Ť Sistema electoral del siglo XVIII, vigente en EU
El candidato con mayoría de votos podría no ser presidente
Ť Una cuarta parte de la población elegiría al nuevo mandatario
Ť Acudió a las urnas entre 53 y 54% de ciudadanos empadronados
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 8 de noviembre Ť En esta elección, el candidato que captó la mayoría del voto popular podría no ser el próximo presidente de Estados Unidos y llegue quien llegue será la opción sólo de una cuarta parte del electorado de este país.
Todo siguió en suspenso hoy en este país que acaba de elegir a un presidente, pero que aun no determina quién será. En este peculiar sistema electoral presidencial ?que está provocando una crisis política, ya que en esta primera elección del siglo XXI se sigue utilizando un mecanismo diseñado en el siglo XVIII?, el triunfador podrá ser el perdedor del voto del pueblo.
El candidato demócrata, Al Gore, obtuvo una ventaja de casi 200 mil votos sobre sus contrincantes republicano George W. Bush en el voto popular nacional, pero a pesar de este margen ?en el que no se esperan cambios mayores?, Gore podría no ser el próximo ocupante de la Casa Blanca.
Si Bush gana el recuento de Florida, sobre lo cual se determinará el nombre del próximo presidente, esta elección podrá ser la primera desde 1888 en que la opción de la mayoría del voto popular no triunfa, ya que el republicano ganará el voto necesario del llamado "colegio electoral" para ser declarado presidente.
Bajo la Constitución estadunidense, no existe el voto directo para presidente, sino más bien una serie de comicios estado por estado en donde el candidato que gana obtiene todos los votos electorales asignados a ese estado. A través de este proceso, el candidato que logre ganar los suficientes estados para captar un total de 270 votos electorales, gana la elección. En este caso, los 25 votos electorales de Florida son la diferencia entre el triunfo y la derrota de Gore o Bush.
Por otro lado, en este país que se ofrece ante el mundo como el modelo de la democracia, el presidente no sólo no es electo directamente por el voto popular, sino que será la opción sólo de una minoría, una cuarta parte, de los ciudadanos con derecho al voto.
Hasta ahora estas son las cifras claves de esta elección nacional: con 99 por ciento del voto nacional contado, las autoridades electorales reportan que se emitieron 48 millones 976 mil148 votos para Gore y 48 millones 783 mil 510 votos para Bush; otros 2 millones y medio para candidatos de terceros partidos. Con este total, Gore triunfó sobre Bush por casi 200 mil votos.
Más allá de quién ganará en Florida, varios observadores neutrales también estaban concluyendo que una vez más se comprobó en este ejercicio democrático, que Estados Unidos sufre de una de las peores tasas de participación electoral en el mundo desarrollado.
Curtis Gans, director del Centro para el Estudio del Electorado Americano calculó que sólo 53 a 54 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto acudió a las urnas el martes pasado. Aunque esto representó un pequeño incremento sobre el 49 por ciento que participó en la penúltima elección presidencial (el nivel más bajo desde 1924), aún es inferior al de 1992 y mucho peor que los niveles de entre 65 y 80 por ciento que partició en las elecciones de los países europeos.
Pero la estadística más dramática hoy fue el resultado de un cálculo matemático. Un analista señaló a La Jornada que quedó claro que tanto Gore como Bush recibieron sólo un poco menos de 50 por ciento de los votos (con un mínimoporcentaje, poco más de 2 por ciento, que el dirigido a candidatos de terceros partidos). Como resultado, cualquiera de los dos candidatos que sea coronado como el triunfador, el próximo presidente de Estados Unidos habrá sido electo con menos de la mitad de 50 por ciento de la ciudadanía con derecho a voto; o sea, con aproximadamente una cuarta parte del electorado. Con ello, la idea de que la democracia expresa la voluntad de la mayoría del pueblo queda en duda.