MARTES 26 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Los marginados han aprendido a aprovechar la globalización, sostiene


Cometerán suicidio los países que se opongan a los oprimidos: Zea

Ť Tarde o temprano los pobres dejarán de existir, al obtener mayor poder adquisitivo, vaticina

Miryam Audiffred Ť ''La emergencia de los grupos marginados ha dejado de ser un fantasma en las sociedades del mundo. Su despertar es una realidad y las naciones que se opongan a esta evolución cometerán suicidio."

Así es como el ''profeta irritante", Leopoldo Zea, vislumbra los días por venir y las horas que están llegando. Nada hay de apocalíptico o catastrofista en sus palabras. Si bien ha sido testigo de dos guerras mundiales y múltiples revoluciones sociales y anticoloniales, su pensamiento está lleno de optimismo.

Su libro Fin de milenio. Emergencia de los marginados ya está circulando en las librerías del país con el sello del Fondo de Cultura Económica.

El volumen, asevera, demuestra que el destino de la humanidad está en manos de aquellos individuos que han vivido bajo la opresión de las ideologías.

De hecho, el texto es, más que un trabajo formal y erudito, una cadena de impresiones en torno de la actual situación de los países de América Latina y la relación de esta región con el resto del mundo.

De acuerdo con el filósofo y profesor emérito de la UNAM, los tiempos actuales contemplan el surgimiento de una nueva globalización impulsada por los grupos marginados que se han empeñado en formar parte positiva del mundo, al tomar conciencia de sí mismos y de su situación.

''Los oprimidos han descubierto que son necesarios para mantener el equilibrio en un planeta globalizado. Saben que se les requiere como consumidores para continuar con un sistema que está amenazado por la excesiva producción. Por eso, ahora pugnan por ser tomados en cuenta. Reclaman ser parte igualitaria y no instrumentos de continentes enteros. Quieren conseguir el desarrollo compartido, el progreso sin fin."

Nacido en la ciudad de México hace más de ocho décadas, el creador de Dialéctica de la conciencia americana (1976) está seguro de que la tendencia irreversible en la comunidad mundial es acabar con la pobreza: ''Tarde o temprano la gente pobre dejará de existir, al obtener mayor poder adquisitivo."

Y es que, en su opinión y parafraseando a un intelectual de Bangladesh, ''la globalización es la primera gran oportunidad que tienen los pobres para dejar de ser pobres".

Sólo falta aprender a vivir bajo el orden capitalista y superar las enormes resistencias que tratan de impedir que este gran cambio sea posible.

Los conceptos identidad y etnia, inventos de dominio

Autor, entre otras obras, de América como conciencia (1953), Discurso desde la marginación y la barbarie (1988) y Fin del siglo XX. ƑCenturia perdida? (1996), Zea ha dedicado su vida a analizar la situación política y social de América Latina.

Sabe quiénes son los enemigos del Tercer Mundo y los métodos utilizados por éstos para no ceder ni un ápice de poder. No duda en señalar que la resistencia de los grandes globalizadores -Estados Un zea-leopoldo-jpg idos y Europa- puede ser ''feroz y cruel", y ''nadie sabe hasta dónde llegarán".

Doctor honoris causa por la Universidad de Atenas y galardonado en 1987 con el Premio Interamericano de Cultura Gabriela Mistral, Zea sostiene que los conceptos identidad y etnia sólo son inventos de dominio.

''De lo que se trata ahora es de comprender que todos somos iguales por ser distintos". No hace falta etiqueta alguna.

Es urgente, expresa, que México termine con la actitud paternalista que lo ha caracterizado en los últimos tiempos. ''Si hay alguien que entiende el gran daño ocasionado por esta conducta es Samuel Ruiz, quien durante su estancia en Chiapas aprendió que a los indígenas no hay que defenderlos, sino enseñarlos a defenderse".

Por ello cuestiona la importancia de hacer cumplir los acuerdos de San Andrés, puesto que su contenido convierte a los pueblos indígenas de México en objetos de museo.

''Apoyar este documento equivale a decir: estos indios no pueden ser tocados. Son una reserva humana anulada."

Los que hoy luchan por sacar adelante estos acuerdos, insiste, también pelean -de manera consciente o inconsciente- por generar otro apartheid.

''Me parece que los están engañando y manipulando con la supuesta defensa de su identidad, porque en el país no hay leyes que digan: los indígenas no pueden vestirse como quieran o tener determinadas costumbres.

''Entonces, creo que es mejor buscar la forma de que estos pueblos sean capaces de entrar a una nación con todos sus derechos. Estoy seguro de que acceder al desarrollo no implica dejar de ser."

Todo lo anterior le sirve para argumentar que el subcomandante Marcos es un provocador y un instrumento que mantienen desde Europa para conservar algo que por sí solo no puede sostenerse: la revolución étnica.

''No se trata de perder fronteras o soberanías, sino de conciliar los modos de vida capitalista y socialista para caminar integrados, pues si un elemento falla todo se caerá."

En estos tiempos difíciles para las utopías, Zea está firme. Tiene la certeza de que el mundo vive ahora ''el difícil anticipo de ese porvenir que puede hacer posible la anhelada casa del hombre", en la que la explotación sea echada al olvido para permitir la participación libre de todos los pueblos.

''Se abre paso una historia auténticamente globalizada que está originando cambios en la primitiva mentalidad del hombre y le permite convivir tanto con la naturaleza, de la que es parte, como con sus semejantes, sin ver en ellos a animales para utilizar o enemigos por descabezar."