JUEVES 21 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Encabezó la plegaria por los gobiernos federal y del DF
Oró Rivera por que las nuevas autoridades sepan gobernar
Ť Niega que la exaltación de mártires mexicanos llame a la violencia
José Antonio Román Ť Decenas de feligreses, encabezados por el cardenal Norberto Rivera Carrera, oraron ayer por que las autoridades federales y capitalinas hablen siempre con la verdad y tengan "capacidad de gobernar".
En la lista de peticiones hechas al final de la celebración, donde se recordó a santos coreanos y con la que concluyó el tercer Encuentro de la Causa de los Santos de la Arquidiócesis de México, el arzobispo primado destacó que la exaltación de los mártires mexicanos no puede ser entendida por el gobierno ni por la sociedad como un llamado a la violencia.
"El martirio es un grito de rechazo a la violencia; es un grito de perdón y de reconciliación, por eso podemos demostrar que en la base está el amor, porque sólo éste puede llevarnos a esa reconciliación, a ese perdón, a esa renuncia a la violencia; así fueron nuestros mártires mexicanos, así son los mártires de Corea, así son los mártires que la Iglesia ha reconocido a través de 20 siglos", dijo.
Durante la misa realizada en la parroquia de la Sagrada Familia, administrada por los jesuitas, en la colonia Roma, el cardenal Rivera señaló que todos los mártires mexicanos que han sido canonizados ofrecieron su perdón, llamando a los mexicanos a la reconciliación y a la no violencia.
Mencionó que en nuestros días también hay nuevos mártires, como aquellos que hoy encabezan la organización civil México Unido Contra la Delincuencia, integrada por personas que han sufrido el secuestro y la tortura de algún ser querido y que se presentan ante nosotros, precisamente, con el perdón.
Este perdón, agregó el cardenal, no es una capacidad humana, debido a que el hombre fácilmente se va con la revancha, con el desquite y con la ley del Talión de "ojo por ojo y diente por diente"; pero guiados por Jesucristo es cuando podemos llegar a la disculpa sincera.
Subrayó que los santos son aquellos que pudiendo optar por la violencia, en ningún momento se dejaron guiar por ese camino, renunciando a ella para dar testimonio de Cristo, ese mismo que nos enseñó que en el mismo acto del martirio se puede ser capaz de perdonar.
Aun cuando la misa se realizó en la iglesia de la Sagrada Familia, administrada por la Compañía de Jesús, destacó que el cardenal Rivera no tuvo una sola referencia o palabra alguna hacia el jesuita y beato Miguel Agustín Pro, cuyos restos se encuentran precisamente en ese templo.