JUEVES 9 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť El impasse podría definirse hoy, mañana, en unos días o en pocas semanas


Decidirá un recuento de votos en Florida el resultado electoral final

Ť Dos ex diplomáticos, enviados para abordar la crisis más importante de sus carreras políticas

Ť Los 25 votos electorales asignados al estado, la diferencia entre el triunfo y la derrota en comicios

Ť Pide Al Gore a autoridades proceder con cuidado; Bush espera que la revisión confirme su triunfo

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 8 de noviembre Ť La mira del país, y del mundo, está en Florida, a donde dos veteranos ex secretarios de Estado han sido enviados para abordar la crisis más importante de sus carreras políticas: la determinación del próximo presidente del último superpoder del planeta.

Hoy, ambas campañas enviaron a políticos de alto perfil y equipos de abogados y asesores a examinar y observar el recuento del voto en Florida, cuyo resultado determinará el nombre del próximo ocupante de la Casa Blanca.

La campaña de Gore envió al ex secretario de Estado Warren Christopher y la de Bush al ex canciller James Baker, para coordinar lo que se ha vuelto una negociación política sobre el manejo del recuento y sus implicaciones.

El país amaneció sin un presidente electo por culpa de unos cuantos votos en el estado sureño, tras una larga noche de hechos inéditos, extraños y complicados por el curioso sistema de elección presidencial, donde el voto directo es menos importante que el voto del colegio electoral.

Los 25 votos electorales asignados a Florida son la diferencia entre el triunfo y la derrota para el demócrata Al Gore (quien concluyó la noche con un total de 260) y su contrincante republicano George W. Bush (con 246 votos electorales).

Para ganar, un candidato tiene que obtener un total de 270 votos electorales.

El margen de diferencia en Florida, después de emitirse casi 6 millones de votos para presidente, es menos de 2 mil sufragios. Por las reglas de ese estado, un margen de diferencia tan estrecho obliga a un recuento automático de los votos.

El candidato demócrata Al Gore, quien estaba perdiendo en el primer conteo en Florida, instó a las autoridades electorales a proceder con cuidado y no "correr hacia un BUSH-25-2 juicio", y declaró que "aún no conocemos el resultado del voto de ayer".

El candidato republicano Bush, en una declaración en Texas, dijo que espera que los resultados del recuento confirmen su triunfo en Florida por más de 2 mil votos, y agregó: "Estoy esperando que esto se resuelva eficazmente y que el voto que creemos obtuvimos en Florida sea confirmado en las próximas horas".

Pero el resultado final podría tardar. Después de un día de recuento, las autoridades de Florida anunciaron que han logrado revisar la mitad de las boletas y que esperan poder concluir con esta tarea a las 19 horas (18 horas en México) del jueves.

"Queremos ofrecerle una respuesta a la nación, pero queremos darles la respuesta correcta", explicó la secretaria de Estado de Florida, Katherine Harris.

Pero este proceso podría ser demorado aún más después de que tres votantes presentaron una demanda legal, según la cual el proceso electoral fue tan confuso que se les negó su derecho de emitir una boleta correctamente marcada, lo que sería una violación de sus derechos comiciales.

Bajo escrutinio en Florida están, entre otras cosas, unas boletas impresas localmente utilizadas en casillas del poblado de North Palm Beach que podrían tener un error en el diseño, lo que habría provocado cierta confusión para el votante al marcar su preferencia. ELECTION-25-3

También el conteo de los votos de unos 5 mil marineros del portaviones John F. Kennedy (bautizado así en honor del presidente demócrata que se sospecha ganó por fraude en dos condados, uno en Chicago y el otro en Texas en la elección más apretada hasta la actual), y una serie de otras posibles irregularidades.

El recuento de la indecisión

Florida es un estado complejo de zonas rurales, ciudades cosmopolitas como Miami, un amplio sector de negros, enormes comunidades de ancianos jubilados, concentraciones de judíos y de la poderosa comunidad cubana.

Además, el estado es uno de los hogares de Mickey Mouse (Disney World) y sede de inmigrantes de Haití, la República Dominicana y México.

Florida es desde la noche del martes el centro de atención como el lugar donde se determinará el próximo presidente. Pero nadie sabe cuándo; podría ser mañana, podría ser en 10 días.

Todo esto comenzó anoche poco después de las 20 horas del horario del este cuando las principales cadenas de televisión anunciaron primero, sobre la base de encuestas de salida de las casillas, que Al Gore había ganado el estado.

Poco después, se retractaron y declararon que el margen de votación era demasiado estrecho como para pronosticar el ganador.

Horas después, cuando ya se había definido casi todo el resto del mapa electoral estadunidense y quedó claro que Florida sería el estado determinante del concurso para la presidencia, nuevamente los medios declararon un triunfador, esta vez al republicano Bush.

Desde ese punto, todo se volvió irreal: Gore declaró que, al ver anunciado el resultado en los noticieros televisivos, tomó el teléfono y habló con Bush para concederle la victoria y felicitarlo.

Mientras preparaba su discurso ante las cámaras y sus simpatizantes en Tennessee para aceptar la derrota, Gore recibió una llamada de algún político de Florida para advertirle que el conteo era demasiado cerrado como para ceder el triunfo a Bush.

Con ello, Gore habló por segunda vez con Bush para retractarse y le informó que su campaña continuaba.

La celebración de la victoria electoral para Bush en Austin calló, mientras los deprimidos simpatizantes de Gore explotaron en gritos su resucitación.