LUNES 6 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť En Coyoacán un establecimiento tiene acumulados 43 juicios, y otro 38


Viven giros en situación de amparo permanente

Ricardo Olayo y Bertha Teresa Ramírez Ť El "abuso" del juicio de amparo ha hecho posible que en Coyoacán el Rincón de las Vírgenes tenga acumulados 43 amparos y el Neptuno otros 38 para lograr el levantamiento de los sellos de clausura colocados por la autoridad delegacional.

Esos negocios han vivido en una situación de amparo permanente en los últimos tres años, al igual que muchos otros que han recurrido en decenas de ocasiones a la protección de la justicia federal bajo la figura del amparo, misma que hoy está a debate público.

En algunos casos el amparo es solicitado por abogados y propietarios para entorpecer la acción de la autoridad, actitud para la que hay una multa prevista en la propia Ley de Amparo y que va de 10 a 180 días de salario mínimo; sin embargo, no hay noticia de que los jueces federales apliquen sanción alguna a los dueños, indicó Pedro Aragón, responsable del tema en la Consejería Jurídica del Gobierno del Distrito Federal.

A veces se piden diligencias con testigos que radican en el extranjero o revisiones oculares cuyo objetivo es retrasar las resoluciones de los jueces que en promedio pueden darse entre cuatro a cinco meses, dijo.

Los dueños de giros de alto impacto "ya encontraron la vía" para retrasar su regularización ante las autoridades, pues pueden disfrutar de semanas con el establecimiento abierto hasta que haya alguna resolución judicial y a partir de ahí pueden solicitar otro amparo a los mismos jueces de distrito en materia administrativa.

Frente a la autoridad la ley permite a los dueños de establecimientos recurrir a tres vías para vencer una clausura: el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, una queja ante el titular de la jefatura de Gobierno y dirigirse a un juzgado de distrito.

La lucha es en contra de "empresas asesoradas y con poderío económico", por lo que la autoridad central mantiene entre sus objetivos lograr que las subdelegaciones jurídicas de las 16 demarcaciones ofrezcan una respuesta común ante las autoridades.

Si bien la solicitud de amparo es gratuita, se requiere de abogados para tener el detalle de cada expediente y seguir su desarrollo a lo largo de los pasos de suspensión provisional, la definitiva y el fallo de fondo. "No tenemos pruebas de corrupción, si las hubiera serían presentadas", dijo Aragón.

Hasta ahora ninguna de las quejas contra jueces que ha presentado el GDF ante el Consejo de la Judicatura Federal han prosperado, según informes de esta instancia de control de los juzgadores.

Todo funciona mediante una receptoría de juicios y por estricto número se turnan a los 10 jueces en materia administrativa, indicaron fuentes de los juzgados.

Historias abundan

En los escritorios de los subdelegados jurídicos abundan las historias de establecimientos que solicitan licencia para operar como restaurante y bar pero que finalmente incluyen espectáculos sexuales, permiten la entrada a menores de edad, tráfico de drogas y prostitución, por lo que tienen que ser clausurados.

Además, incumplen con los términos de las licencias de construcción y las normas de protección civil, lo que obliga a los delegados a decretar también la suspensión de actividades. Sin embargo hay una figura en la ley que en cuestión de horas hace posible que los giros reabran.

Se trata de juicio de amparo, que de acuerdo con la propuesta del Gobierno del Distrito Federal a la Suprema Corte de Justicia de la Nación como parte del debate de esa figura, los juzgadores deben tomar en cuenta que hay un impacto negativo entre la comunidad si se permite su funcionamiento.

En enero pasado, el consejero jurídico Manuel Fuentes envió a nombre del gobierno del DF una propuesta a la Corte para negar el levantamiento de sellos de clausura y más adelante -como secuela del incendio en Lobohombo- se ha solicitado que sea un mismo juez el que atienda los juicios de amparo presentados por el mismo establecimiento o dueño del giro.

En Coyoacán se conoce el caso extremo de amparos solicitados por un negocio con 43 en el caso del "Rincón de las Vírgenes" y 38 con "Neptuno". Le siguen en la lista "Buenos Aires IV Siglos" con 23 y "Las Trancas" con 22, entre otros. En Iztapalapa "Los Puentes" y "La Cueva del Lobo" con 19.

En otros casos ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo hay 23 juicios de nulidad en la delegación Tlalpan. En todos estos casos los pleitos legales significa que deben haber un equipo de abogados para hacer el seguimiento de cada caso.

El gobierno tiene la encomienda de defender el "interés social", concepto que aparece en la Ley del Funcionamiento de Establecimientos Mercantiles del DF y por ello ha tenido diferentes iniciativas.

Los escritos que presentan los llamados giros negros dan la mejor cara de sus propietarios y en ellos se pide la protección de la justicia, lo que ha derivado en un "abuso" del juicio de amparo.

Las estadísticas de todo tipo de giros indican que en el 98 por ciento de los casos se otorga a los establecimientos la suspensión de la clausura, aunque de ese total, más allá del 90 por ciento sean perdidos por los particulares.

Los juicios quedan sin materia, los dueños se desisten cuando ven que nuevamente les tocó un juez que ya les negó el amparo con anterioridad o sencillamente se da la negativa al recurso. Por ello es común ver "amparos montados" cuya vigencia en ocasiones ni siquiera conocen las mismas autoridades.