MARTES 26 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Angeles y pecadores, exposición de la artista en la Galería Trazo


Sensualidad y espiritualidad, extremos de mi pintura, dice Susana Campos

Ť Recreo la situación de las mujeres cuando se muestran y son inaccesibles, señala

Ť ''Al igual que el ser humano, el espacio está lleno de moléculas y átomos''

Merry Mac Masters Ť La sensualidad es una característica de la pintura de Susana Campos. Tiene que ver con su gusto por las formas sinuosas, por ejemplo, el cuerpo de la mujer. En ese sentido la pintura del barroco siempre ha ejercido una especial atracción sobre la artista. Nada más basta recordar las sensuales féminas que pintó Rubens. Pero, en el barroco, también hay misticismo, apunta la entrevistada. En su más reciente serie Angeles y pecadores, en la que lleva un lustro trabajando, Campos conjuga estos dos aspectos en el ser humano a fin de jugar con el espacio y la forma.

Al respecto, asevera: ''No son propiamente ángeles porque no tienen alas. A final de cuentas son figuras masculinas y femeninas, no tan claramente definidas aunque sí hay diferencias. El hecho de que la cabeza esté separada del tronco es significativo de la división entre cuerpo y mente. En el ser humano existe esta contradicción entre lo que piensa y lo que siente. Son entes que están en un espacio indefinido que puede ser el cielo o el agua. Estos personajes etéreos pueden ser reales o irreales por su misma ubicación en el espacio. Lo que los marca es que están en permanente movimiento. O están moviéndose en sí mismos, alrededor de sí mismos, ascendiendo o descendiendo. Pero siempre están en una situación de inestabilidad. Existe esta dicotomía entre la sensualidad y la espiritualidad. Esta ambigüedad de que sean ángeles o demonios, suben o bajan, es para crear en el espectador una inquietud y al mismo tiempo una pregunta".

Figura y espacio, dos seres vivos

No es la primera vez que Susana Campos retoma la figura. ''Tengo muchas series diferentes -apunta- con distintas inquietudes y motivaciones. Lo mismo me he ido hasta el abstraccionismo lírico que es esta figuración abstraída, hasta he tocado temas tan reales y evidentes como esta serie que hice sobre personajes del burlesque (la trabajó de 1988 a 1991), en donde la sensualidad de la forma es evidente. Allí, mi intención no era más que eso: manifestar ese juego de la sensualidad, la situación de las mujeres cuando se muestran y que son inaccesibles".

Si Campos ha tenido diversos intereses artísticos, siente que la presente serie reúne muchas de sus inquietudes anteriores y que la intención es más clara:

''Como que está más plasmado mi sentir como ser humano, es decir, la relatividad de la existencia, que nada es verdad o es mentira. Parece que estás muy bien pero no lo eres, estás mal. Lo ambiguo de la vida."

El sello de su obra está en la forma misma y cómo se coloca en el espacio: ''Para mí el espacio también es muy importante. En esta serie está muy bien definida la figura y el espacio. Haz de cuenta que son dos seres vivos. El espacio está lleno de moléculas y átomos, al igual que el ser humano. Los trabajo de diferente manera pero trato de darles ese movimiento interior que imagino, resuelto a base de pinceladas muy libres y contrastes de tonos".

(Angeles y pecadores, serie de 15 óleos de Susana Campos, se exhibe hasta el 12 de octubre en la Galería Trazo, Noche de Paz 14-16, colonia Vistahermosa. El 4 de octubre, a las 19:30 horas, se realizará una plática en torno de la obra de la pintora, con la presencia de Patricia Morán, Carlos María Santos, Javier Ballina, Marcela Cauduro y la expositora.)