JUEVES 21 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Se pretende conjurar un fracaso similar al de Seattle


Refuerzan las autoridades checas a la policía con unidades militares

Roberto González Amador, enviado, Praga, 20 de septiembre Ť Las autoridades checas no desean ser tomadas por sorpresa y por lo pronto reforzaron con unidades militares los cuerpos policiacos encargados de guardar el orden el próximo fin de semana, cuando se espera una nutrida marcha de opositores a las políticas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

A finales de 1999, las autoridades locales de la ciudad estadunidense de Seattle fueron sorprendidas por miles de manifestantes durante una reunión de la Organización Mundial de Comercio. Los disturbios hicieron fracasar la cita de ese organismo, que pretendía lanzar una ronda mundial de negociaciones para reducir más las barreras al comercio.

Después que protestas similares se han repetido en Washington, Filadelfia, Los Angeles, Davos y hace apenas unas semanas en Melbourne, el gobierno checo y los responsables de la ciudad de Praga han decidido no escatimar esfuerzos.

En la ciudad son esperados unos 15 mil manifestantes convocados por el movimiento Iniciativa en Contra de la Globalización Económica (INPEG), que ha anunciado protestas pacíficas, la más importante para el 26 de septiembre.

Mientras llega la fecha, por lo menos 400 mil residentes de Praga, una ciudad de un millón 230 mil de habitantes, decidieron salir de la capital para refugiarse en sus halupas, una especie de cabaña campirana que prácticamente toda familia checa posee. Además de los estudiantes de mil escuelas públicas que cerraron sus puertas, son básicamente ancianos y mujeres quienes dejan la ciudad.

En las cercanías al Centro de Congresos, un gigantesco edificio que era usado hasta hace poco más de 10 años para las reuniones del Partido Comunista de Checoslovaquia -hoy la segunda fuerza política más importante en la República Checa, después del gobernante Partido Social Demócrata- las calles lucen desiertas.

Los comercios cerraron sus puertas. Los dueños de los establecimientos colocaron maderas para proteger los cristales, al igual que lo hicieron empleados de algunos bancos que dejaron de prestar servicios al público.

Todos hablan de que las protestas serán pacificas. El gobierno ha declarado en la televisión que no espera disturbios, aunque ha reforzado los controles fronterizos. En Bohemia Occidental, frontera con Alemania, la policía detuvo a 30 integrantes de INPEG que portaban bates de beisbol "y evidentemente no son jugadores de beisbol", declaró Milada Sucha, vocera de la policía local.

"El gobierno no eludirá su responsabilidad si es incapaz de garantizar el orden y la seguridad durante la reunión del FMI y el Banco Mundial", dijo Stanislav Gross, ministro del Interior.

Pero no son sólo palabras. Las autoridades han tomado medidas para controlar la situación cuando las calles de esta ciudad sean "tomadas" por jóvenes preparados para organizar actos de protesta.