SABADO 4 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Combate a disidentes, constante en su trayectoria
Rodríguez Alcaine, 24 años de control absoluto en el SUTERM
Ť Con las declaraciones del líder sindical se podría hacer una colección de la picaresca mexicana: Netzahualcóyotl de la Vega
Fabiola Martínez y Alma E. Muñoz Ť Símbolo del corporativismo, Leonardo Rodríguez Alcaine se religió por sexta ocasión al frente del Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), cargo al que llegó en 1976 como heredero de Francisco Pérez Ríos y de la mano del extinto jerarca cetemista, Fidel Velázquez.
La Güera Rodríguez Alcaine, originario de Texcoco, estado de México, se inició en la industria eléctrica nacional con un sueldo de 58 pesos mensuales. Casi seis décadas después, aquel mozo adscrito a un almacén es el hombre que controla desde hace 24 años los destinos de una de las organizaciones gremiales más importantes del país y, también por herencia, los de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
El empeño y las coyunturas sindicales y políticas le ayudaron a colocarse siempre a un lado de los hombres de poder y de las estrategias para derrocar cualquier brote de disidencia o corrientes democráticas al interior del SUTERM. Hasta ahora, producto de la oposición a la apertura de la industria eléctrica al sector privado, surgió una reducida planilla opositora que intentó disputarle la representación de más de 60 mil trabajadores sindicalizados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El origen
Pocos años después de ingresar a lo que sería la CFE, en la década de los 40, conoció a Francisco Pérez Ríos, quien llegó a ser uno de los principales líderes del gremio electricista. Gracias a él, Rodríguez Alcaine conoció la vida sindical y tuvo sus primeros acercamientos con Fidel Velázquez, quien hasta el día de su muerte lo cobijó.
Los detractores de La Güera o Periquín, como él prefiere que se le llame, afirman que siempre estuvo al amparo de los dirigentes y su mayor virtud fue colocarse como brazo derecho de Pérez Ríos, primero como su cargaportafolios y después como su chofer.
A la par del desarrollo y fortalecimiento del Sindicato Nacional de Electricistas, Similares y Conexos de la República Mexicana, gremio cetemista a cargo de Pérez Ríos, se gestaba un proceso de democratización sindical con el grupo detentador de los contratos de las entonces empresas eléctricas extranjeras, el Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (STERM), encabezado por Rafael Galván.
En la década de los 60 se constituyó la Federación de Trabajadores Electricistas en un ámbito independiente y democrático, en el que confluyeron los trabajadores de todas las compañías del ramo, excepto las representadas por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
La unión parecía consolidarse con la firma de un pacto para garantizar la integración de todas las empresas que confluían al interior de la naciente Comisión Federal de Electr icidad, producto de la nacionalización de la industria eléctrica en los tiempos del presidente Adolfo López Mateos.
Con ese pacto, validado por las autoridades laborales a través de un laudo, los dos grandes sindicatos respetarían sus respectivas áreas de titularidad de los contratos colectivos y permitirían la homologación de salarios y prestaciones para el gremio. Posteriormente, el SME se incorporó a la unión y conformaron el Convenio Tripartita para la Integración de la Industria Eléctrica y la Unidad Democrática de los Trabajadores Electricistas.
El despojo
"La idea era integrar un solo sindicato nacional de industria, pero el gobierno, en las postrimerías del régimen de Gustavo Díaz Ordaz, consideró que esta unidad podía afectar la estructura corporativa del control sindical, mejor conocido como charrismo", explicó Héctor Barba, integrante del equipo de Galván y uno de los impulsores de la democratización del gremio.
Con la llegada de Luis Echeverría a la Presidencia, el sindicato de la CTM demanda la titularidad de los contratos colectivos de los galvanistas. La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje entrega la representación de los trabajadores a la central de Fidel Velázquez.
Ante el despojo, el gobierno se ve obligado a integrar en 1972 al STERM y al Nacional de Electricistas, Similares y Conexos de la República Mexicana como la única alternativa para calmar los ánimos y movilizaciones. Entonces surge el SUTERM, con Francisco Pérez Ríos al frente. Se forman dos secretarías de Trabajo, a cargo de Leonardo Rodríguez Alcaine y Héctor Barba. Rafael Galván queda en la Comisión Nacional de Vigilancia y Fiscalización. Así empieza la democratización del gremio y se unifica el contrato colectivo.
