DOMINGO 5 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť El programa no ha favorecido a los más pobres, critica el organismo
Deberá Fox cambiar el Progresa ante daños de la reforma fiscal: OCDE
Ť El próximo gobierno tendrá que afrontar el costo social de eliminar la excepción de gravámenes Ť Unica forma de obtener recursos para atender demandas Ť México ha sido buen chico, dice Ilián
Humberto Ortiz Moreno /II y última Ť La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió que el gobierno foxista deberá enfrentar el costo social de eliminar excepciones fiscales. Para compensar los daños que provocará a los que menos tienen, le recomienda restructurar el Progresa porque hasta ahora no ha favorecido "a los más pobres de los pobres", critica.
Al ponderar las reacciones en torno a las propuestas fiscales, que prevén aumentar la base gravable con impuestos al consumo y desaparecer exenciones, como las que han esbozado el equipo del presidente electo, Vicente Fox, el organismo advierte que los más dañados serán siempre los grupos menos favorecidos de la población.
Sin embargo, Gabriela Ilián, responsable de la oficina de la OCDE en México, puntualiza que también es cierto que cuando operan los subsidios indirectos, derivados de privilegios fiscales, benefician más a los sectores que menos necesitan de ellos y resultan onerosos para el Estado.
Según sus estudios, el porcentaje de ingreso que gasta una familia de clase media alta en el consumo de algunos bienes es mucho mayor de lo que utiliza una de menores recursos.
"Nosotros insistimos en tratar de eliminar esas excepciones para tener un sistema menos complicado, pero nadie lo podrá hacer sin tener un costo social evidente", afirmó en entrevista concedida a La Jornada.
Pero "hay que enfrentarlo", recomendó, buscando que aquella población más vulnerable pueda recibir transferencias directas a través de la ampliación de programas sociales como el Progresa, que hoy no llega a los más pobres de los pobres. "No puede dejar de diseñar planes alternos que procuren paliar los efectos en núcleos de población más vulnerables", enfatizó.
Previno que si el gobierno no realiza la reforma fiscal ni cuenta con recursos por esta vía, que son los que más certidumbre producen en materia de gastos, tampoco podrá cumplir con las demandas sociales.
Ilián echó mano de las estadísticas de la organización multilateral y expuso que, comparado con los demás países de la OCDE en materia de inversión social, México tiene "un retorno marginal mucho más alto que cualquiera de ellos".
Y mientras en los otros miembros del organismo los ingresos fiscales representan de 30 a 50 por ciento del PIB, aquí significan sólo de 16 a 17 por ciento.
-ƑEntonces, varían en algo sus recomendaciones al gobierno entrante de Vicente Fox?
-No. Las recomendaciones ya las hicimos el año pasado en el tema fiscal. Aquí la cuestión es que cada gobierno toma de nuestros análisis lo que es relevante para ellos y avanza con sus planteamientos propios. Evidentemente, consideran nuestra propuesta, que no se queda en simplificar el sistema y eliminar las excepciones. Hay recomendaciones, incluso, en la forma en que se gastan los recursos, relativas al federalismo fiscal, el fortalecimiento de los niveles de gobiernos locales. Una reforma fiscal no se queda en ampliar la base de los contribuyentes.
Dijo desconocer el proyecto tributario de Fox, pero sostuvo que es un asunto urgente, porque significa un medio para superar los problemas que aún prevalecen en la economía mexicana.
"Parecería que nos perdemos en un árbol, cuando deberíamos estar viendo el bosque", cuestionó Ilián, y afirmó que no es un debate inocuo el hecho de insistir en una reforma tributaria, pues México, como país en vías de desarrollo, acumula una serie de demandas sociales que es preciso atender, y si no cuenta con los recursos, que evidentemente deben provenir de los gravámenes, "no hay de dónde sacarlos".
-ƑQué recomienda la OCDE en cuanto a programas sociales para compensar los efectos de la reforma fiscal?
-Aquí el tema es más complicado, porque es evidente que necesitas, a final de cuentas, identificar cuál es la población afectada. En alguna reunión en la sede de la organización, en donde se estaba hablando de exclusión, porque es un asunto que se utiliza en estos foros internacionales, recuerdo que algún funcionario mexicano dijo que si habláramos de exclusión, todos estaríamos exentos. No podemos referirnos al problema de pobreza como uno de exclusión. Es más complicado y de magnitudes muy diferentes.
Por ello, la OCDE ha recomendado a México incrementar los recursos al Progresa, para que pueda cubrir áreas urbanas y promover estrategias diferenciadas, porque estos problemas no se agotan con un programa.
Bajos salarios e ínfima productividad
Gabriela Ilián admite que no hay ninguna recomendación de la OCDE en cuanto a salarios, pero opinó que una economía que funciona bien puede proveer de buenas percepciones a sus trabajadores.
"En el momento que se fortalece el dinamismo de la economía y se trata de resolver los rezagos en diferentes niveles, los salarios tendrán que ser ligados con la productividad, ya que el propio crecimiento del producto los impactará", sustentó.
Sin embargo, de acuerdo con los análisis de la OCDE, observó, la productividad en México ha crecido "muy ligeramente", en virtud de los problemas para impulsar el dinamismo económico a nivel micro.
Es preciso, recalcó, tener gente mejor preparada y capacitada para que consiga mejores posibilidades remunerativas, pues los actuales niveles de educación para el trabajo "no han permeado en una mejoría real del índice salarial".
La funcionaria evalúa lo que ha significado para México el ingreso a la OCDE, y establece que la presión entre pares lo ha obligado a aceptar sus recomendaciones, lo que lo convierte en un "buen chico".
Apunta: "quizá no siempre estamos en la prioridad de las agendas de los individios, y realmente son pocos los que conocen a fondo lo que hacen los organismos internacionales y cuál es su relevancia", reconoce.
No obstante, aseguró que México ha enriquecido y se ha alimentado del debate en el seno de la organización, además de que los representantes mexicanos han dado gran dinamismo al cabildeo y utilizan los análisis de los expertos para compararlos con los propios.
A su juicio, "sería un error pensar que porque México está en la OCDE cuenta con un estatus o una categoría específica relativa al desarrollo económico. Ingresan a la organización aquellos miembros que comparten valores comunes, que tienen interés en promover el desarrollo económico con base en las reglas del mercado, en el buen gobierno, en el respeto a la democracia, en fin, una serie de valores compartidos que te abren la puerta".
Aclaró que México no cambia su estatus por estar en el organismo, y reconoció que hay medios y líderes de opinión que consideran que no debería estar en la OCDE, o que no tiene relevancia lo que pueda aportar.
"No es cierto, tiene mucho que aportar al diálogo", remarcó Ilián, y si bien admite que hay graves rezagos, problemas de exclusión y pobreza en esta nación, "tendrán que solucionarse, como ocurrió durante la crisis de 1994, cuando mucha gente le preguntó al secretario general de la OCDE por qué estaba México adentro si tenía una crisis".
La organización es relevante, subrayó, en tanto sirva a sus miembros para resolver sus dificultades, y no va a excluir a nadie porque las tenga.
Por el contrario, los funcionarios más estudiosos sobre las crisis en el mundo han proporcionado elementos relevantes de análisis, diseño y estadísticas para ayudar a resolver los problemas de México.
-ƑDice que México ha sido buen chico?
-Sí. La relación que se ha construido con Ernesto Zedillo ha sido bastante fructífera. Creo que muchos funcionarios del gobierno mexicano han sabido aprovechar a la organización, moverla para que les sirva y sea de utilidad en los diseños que trabajan.