DOMINGO 5 DE NOVIEMBRE DE 2000

 

Ť Néstor de Buen Ť

Buena faena de Vicente Fox

Tiene que haber sido un espectáculo maravilloso. Ya imagino las caras de los señores corporativos del Congreso del Trabajo (no todos eran corporativos, por cierto, ya que alguno de los asistentes carece ahora de apoyos estatales) cuando el presidente electo, al recibirlos, les soltó un discurso contradictorio con sus pretensiones.

Yo digo que Vicente Fox estuvo bien, aunque pudo estar mejor. Porque de acuerdo con la nota de Juan Manuel Venegas y Roberto Garduño, de esta casa, inició su mensaje alabando la nueva cultura laboral (con lo que le dio aparentemente el espaldarazo definitivo a Carlos Abascal con un tema que no me es grato), pero después de invocar los círculos virtuosos de la promoción de la persona, la revalorización del trabajo humano y algo de productividad, que es la moda, advirtió que convocará a un diálogo nacional, "en el que trabajadores, empresarios, especialistas y académicos propongan reformas a la legislación en la materia".

Pero dijo algo más con evidente intención: "šOjalá el Poder Legislativo participe en este esfuerzo desde el principio!", lo que alude a ese equilibrio complicado que hoy presenta el Congreso de la Unión, que obligará a consensos nada fáciles.

A los señores del Congreso del Trabajo lo que les debe haber caído como un jarro de agua fría, además de la posibilidad de una nueva ley laboral que no quieren para no perder sus privilegios corporativos, es la afirmación de que lo que el país requiere son sindicatos con líderes vigorosos, fundados en el conocimiento, en la participación, en el diálogo, capaces de comprometerse con los empresarios a construir empresas de clase mundial. Pero dijo también Vicente Fox que ejercerá un gobierno que combata la corrupción en todas sus formas. A buen entendedor...

En su respuesta, Leonardo Rodríguez Alcaine se lanzó al ruedo de las coincidencias al asumir el compromiso del diálogo y la negociación. Lo primero se ha hecho: ahí están los famosos pactos, pero la negociación ha brillado por su ausencia. En los pactos se ha dialogado, pero para cumplir las instrucciones de arriba, y en cuanto a los contratos de protección, no hay otra negociación que el trato subterráneo e interesado a espaldas de los trabajadores. De paso, el dirigente máximo del Congreso del Trabajo formalizó una petición de aumento de 25 por ciento a los salarios mínimos y propuso que se establezca un solo salario mínimo en todo el país.

Yo tengo muchas dudas acerca de la conveniencia de esa unificación, porque sin duda alguna detendría el desarrollo de las zonas más depauperadas. Con la aclaración, que es oportuno hacer, de que por una diabólica coincidencia, la ciudad de Monterrey, sede del capitalismo, está considerada dentro del salario mínimo más bajo. ƑTendrá algo que ver aquello de los factores reales de poder?

Da la impresión de que Vicente (aprovecho el poco tiempo que me queda para llamarlo así y no "señor presidente") fue un poco a la reunión con la espada desenvainada. La palabra "corrupción" asumió importancia mayor, y no menos la exigencia de que haya líderes vigorosos y el nuevo sindicalismo que México demanda.

Sin embargo, no puede disociarse el discurso de Fox de la idea, proclamada en todo momento por Carlos Abascal, de que ya no existe la lucha de clases (afirmación que la realidad contradice) y, entre otras cosas, que debe establecerse el pago por hora, algo que la ley permite pero no con la intención aparente de quienes lo exigen: pagar sólo cuando el trabajador trabaja y en la medida en que lo haga y no cuando, simplemente, esté presente en la empresa.

Lo que me pregunto es si Vicente Fox participa de esos mismos criterios, y si es así, el tema es preocupante. El tono de su intervención ante el Congreso del Trabajo no permite asumirlo, pero la presencia de Carlos Abascal en el mismo acto avalaría la presunción de que sí está de acuerdo. Pocos dudan de que Carlos será el próximo secretario del Trabajo.

Quizá la mejor definición de la posición de Fox ante los problemas laborales se tenga que dar cuando, convocada la gran asamblea nacional que discuta una nueva ley (y hay proyectos muy aprovechables), se precise si el famoso código procesal del trabajo nacido de la nueva cultura laboral será materia separada o formará parte de la discusión general.