SABADO 4 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť José Luis Manzo Ť
Bueno para Pemex, malo para el país
Como lo señalamos en el artículo anterior, los costos de producción de gas natural asociado en México son muy bajos, 40 centavos de dólar por millón de British Thermal Units (BTU, que miden el poder calórico del gas). El costo de transporte también es bajo, pues se maneja por ducto. Ello hace que el gasto total del gas, entregado prácticamente en cualquier lugar del país, no rebase un dólar por millón de BTU.
Pemex vende el gas no a partir de lo que le cuesta producirlo, sino de lo que vale en Estados Unidos. Actualmente lo vende a más de cinco dólares, lo que le genera utilidades de al menos cuatro dólares por millón de BTU. Como la paraestatal vende a los consumidores nacionales (no exporta) 2 mil 100 millones de BTU por día, ello le representa utilidades diarias por 8 mil 400 millones de dólares. Según el Departamento de Energía de Estados Unidos, durante el próximo invierno el precio del combustible subirá a 8.50 dólares por millón de BTU. Con ese precio, y considerando que los costos de Pemex no se modifican, su utilidad subirá a 7.50 dólares por cada millón de BTU vendido, lo que significarán utilidades diarias por 15 mil 750 millones de dólares.
El gobierno federal es el beneficiario exclusivo de las ventajas derivadas de que México posee petróleo y gas natural relativamente abundante y barato. Esa ventaja no se comparte con la planta productiva nacional. Cobrar precios altos por el gas natural, aunque los costos sean bajos, es bueno para Pemex y la Secretaría de Hacienda, pero pésimo para los consumidores, particularmente los industriales y la Comisión Federal de Electricidad, quienes ven crecer sus costos de producción al ritmo que sube el valor del gas. Esto perjudica finalmente a toda la planta productiva nacional, pues los mayores costos de producción provocados por las altas cotizaciones del gas natural se generalizan a toda la economía, reduciendo la competitividad de empresas y productos nacionales frente al exterior.
Esta estrategia de precios permite maximizar las ganancias de Petróleos Mexicanos, pero ello no beneficia siquiera a esa empresa, ya que el gobierno federal se queda con toda la renta petrolera y las utilidades que genera la paraestatal, recursos que no son canalizados al desarrollo nacional, pues en gran parte se destinan a pagar los intereses tanto de la deuda externa como los asociados a los pagarés del rescate bancario derivados del Fobaproa-IPAB, según lo muestra el ejercicio presupuestal del gobierno federal durante los últimos años.
El gobierno mexicano trata de justificar su política de fijar los precios internos del gas natural y otros combustibles conforme a las cotizaciones de Estados Unidos, diciendo que es necesario "igualar las condiciones de competencia en materia de energéticos entre mercados que están integrados". Pero el gobierno estadunidense no aplica esta política, como se observa en el caso del sector financiero. Sus tasas de interés son cuatro o cinco veces más bajas que en México, pero el gobierno de ese país no las sube para equipararlas con las nuestras, a fin de "igualar las condiciones de competencia en materia financiera entre dos mercados que están cada vez más integrados". En realidad, sería una estupidez que Estados Unidos aplicara esa política, pues tasas de interés más bajas representan menores costos financieros para sus empresas, lo que las hace más competitivas frente a las nuestras. Y de eso se trata en los mercados abiertos y globalizados, Ƒo qué no? En cambio, nuestros economistas al mando (Ƒ?) del gobierno mexicano sí la aplican. ƑIngenuidad? ƑDependencia intelectual? ƑServilismo político? ƑUna mezcla de todo? No lo sé. Lo cierto es que nuestros neoliberales salieron más papistas que el Papa, y por aplicar al pie de la letra la receta aprendida están destruyendo el aparato productivo del país y beneficiando a unos cuantos.
Ninguna empresa mexicana puede acusar a Estados Unidos de otorgar subsidios financieros a sus industriales por el hecho de cobrarles tasas de interés inferiores a 10 por ciento anual. Ellos pueden cobrar esas tasas tan bajas por varias razones: a) su nivel de inflación es muy bajo y su moneda es sólida y estable; por ello pueden pagar bajas tasas de interés a los ahorradores. b) Sus costos de operación (o de intermediación bancaria) son mucho más bajos que los de los bancos mexicanos, pues tienen menos sucursales y personal por dólar manejado. c) Su margen de ganancia es atractivo, aunque no exagerado. La situación de la banca mexicana es exactamente a la inversa; por eso los empresarios que operan en México pagan tasas bancarias varias veces superiores a las que se pagan en Estados Unidos.
De igual manera, nadie puede obligar a Pemex a vender conforme a los precios internacionales, ni podría acusársele de otorgar subisidios por aplicar el método alternativo que se ha propuesto, puesto que no sólo se cubrirían los costos de producción, sino que se obtendría una ganancia atractiva. El precio de venta del gas natural en México sería más bajo que en Estados Unidos, por la sencilla razón de que a nosotros nos sale más barato producirlo.