JUEVES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Los organismos no son fiables: Jubileo 2000


FMI-BM no cumplen promesa de reducir la deuda de países pobres

Roberto González Amador, enviado, Praga, 27 de septiembre Ť Los templados capitanes de las finanzas internacionales decidieron anticipar un día la clausura de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, mientras cientos de manifestantes siguieron recorriendo las calles de la ciudad para protestar contra los efectos de la globalización económica.

En un hecho que no registra precedente, el FMI y el Banco Mundial precipitaron la conclusión de su 55 reunión anual, cuyo fin estaba previsto para el jueves, aunque aseguraron que la decisión de adelantar un día la ceremonia de clausura no estaba relacionada con las violentas protestas callejeras, que continuaron por segundo día.

La reunión finalizó sin un compromiso concreto de reducción de la deuda de los países más pobres, y con mensajes de ambos organismos sobre la necesidad de reducir la pobreza, procurar la estabilidad financiera mundial e impulsar un crecimiento económico sin inflación.

El Centro de Congresos, la sede del encuentro, fue evacuado el martes por la noche en medio de un impresionante dispositivo de seguridad. Para los trabajos de este miércoles, los delegados llegaron en camiones especiales protegidos por la policía, mientras la ciudad permaneció en virtual estado de sitio.

Un vocero del FMI aseguró que la clausura de la reunión se anticipó un día por decisión del sudafricano Trevor Manuel, quien presidió la asamblea, ante el hecho de que sobraba tiempo para desahogar todos los discursos hoy mismo.

''Es una lástima que esto haya derivado en tanta violencia'', dijo Trevor Manuel antes de dar por terminados los trabajos. Otras fuentes mencionaron que la reunión fue interrumpida porque las autoridades checas no se comprometieron a garantizar la seguridad de los delegados.

La noche del martes, un camión que transportaba a delegados fue alcanzado por una bomba molotov en la histórica plaza de San Wenceslao, sin que hubiera heridos por la pronta intervención de la policía. Otro vehículo estuvo rodeado 35 minutos por manifestantes.

El signo de las protestas callejeras para pedir una mayor transparencia y compromisos contra la pobreza de parte de ambos organismos internacionales marcó esta reunión anual, y la tónica prevaleció en el último día de la cumbre, que congregó a ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de 182 países.

''Todos venimos a Praga para sostener deliberaciones sobre los cruciales problemas que enfrenta la economía mundial'', señaló en la ceremonia de clausura Horst Köhler, director gerente del FMI.

''Desafortunadamente, estos días fueron estropeados por la violencia y destructiva conducta de un pequeño grupo de personas que no están interesadas en el diálogo ni los procesos democráticos'', apuntó.

James D. Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, y el propio Köhler se empeñaron en transmitir un mensaje de apertura de ambos organismos hacia los reclamos de las organizaciones no gubernamentales, principalmente en dos temas: el alivio a la deuda de los países más pobres y escuchar la voz de la sociedad en la elaboración de los programas que llevan a cabo en todas las naciones del tercer mundo donde actúan.

Hoy, con la cumbre abortada y la sensación de desconcierto en el ambiente, Wolfensohn y Köhler trataron de dar la impresión de que no hubo fracaso en Praga.

Después de la clausura, ambos directivos tuvieron un breve encuentro con integrantes de la Coalición Jubileo 2000, un grupo católico que pide la abolición de la deuda del tercer mundo y que el domingo realizó aquí una manifestación pacífica.

La Coalición Jubileo 2000 entregó a los responsables del FMI y el Banco Mundial un paquete con 2 millones de firmas de ciudadanos de todo el mundo que respaldan la iniciativa para abolir la deuda.

''Al término de la reunión de Praga, hemos comprobado que las palabras de los organismos financieros internacionales no son fiables. Ustedes no cumplieron su promesa de bajar la deuda'', expresó Jurgen Kaiser, representante de Jubileo 2000 en Alemania, al entregar el paquete a Wolfensohn y Köhler.

En el discurso de clausura, Köhler aseguró que existe el compromiso del FMI de trabajar estrechamente con el Banco Mundial en buscar la aplicación en un mayor número de países de la Iniciativa para Aliviar la Deuda de los Países Pobres Altamente Endeudados (HIPCI, por sus siglas en inglés), pero no hubo mayor anuncio en concreto.

Bajo la iniciativa HIPCI, el FMI y el Banco Mundial pretenden reducir en 65 por ciento la deuda por 50 mil millones de dólares de 40 países altamente endeudados, principalmente de Africa. De América Latina sólo están incluidos Bolivia, Nicaragua, Jamaica y Guyana.

Durante la breve reunión con Jubileo 2000, Köhler dijo que el puro hecho de condonar la deuda externa no soluciona los problemas de los países más pobres. ''Además de recibir los beneficios de la HIPCI, esas naciones deben realizar ajustes para tener políticas económicas sanas'', apuntó.

En su turno, James D. Wolfensohn sostuvo que la reducción de la deuda de los países no es todo lo que se debe hacer para aliviar la pobreza. ''Debemos trabajar en muchos aspectos, sobre todo en la mejora de los sistemas legales y en dar voz a los pobres de cada país'', indicó.

Por la tarde del miércoles, Köhler y Wolfensohn aprovecharon el tiempo extra que tuvieron por la clausura anticipada de la reunión anual para visitar en el hospital a algunos de los 55 policías que resultaron heridos durante los disturbios del martes.

Wolfensohn y Köhler ofrecerán mañana jueves una conferencia de prensa conjunta, hecho también atípico en este tipo de reuniones. Tradicionalmente, el último día de la cumbre y después de la clausura los responsables de los organismos conceden las conferencias de prensa por separado.