VIERNES 29 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Before night falls se exhibió en el festival de Donostia
Con el filme de Schnabel avizoré otra realidad de Cuba: Bardem
Ť El actor español encarna al poeta anticastrista Reinaldo Arenas
Angel Vargas, enviado, San Sebastián, 28 de septiembre Ť Las convicciones de Javier Bardem están tranquilas. No tuvo que afrontar prejuicio ideológico alguno, asegura, para encarnar al escritor cubano anticastrista Reinaldo Arenas en Before night falls, el segundo largometraje de Julian Schnabel y por cuya interpretación fue reconocido como el mejor actor en la reciente Mostra di Venezia.
El artista español niega que ''la estirpe roja" de su apellido signifique que sea militante. Es, de hecho, un tanto reticente a hablar de política e incluso afirma que teme hacerlo, máxime cuando se trata de una circunstancia tan ''ampulosa" como lo es el régimen cubano o la figura de Fidel Castro.
''No es algo que me pertenece, no tengo derecho. Sólo soy una actor que representa a un personaje y que (como tal) sí tenía una responsabilidad. Evidentemente cuando acepto un papel tomo una iniciativa, una postura política", comenta.
''Eso en un principio me echó para atrás (para participar en el filme), pero una vez leyendo los libros de Reinaldo, conociendo gente que ha sufrido eso (represión y hostigamiento) y viendo ciertas películas, descubrí otra realidad de Cuba que no conocía y me pareció denunciable, así como hay cosas del régimen que son aplaudibles".
Al igual que el director neoyorquino, Javier Bardem asume que Before nights falls es una película contra la intolerancia, situación que, enfatiza, está en boga con ataques y condenas como la emprendida por el Papa contra la homosexualidad abierta, por una marcha gay que se efectuó en el Vaticano hace unos meses.
''La intolerancia es algo que está pasando. En este caso, a Reinaldo le sucedió en Cuba y éste es un país contradictorio. Siempre que se habla de éste surgen ampollas de todos lados. Yo tenía un problema al principio, pero un problema por incapacidad de ver cosas que no quería ver."
Mejunje para narrar una vida
La presencia de Javier Bardem en San Sebastián causa gran expectación no sólo entre los cinéfilos y periodistas que asisten al festival de cine, sino en gran parte de los donostiarras a la caza de un autógrafo.
La suya no es una fama gratuita, sino algo que ha construido con el tiempo y la calidad histriónica demostrada en trabajos de reconocidos realizadores, entre ellos Pedro Almodóvar, Bigas Luna y John Malkovich.
En Before night falls, proyectada hoy dentro de la sección Zabaltegui, donde compite por el Premio del Público, Bardem personifica un Reinaldo Arenas intenso y sensible, firme en sus convicciones, primero a favor de la revolución encabezada por Fidel Castro y, luego, en total oposición ante la persecución y las vejaciones de que fue víctima por su condición de homosexual y que lo llevaron a exiliarse en Estados Unidos, donde murió de sida en 1990.
No se trata de una película apegada en todo al libro autobiográfico homónimo del poeta cubano. Explica Julian Schnabel que ''es un mejunje" que narra la vida de aquél con base en gran parte de su bibliografía, conformada por más de 20 libros, entre ellos Celestino antes del alba y El mundo alucinante, y de los que sólo el primero no fue prohibido en la isla.
El pintor y escultor refuta que exista alguna pretensión política detrás de su trabajo o una crítica velada al régimen de Castro:
''La de Reinaldo es una vida intrínseca a la Revolución cubana. No soy cubano ni homosexual, no sé si tengo un sentido objetivo, pero el filme es una forma de ver desde afuera la situación para hablar de ella. No tengo afecto por la derecha o la izquierda y pienso que Reinaldo está hablando por su voz. El no quiere ser utilizado como una etiqueta oportunista de la derecha o la izquierda. Es como un judío que sufre el racismo, que señala las cosas como las ve y que dice: 'Yo grito porque estoy triste'".
Bardem, quien descarta seguir ''la carrera americana", como su compatriota Antonio Banderas, apuntó: ''No me trago los personajes, pues algunos están escritos para disfrutar haciéndolos y otros no. En el caso de este personaje ya estaba hecho, sólo tenía que quitarme de en medio como actor y dejar que él hablase".