MIERCOLES 20 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Estrenará su montaje a la obra escrita por Jaime Chabaud


Los talkshows son un ritual catártico, pero mediatizado: García Lozano

Ť Interesante, que un ser inmerso en la depresión se libere al asumir su vida como una telenovela

Ť Manipular el sentimentalismo nacional es algo que me disgusta de esos programas, señala

Carlos Paul Ť ''La realidad también es un producto de compra-venta. Mi vida es una telenovela y qué, si viviéndola de esa manera encuentro la felicidad".

Tal es la actitud de Alex, personaje de Talkshow, obra escrita por Jaime Chabaud, ganadora en 1999 del Premio Nacional Obra de Teatro y que será llevada a escena por Mauricio García Lozano.

Es un texto, comenta García Lozano, que se escribió antes (1998) de la polémica que se desató en los medios y que ''es en cierta medida de carácter autobiográfico".

Se trata de la historia de un escritor comprometido, dedicado a escribir sobre Chiapas y las organizaciones no gubernamentales, pero venido a menos. Marcado por la soledad y la insatisfacción, que intenta salir del alcoholismo y que lo acaba de dejar su mujer, es decir, ''con un cuadro depresivo marca diablo".

No obstante, su tabla de salvación es una propuesta, ''casi diabólica", de una de sus ex amantes y mejor amiga: trabajar como guionista de talkshows. Y como no tiene un peso, pues le entra al asunto.

Este es el comienzo de la historia que va más allá de lo anecdótico, pues para García Lozano, ''lo interesante y divertido del texto, viéndolo de manera realista, es cómo un personaje inmerso en una cuadro depresivo de esa magnitud, casi sin ninguna esperanza -luego de un itinerario casi dantesco-, libera sus tormentos asumiendo la vida como una telenovela. Y el hecho de entenderla de esa manera le permite encontrar la felicidad.

''La obra en lo esencial es acerca de un cuate que se aliviana, pero lo que me interesa destacar es cómo llega a eso.

''El cómo es lo importante. Ahí es donde considero que puede estar lo transgresivo de la obra y que como director me interesa sin duda desarrollar."

Y no obstante que se respeta mucho la historia, ''lo que hago es acentuar situaciones que en el texto original sólo están sugeridas''.

Chabaud se inclina más por la vida de Alex y ve la cuestión de los talkshows de una manera periférica.

''Para mí es mucho más interesante la posibilidad de convertir la historia de Alex en un producto televisivo. Lo que es periférico en el texto, no lo es en la puesta en escena.

''Intento reflejar más al colectivo que a la individualidad, sin dejarla por supuesto del todo de lado."

Se exponen, en la puesta, dos mundos, el real y el artificial, ''cuya frontera es muy discutible. En uno están la productora, el director, la conductora, los invitados y el especialista; y en el otro, la mujer, la chica que se transforma en cada una de las mujeres que Alex desea o ha deseado, desde una Cenicienta hasta una especie de Lolita de Vladimir Nabokov.

''El reto es cruzar estos mundos, articularlos de tal manera para que se dé un cruce de vías."

 

ƑFarsa melodramática?

 

Mientras el texto de Jaime Chabaud, añade el creador escénico, ''tiende hacia lo realista, el montaje intenta ser una farsa melodramática, en la que la historia de Alex forme parte de un talkshow. La obra se erige como una gran pesadilla que sufre el protagonista, que pasa de un sueño a otro. Y en uno de esos 'alucines' se ve inmerso en el programa, hablando de su vida, de sus relaciones y búsquedas amorosas, que para mi gusto es muy divertido".

Por otro lado, y es el caso que ''como creador me interesa denunciar, es la facilidad con la que permitimos se manipule la miseria humana como un producto comercial. Creo que lo que muestran (esos programas) como real es sólo aparentemente real.

''En ese sentido, lo que presenciamos en la pantalla chica es tan sólo una dramatización para ser vendida, incluidos los espectadores.

''Los talkshows son un potenciador de la realidad que rebasan lo sórdido y el escándalo, que parten de referentes 'aparentemente' reales e inmediatos. No obstante, las personas se lo creen, porque necesitan creérselo. Este fenómeno no es de extrañarse. Creo que las personas están ávidas de esos escándalos, de regodearse en la miseria humana. Es un poco como las luchas, pero menos bien hecho. Es un ritual catártico, pero mediatizado.

''Los talkshows me escandalizan, no por lo artificial. Al contrario, me divierten y lo que me disgusta es esa manipulación para reventar el sentimentalismo mexicano, los patrones emotivos y de conducta.

''La pregunta, más allá de cuestionar si son buenos o malos para las personas es, Ƒpor qué un país necesita este tipo de programas?''

(En Talkshow participan Hernán Mendoza, Mónica Dionne, Aída López, Carlos Corona y Liliana Flores. La escenografía e iluminación corre a cargo de Gabriel Pascal. El estreno será el viernes 22, a las 20:00 horas, en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, del Centro Cultural Universitario, en Insurgentes Sur 3000.)