JUEVES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Gabriel Orozco, errante pintor mexicano

Merry Mac Masters Ť No pinta ni se la pasa reclamando su mexicanidad, sin embargo la obra de Gabriel Orozco (Jalapa, 1962) es mejor conocida fuera que dentro de su país. Y como siempre le gustó viajar, en cierto momento Orozco tuvo la oportunidad de irse de México y se fue. Le había tocado vivir una situación que no es exclusiva de aquí: ''Es lo que sucede cuando un artista tiene que salir de su casa para ir a la calle. Luego, regresa con algunas cosas que encontró y los pone sobre su buró. Entonces, a lo mejor llega su mamá y le pregunta, 'Ƒde dónde sacaste esto?' 'Ah, pues, estaba en la esquina'. 'Qué cochinada'. Pero, a mí me gusta".

La obra de Orozco no es fácil de definir. Sus materiales van desde la plastilina hasta la fotografía, pasando por el dibujo, el collage y los objetos encontrados. Indudablemente tiene una manera singular de mirar el mundo que lo rodea, dijo ayer en rueda de prensa Alma Ruiz, curadora de la exposición Gabriel Orozco, generada por el Museo de Arte Contemporáneo de Los Angeles, que el 3 de octubre será inaugurada en el Museo Rufino Tamayo. Se trata de la primera muestra en forma de su obra en México. Compuesta por escultura, fotografía, video, dibujo, arte-objeto e instalación de los años noventa, en febrero de 2001 se albergará en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey.

Para Orozco, una aceptación inmediata de su trabajo tal vez hubiera sido ''peor". Llama a la presente muestra ''una manera de incluirme en México y de incluir México en mi vida". Reconoce, no obstante, que su vida seguirá siendo la misma: ''No voy a regresar a vivir aquí inmediatamente. Voy a seguir trabajando por todos lados".