LUNES 6 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Hermann Bellinghausen Ť
La diversión es la paga
Todavía hay lugares en los que es más difícil ser mexicano que en México. Cómo estará la cosa, Ƒverdad? Digo, porque de este otro lado, nomás estar se vuelve un problema. Si no fuera porque además los güeros quieren que uno les trabaje. Si usted se arregla, pagan.
Tiene sus ventajas cruzar, si te tragas los riesgos. Tiene tanto que ver con la suerte. Yo creo que estos gringos nos escogen, hacen pruebas de dificultad, y si las pasas todas, quiere decir que eres como ellos, que te vas a entender, que les puedes ser útil para sus chingados negocios, que son lo único que les importa.
No les gustamos, les parecemos feos, chaparros, comemos tortillas, 'tamos prietos. Pero nos aceptan, nos prefieren a los negros. A esos sí les tienen miedo. Y peor, porque esos negros sí son tan gabachos como ellos.
Negro que se mueve, a la cárcel. Ya que no los pueden sacar del país, los deportan al infierno. Les encanta jugar con el infierno, a estos. Mírelos nada más ora de halloween. ƑA poco no están locos? Vestidos, y vestidas, de sus pesadillas. (Hipólito al habla, trepado en un camión de redilas en la esquina de Castro y la 18.)
A sus pies transcurre el mare mágnum de la noche de brujas, ese sueño americano, con calabazas en todas partes, en vez de calaveras, que es lo que a Hipólito le gusta. Otros mexicanos están allí con él trepados, esperando que los bajen para trabajar en algún bar, limpiar alguna tienda, vaciar los basureros. Transcurre el pueril carnaval a sus pies y lo miran entretenidos).
"ƑSabe qué les pasa a estos? Que han visto demasiadas películas, y demasiadas caricaturas. Ya no saben si son personas o Mickey Mouse. Mire ese, viene de Homero Simpson. Y cuánto hombre vestido de mujer, eso sin contar las drag queens, que tienen su propio estilo, Ƒa poco no? Hace rato pasó uno vestido de encuerado, no sé si me entiende. Traía un traje de forzudo sin ropa. Y entre las piernas qué cree que le colgaba: dos ajos y una zanahoria de esas puntiagudas que se dan por acá. No, de que son ocurrentes.
"A veces pienso que no saben cómo es de verdad el pedo. Se dan tiempo para jugar, no quieren ser mayorcitos. Y por eso cuando hacen maldades, son malos como niños malcriados, sin culpa, porque tienen el derecho, y punto. Por eso son tan peligrosos.
Uta nosotros, en el camión como nos ve, puro ilegal. Estamos tan seriecitos y bien arreglados para que no la hagan cansada. Ya nos irán enganchando, esta noche nos necesitan. Mire esos tras borrachos en disfraz de asesinados, sangre pegada en la camisa, la cabeza descalabrada. Y ese que se vistió de su perro, con las mismas manchas. Y esa de monja, con chichis falsas colgándole de fuera. Cuando estos no se ponen uniformes, se inventan un disfraz. Hoy es especial. Si no me pagaran no me importaría. Verlos ya es bastante. Tengo mi compadre Juan, que tiene papeles derechos y trabaja un carrito de paletas en Dolores Park, de esos que dicen La Michoacana. El dice que le divierten tanto los gabachos y las gabachitas, que aunque no venda, sale a darles la vuelta. La diversión es la paga. Y la verdad estos güeros, puestos a payasear, se la sacan. Por algo son los que inventaron Disneylandia.
"Si se fija bien, las mujeres que son o se creen medio putonas, esta noche se vistieron de diablas, de brujas; las güeritas monas se vistieron de Campanita, y ahí vienen a que la pelotera de
Castro les aplaste las alas.
"'Ta bueno orita el cotorreo, la verdad, pero lo que es el año que entra mejor lo paso en el pueblo, en Michoacán del alma, donde haya pan de muerto y cempasúchil y ponche con charanda, donde las mujeres anden enrebozadas y las chamacas, pues así nomás, guapas.