que ''los precios del petróleo sólo han tenido una modesta repercusión en la inflación subyacente. El presente aumento no hace más que invertir los descensos anteriores, por lo que los precios reales se encuentran al nivel de hace dos años. En comparación con los anteriores aumentos en los precios del petróleo, la inflación en todo el mundo es actualmente moderada y es más grande el número de países con exceso en su capacidad productiva.

El BIP observó que el petróleo es actualmente una fuente menos importante de energía debido a la innovación tecnológica y la adopción de medidas de conservación energética.

En Venezuela, el presidente de la OPEP, Alí Rodríguez, advirtió que la crisis de los precios del petróleo no se resolverá sólo con un incremento de la producción, y señaló que cualquier aumento de la oferta que no esté relacionado con la demanda podría causar un derrumbe de precios. Destacó también que la más reciente decisión del cártel de incrementar la producción ya comenzó a surtir efectos presionando a la baja los precios, aunque insistió en que el problema de las altas cotizaciones no depende sólo del organismo de productores.

En rueda de prensa, Rodríguez indicó que la OPEP puede producir otros 2 millones de barriles diarios de crudo ''si fuera necesario''; no obstante, advirtió que podría producirse ''una crisis severa'' por las limitaciones de producción de los países de la OPEP y los no-OPEP, al llegar algunos a su techo de extracción de hidrocarburos.