De nueva cuenta, agregó Barba, Echeverría frena el avance, porque teme la propagación de este ánimo al resto del movimiento obrero y la "afectación al control corporativo. Pérez Ríos acepta la democratización al interior del SUTERM e incluso se empieza a perfilar como un líder nacional, haciéndole sombra a Fidel Velázquez en condiciones tales que incluso pudo haberlo sustituido en el mando de la CTM".
En 1974, Pérez Ríos enferma de cáncer y deja el control del sindicato a Rodríguez Alcaine. Un año después La Güera, con el apoyo abierto de Velázquez, convoca a un congreso extraordinario e impide, como ayer, la participación de los delegados democráticos. Consigue el triunfo y aplica la cláusula de exclusión -que incluyó la pérdida del trabajo- a ocho integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), encabezados por Galván. Con él también se fueron los trabajadores que lo respaldaban.
Nació entonces, en 1976, la llamada "tendencia democrática" de los electricistas. El choque fue frontal con la CTM y la CFE. Galván propuso iniciar una huelga nacional para obtener la reinstalación de los despedidos.
En el último minuto, explicó el investigador Víctor Sánchez, Galván prorrogó el movimiento al 16 de julio, "pero empleados de la CFE y acarreados de la CTM impidieron la huelga al colocarse en todas las instalaciones y oficinas con apoyo del Ejército". El líder opositor a Rodríguez Alcaine exhortó a sus compañeros a retornar a sus puestos de trabajo y aceptó la exclusión de ocho integrantes del CEN. Meses después, la "tendencia democrática" se desintegró.
A partir de entonces, de la mano de Fidel Velázquez, Rodríguez Alcaine, su compadre, afianzó su poder absoluto en el SUTERM. Hasta la elección de ayer, controla sin oposición alguna los destinos, cuotas, comisiones por contratos de la CFE y prerrogativas políticas que le redituaron en varias ocasiones cargos en el Congreso de la Unión.
El arribo a la CTM
Fidel Velázquez muere en 1997. En la lista de los secretarios generales sustitutos Periquín estaba en el tercer lugar, tras de Blas Chumacero, quien fallece días después que el jerarca cetemista, y Emilio González, quien declinó por su debilitada salud. En su lecho de muerte, el líder de la CTM nombró como su sucesor a Rodríguez Alcaine, como éste relató a La Jornada en julio de ese año: "...al final, cuando ocurrió el deceso, en presencia de don Emilio me dijo que yo era el bueno".
Entonces se definió como un hombre de poca escolaridad. Para él, un líder sindical "no debe ser un intelectual sino un hombre de la base que se preocupe por tener asesores en todos los aspectos de la vida política y sindical, que tenga una buena relación con todos los integrantes del CEN de la CTM, que sea cercano al gobierno e incluso con cierta cercanía con la oposición".
Netzahualcóyotl de la Vega, uno de sus más cercanos colaboradores y vocero de la Confederación de Trabajadores de México, diferencia ahora ambos liderazgos: "el que quiera ver en Rodríguez Alcaine un émulo de Fidel Velázquez no lo va a encontrar nunca. Las entrevistas de don Fidel se publicaban íntegras en el CTM (antiguo órgano oficial de la central) y servían para que los líderes de provincia tomaran notas e hicieran sus declaraciones, pero si hubiéramos publicado íntegras las entrevistas con Rodríguez Alcaine y alguien las hubiera archivado habría hecho una colección de la picaresca mexicana".
-Se dice que posee millonarios recursos provenientes de comisiones de contratos con la CFE e incluso empresas a nombre de su esposa, Ƒqué hay de cierto?
-No les voy a decir que no existen, pero yo no los conozco. Solamente quiero recordarles que en México no perdonamos que la gente triunfe. El hombre está ahí, trabajando, haciendo su mejor esfuerzo, con sus frases, con su manera de ser. Conozco a Rodríguez Alcaine desde hace muchos años, lo conocí siendo ayudante de Paco Pérez Ríos, fuimos senadores juntos, ha sido diputado federal en varias ocasiones y es una gente de vivir muy ordenado. Lógicamente una persona que trabaja durante muchos años no se está muriendo de hambre, pero así que digan šah, tiene una riqueza!, no es cierto, que yo sepa no. Cada quien gasta su dinero en lo que quiere. Hay quienes coleccionan corbatas y hay quien colecciona carros. Como todos los humanos tiene debilidades.