VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť México, importante centro mundial en diversidad biológica y cultural, afirman


Urgen investigadores al gobierno a debatir sobre recursos genéticos

Ť Propone Esteban Ordiano moratoria a contratos de bioprospección de empresas farmacéuticas

Matilde Pérez U. Ť Organizaciones no gubernamentales, investigadores y científicos urgieron al gobierno federal y a los legisladores a propiciar una discusión pública sobre la bioprospección, asunto que debe ser de interés y seguridad nacional, ya que México es uno de los centros más importantes en diversidad biológica y cultural, dijeron.

En el taller "Bioprospección o biopiratería: Biodiversidad, derechos indígenas y campesinos" que organizaron el Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam), la Fundación Internacional para el Progreso Rural (Rafi) y el Centro de Análisis Social Información y Formación Popular (Casifop), los participantes destacaron que los recursos genéticos, en el marco de un desarrollo tecnológico como el actual, son bienes superiores al petróleo.

Durante el encuentro, al que asistieron indígenas de 15 organizaciones de Chiapas, Oaxaca, Sonora, Guerrero, San Luis Potosí, Michoacán y Durango, se presentaron los cuatro contratos de bioprospección conocidos en el país: ICBG-Maya, investigación farmacéutica y uso sustentable del conocimiento etnobotánico y la biodiversidad en la región maya de los Altos de Chiapas; ICBG-zonas áridas, que se ejecuta en todas las zonas áridas del país; UNAM-Diversa, acceso a la biodiversidad molecular microbiana que se lleva a cabo en áreas naturales protegidas, y el Bio Lead Project, que llevan a cabo Novartis, la asociación civil ERA y la Unión de Comunidades Forestales Zapoteco Chinantecas.

Cada uno de esos proyectos fue duramente criticado ya que en ellos participan empresas líderes del sector farmacéutico que dominan el mercado, la investigación y el desarrollo tecnológico en la materia. "No sólo buscan innovar su catálogo de fármacos, agroquímicos, enzimas, industriales, entre otros, sino a través de nuevas estrategias productivas y comerciales, esas firmas tendrán información estratégica y nueva; abren nuevas fronteras técnicas entre el capital y la naturaleza", destaca el estudio preliminar Biopiratería en México, La punta del iceberg, realizado por Alain Ramos, Rolando Espinosa, Sivia Ribeiro, Gonzalo Flores y Andrés Barreda, de Casifop y Rafi.

Esteban Ordiano, integrante del Consejo de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales, propuso que las comunidades indígenas y campesinas declaren una moratoria general a los proyectos de bioprospección y buscar que a esto se sumen otros países en donde también se registran ese tipo de contratos. Este asunto genético incumbe a la humanidad porque "la vida no se vende ni nadie puede ser su dueño".

Si se combina la diversidad agrícola, la herbolaria de uso farmacéutico y la cultura de las diversas etnias, México es uno de los centros más importantes del mundo, dijo Pat Roy Mooney, presidente de Rafi, quien manifestó su inquietud por la apertura de numerosos contratos de bioprospección y por la cercanía de México con el mayor centro de consumo del mundo.

Para dar un ejemplo del valor de esa diversidad biológica, comentó que 25 por ciento de la producción farmacéutica del mundo está basada en el conocimiento de los países del sur ( en vías de desarrollo). En 1990, 25 por ciento de los productos que se vendían en Estados Unidos se basaron en los conocimientos de los pueblos indígenas y medicamentos (herbolaria) utilizados por éstos. Actualmente, 40 por ciento de los estudios clínicos está basado en los conocimientos y recursos naturales de dichos pueblos. Se calcula que el valor anual de ellos es de 150 mil millones de dólares anuales, pero las empresas no hacen ninguna contribución a esas comunidades.

Agregó que el valor anual del flujo de germoplasma, de los países en vías de desarrollo a los desarrollados, a través de centros de investigación internacional es de 5 mil millones de dólares, pero es "una cifra subestimada si se toma en cuenta la importancia de los alimentos de consumo más usual como el maíz, la papa y el jitomate".

Alertan sobre patentes

Roy Mooney alertó también sobre las patentes de esas "nuevas variedades" elaboradas a partir del germoplasma original. Las comunidades indígenas que pretendan patentar sus recursos necesitarían 10 mil dólares por cada variedad para llevarla a cualquiera de los grandes centros económicos del mundo: Washington, Munich y Japón, además de un equipo de abogados por país para defender su patente, y en caso de toparse con un reclamo, requerirían 1.5 millones de dólares para gastos de representación, y si pudieran "un avión para trasladarse a esas capitales y tomar decisiones".

Al Convenio Internacional de Biodiversidad, el presidente de Rafi lo calificó como una "píldora de tranquilidad, para relajar a la comunidad internacional, pero no ha influido en un cambio porque en los países faltan leyes fuertes e incluso otros compromisos internacionales".

Alejandro Nadal, investigador de El Colegio de México, insistió en que el Congreso debe abrir el debate sobre el acceso a los recursos genéticos. Dónde deben hacerse las colectas y a quién deben entregarse, son algunas de las preguntas a resolver. Pero también habrá que avanzar en un análisis científico, y por su parte, la sociedad civil debe presionar a los legisladores para que actúen con la energía que se requiere en este tema en el que muchas situaciones no están resueltas.