JUEVES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť No hay planes arquitectónicos o presupuestales para un cambio tan radical, dice
González Cicero: ningún documento del AGN será trasladado a Pachuca
Ť Inexistentes, los problemas de humedad y hundimiento anunciados por Patricia Galeana
Ť El reacondicionamiento del inmueble requirió de cerca de $2.5 millones, asevera la titular
Miryam Audiffred Ť El ''Palacio Negro" de Lecumberri seguirá albergando la memoria escrita del país, asegura la historiadora Stella María González Cicero quien, al frente del Archivo General de la Nación (AGN) desde diciembre. La historiadora está decidida a festejar el centenario del inmueble aclarando las controversias generadas a fines del año pasado por Patricia Galeana, su antecesora en la dirección.
''Ningún documento será trasladado a Pachuca", sostiene la especialista. ''El edificio se encuentra en muy buenas condiciones y, además, no existe ningún proyecto arquitectónico o presupuestal para llevar a cabo este cambio tan radical. Era una idea de la directora anterior que no contaba con el aval de las autoridades pues no había ningún documento firmado. Ni siquiera las facultades (de Química, Física, Arquitectura e Ingeniería de la UNAM, señaladas por Galeana) estaban trabajando en eso".
Los ''graves problemas de humedad y hundimiento" señalados por Patricia Galeana para justificar el movimiento de los documentos, tampoco son una realidad. Y es que, aclara González Cicero, éstos fueron generados por la mala instalación del sistema de aire acondicionado y por la falta de mantenimiento en el drenaje.
''Los ductos colocados para controlar la humedad y la temperatura estaban rotos o picados -explica-. Pero también había muchos agujeros, abiertos para introducir estos tubos, que no fueron sellados bien; lo que ocasionaba que al llover tuviéramos verdaderas regaderas".
Sumado a esto, había una parte del inmueble que también resultaba afectado por grandes inundaciones debido a que no fueron realizadas las labores de desazolve.
De acuerdo con la directora del AGN, arreglar esta situación requirió de aproximadamente 2.5 millones de pesos los que, según su equipo de trabajo, eran ''más que necesarios" para evitar que el inmueble pareciera un edificio de la posguerra.
En cuanto al hundimiento, afirma que el ''Palacio Negro" no presenta niveles superiores a los del resto de la ciudad de México, no obstante reconoce que algunos puntos deben ser intervenidos debido al peso de esta construcción de piedra y acero. ''El mecanismo que utilizaremos aquí será muy similar al usado para rescatar la Catedral. Estamos a muy buen tiempo, así que ya se efectúan los estudios necesarios para definir qué puntos del inmueble serán inyectados".
Poco antes de dejar la titularidad del archivo para incorporarse a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, como secretaria ejecutiva, Galeana anunció la conformación de una sociedad de amigos del AGN que, integrada por personajes como Elías Trabulse y Santiago Genovés, sería la encargada de impulsar las actividades organizadas por el recinto y de recaudar los recursos para su mantenimiento.
Recuperar dignidad y señorío
Esa sociedad de amigos también ha desaparecido. ''Afortunadamente pudimos dar marcha atrás porque había algunos errores -aclara González Cicero-. Además, el documento señalaba con claridad que el dinero recaudado sería administrado por Patricia Galeana y no por la titular en turno del Archivo General. Eso me pareció muy peligroso".
Pero el Palacio de Lecumberri no llega a su centenario sin el apoyo de la sociedad civil. ''Nuestro gran reto es lograr que recupere su dignidad y señorío", indica la historiadora. Por eso, se creó el fideicomiso Preservación de la Memoria de México que, de entrada, cuenta con casi 2 millones de pesos proporcionados por Fomento Cultural Banamex y el empresario Alfredo Harp Helú, así como el obtenido mediante la organización de múltiples actividades.
La directora no niega que hay una pequeña parte del acervo en malas condiciones. Se trata de documentos -''cerca del 1 por ciento del archivo"- correspondientes al siglo XIX que nunca fueron sacados de sus cajas, desde que se les trasladó de su antiguo albergue, el Templo de Guadalupe, mejor conocido como La Casa Amarilla.
Asimismo, se puso en marcha un proyecto de microfilmación del material documental que, hasta el momento, sólo ha afectado a 60 por ciento de las dos series más consultadas: las correspondientes a Guerras e Inquisición. También el archivo fotográfico muestra algunos avances puesto que 70 mil -de los 8 millones de imágenes resguardadas- ya fueron digitalizadas.
El Palacio de Lecumberri enfrenta hoy el desafío de desprenderse, por fin, de sus leyendas negras. Hay quienes dicen que ya es hora de que se le conceda el indulto.
Centenario Palacio Negro
Diseñado en 1885 por Antonio Torres Torija para ocupar una superficie de 27 mil 513 metros cuadrados, la Penitenciaría de México -conocida como el ''Palacio Negro" de Lecumberri- abrió sus puertas el 29 de septiembre de 1900. Quince años de trabajos de construcción tendrían que pasar para dar inicio a una larga de historia de injusticias y sufrimientos que, hasta su cierre definitivo en 1976, arrastró a personajes como David Alfaro Siqueiros, Alvaro Mutis y Adolfo Gilly, entre muchos otros.
El inmueble fue, como se dice, el más moderno de América Latina y el más eficaz para provocar dolor. Quienes estuvieron presos en este ''infierno de piedra'' cuentan que los horrores vividos hacían ver, a la muerte, chiquita. De hecho, entre sus muros fue donde tomó forma El apando, de José Revueltas, obra que retrató la celda común de la crujía G. El último director del penal, Sergio García Ramírez, escribió que el apando de Lecumberri estaba desprovisto de muebles y no contaba con fuente de luz y aire. ''En el piso inferior de la crujía, bajo la celda, se instaló un baño de vapor. El lugar se mantenía constantemente húmedo y caliente". Esta era la forma de invocar a Dios y al diablo a los que, seguramente, se hace alusión en varios de los documentos que, desde los años setenta, son los nuevos habitantes del palacio. (Miryam Audiffred)