SABADO 30 DE SEPTIEMBRE DE 2000
Ť Político, el conflicto entre Moscú y Gusinski
Tercera reprimenda a Lesin del premier Mijail Kasianov
Ť El ministro de Información de Rusia fue avergonzado en público
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 29 de septiembre Ť Mijail Lesin, el controvertido ministro de Información y Prensa que ofreció al magnate Vladimir Gusinski garantías políticas, entre ellas cesar la persecución judicial en su contra, a cambio de su imperio mediático, recibió ya la tercera reprimenda pública, pero el Kremlin no parece tener la intención de destituirlo.
El primer ministro Mijail Kasianov, al inaugurar ayer la reunión plenaria del gabinete hizo ponerse de pie a Lesin, quien, con la cabeza agachada, escuchó un nuevo regaño y fue señalado como ejemplo de "lo que no debe hacer ningún miembro del gobierno", inmiscuirse "a título personal" en una disputa económica entre empresas.
Esta lectura de los hechos pretende lavar de culpa al Kremlin y reducir la cuestionada participación de Lesin, pese a su cargo público, a un desatino imputable sólo a él, que le dio "equivocadamente un tinte político" al conflicto por el control del grupo de prensa privado más importante del país.
Ya antes de Kasianov el presidente Vladimir Putin, quien prometió mantenerse al margen del contencioso que enfrenta al monopolio estatal del gas Gazprom y al consorcio Media-Most, había calificado de "inadmisible" el proceder de Lesin.
Parecerían suficientes razones para tomar medidas más drásticas que la simple llamada de atención, y no haberlo hecho todavía sólo refuerza la impresión de que Lesin no actuó por iniciativa propia al participar en las negociaciones sobre la venta de Media-Most a su acreedor Gazprom, y menos cuando usó la procuraduría con fines políticos en atribuciones por encima de la ley.
En todo caso, el comportamiento de Lesin, que se sabe pieza clave en el entorno de Putin, no es el de un ministro arrepentido; por el contrario, al término de la reunión de gabinete y con dos equipos de grabación de los canales de televisión del Estado, se dirigió de inmediato a la sede de la procuraduría y se entrevistó con el subprocurador general Vasili Kolmogorov.
Después, en una nueva coincidencia, Kolmogorov anunció la apertura de una causa penal contra los principales accionistas de Media-Most por "estafa en gran escala".
El subprocurador asegura tener evidencias de que empresas del consorcio de Gusinski vendieron acciones que formaban parte del paquete accionario ofrecido a Gazprom como garantía de uno de los créditos.
Media-Most rechaza las acusaciones y sostiene que la restructuración de algunas empresas del consorcio se realizó con apego a la ley y con el pleno conocimiento de Gazprom, que en su momento no puso ninguna objeción a que parte de los activos, que no afectan los acuerdos entre ambos, fueran sacados a paraísos fiscales.
"Lo absurdo de las acusaciones de la procuraduría en contra nuestra sólo subraya el carácter político de las presiones sobre Media-Most, el afán de ponerlo a cualquier precio bajo control del Estado", señala un comunicado del grupo de prensa.
El conflicto entre el Kremlin y Gusinski entra a una nueva espiral de confrontación, justo cuando Media-Most y Gazprom empezaban a considerar la posibilidad de encontrar una fórmula satisfactoria para resolver de común acuerdo sus diferencias eco- nómicas, y esto indica que el problema de fondo no es económico, sino político.