MIERCOLES 20 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Zona económica que ha pasado de "la fiebre del oro" al "trabajador migrante"
Conmemoran llegada de conquistadores a las Californias
Roberto Bardini, corresponsal, San Diego, 19 de septiembre Ť El concepto de "trabajador migrante" seguramente carecía de significado para el capitán Juan Rodríguez Cabrillo, un marino portugués al servicio de la Corona española fallecido en noviembre de 1542 en la costa de California.
Dos meses antes de su muerte, Cabrillo descubrió lo que hoy es Ensenada, en México, y San Diego, en Estados Unidos. De él sólo se sabe que había participado junto con Hernán Cortés en la conquista de Tenochtitlán.
El navegante es recordado oficialmente este mes en Ensenada y San Diego, porque con su descubrimiento "hizo posible que se hermanaran España, Portugal, México y Estados Unidos", pero la conmemoración no ha logrado despertar la más mínima adhesión popular a un lado y otro de la frontera.
Coincidentemente en septiembre también se recuerdan dos acontecimientos históricos a cada lado de la línea limítrofe: los 190 años de la independencia mexicana y los 150 años del ingreso de California a la Unión Americana, como el estado número 31.
California se transformó en parte del territorio estadunidense en septiembre de 1850 y tenía entonces 200 mil habitantes. Dos años antes se había desatado la fiebre del oro, al descubrirse yacimientos del metal precioso en las riberas del Río Americano, al noroeste del estado.
Antes del hallazgo del mineral, California tenía población e instituciones hispanomexicanas, pero miles de inmigrantes del este del país comenzaron a llegar atraídos por las oportunidades de riqueza y gradualmente le imprimieron al estado un tono anglosajón.
La primera Constitución californiana de 1850 -ratificada en 1949- estipulaba que todo proyecto de ley, decreto o reglamento debía ser publicado en inglés y español. El gobierno estatal, además, tenía un traductor oficial.
En los primeros años de este siglo, sin embargo, se fue abandonando la costumbre de publicar las leyes en ambos idiomas.
Actualmente, a 458 años del descubrimiento de Juan Rodríguez Cabrillo, California tiene 33 millones de habitantes y se le considera como "cuna de alta tecnología, fuente de entretenimiento y canasta de alimentos para el mundo entero".
En las mismas costas que exploró el navegante portugués se encuentra la base naval militar más importante de Estados Unidos. En tierra firme se construyeron los aviones que ganaron la Segunda Guerra Mundial y los misiles con los que se amenazó a la desaparecida Unión Soviética durante la inquietante etapa de la guerra fría.
Hoy, al igual que hace 150 años, continúan llegando inmigrantes en búsqueda de las oportunidades de trabajo que se encuentran en el "estado dorado", que tiene la mayor población de origen hispano de todo el país: 10.4 millones de personas.
Según la Oficina del Censo, en julio de 1999, uno de cada tres hispanos en Estados Unidos vivía en California, donde constituyen casi un tercio de la población total del estado.
El condado de Los Angeles tiene la mayor cantidad de habitantes de origen latinoamericano en comparación con todos los condados del país: cuatro millones de personas. Y se dice que la ciudad es la tercera que alberga más mexicanos después del Distrito Federal y Guadalajara.
La presencia de migrantes tiene un impacto positivo en la estructura laboral y en el ritmo de la economía estadunidense: generalmente trabajan más horas por menos dinero, lo que permite mantener bajos los salarios de empleos no calificados y contratar más personas por parte de compañías con planes de expansión.
Ya no se trata de la fiebre del oro, pero en los últimos nueve años la economía estadunidense ha crecido gradualmente y el desempleo descendió a su nivel más bajo en 40 años, con apenas 4% de desocupación.
Varias empresas de diversos rubros, asociaciones agrarias, cámaras de comercio y algunos sindicatos coinciden hoy con los grupos de defensa de los inmigrantes, aunque no por razones estrictamente humanitarias: granjas, hoteles, restaurantes, firmas constructoras, tiendas y empacadoras de carne y otros alimentos en conserva necesitan cada vez más trabajadores.