JUEVES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Deslinda a Rivera


Extrañamiento de la arquidiócesis a la autoridad local

José Antonio Román Ť Luego de las declaraciones que el fin de semana pasado hiciera el director general de Gobierno del Distrito Federal, Francisco Garduño Yáñez, en contra del cardenal Norberto Rivera, la arquidiócesis primada de México presentó un "extrañamiento" al gobierno de Rosario Robles, por el "cúmulo de ignorancias y difamaciones" expresadas por dicho funcionario.

En un comunicado distribuido anoche, la instancia eclesiástica consideró que con las múltiples aclaraciones hechas en su momento parecía haber quedado claro ante la opinión pública que la llamada Marcha por la Vida, realizada el domingo pasado, fue convocada por diversas organizaciones civiles y nunca por Rivera Carrera.

"Estas instituciones gubernamentales ejercen un legítimo derecho a expresar su oposición ante una ley que pasa por alto el derecho a la vida, teniendo en este tema coincidencia con la posición de la Iglesia católica", dice el texto del comunicado, el cual insiste en que la simpatía expresada por dicha marcha no convierte al cardenal en promotor del "asalto al poder desde el púlpito" y menos aún en "sembrador de semillas de guerra cristera".

Y es que el pasado domingo, fecha en que se realizó la marcha en contra del aborto y en demanda de que deroguen las reformas legales que amplían las causales del aborto, Garduño Yáñez declaró que el cardenal se presentaba como un "apóstata de la unidad nacional, la paz pública y el orden social" al promover manifestaciones públicas en contra de las autoridades y de las leyes.

En esas mismas declaraciones lamentó que personajes de la vida religiosa no hubieran aprendido las lecciones de la historia y que hoy pretendieran nuevamente asaltar el poder desde el púlpito.

Ayer, en la respuesta oficial del arzobispado, se señala que los calificativos del servidor público reflejan un pleno desconocimiento del trabajo pastoral realizado en la ciudad. Además de que denotan una actitud intolerante que contradice su propia afirmación de que "estos tiempos son de reconciliación".