JUEVES 9 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Según organizaciones sociales, existen 400 mil infectadas en la región
La mujer de AL, relegada de los programas de prevención de sida
Ť Nueve de cada diez portadoras de la enfermedad viven en países en desarrollo, revela el BID
Afp y Arturo Díaz, especial para La Jornada, Río de Janeiro, 8 de noviembre Ť El número de mujeres infectadas por el virus del sida aumentó en los últimos años en América Latina y el Caribe, pero las políticas públicas de prevención en la región se siguen centrando en los hombres, heterosexuales y homosexuales.
Portavoces del Movimiento Latinoamericano de Mujeres con Sida presentes en el Foro Internacional sobre Sida en América Latina y el Caribe, que se celebra esta semana en Río de Janeiro, aseguraron que la pandemia se está feminizando.
Según ellos, unas 400 mil mujeres viven con la enfermedad en esta región que tiene más de 1.5 millones de enfermos y en la que ''no se desarrollan estrategias de prevención y mucho menos de apoyo para las afectadas''.
Representantes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) explicaron que las relaciones heterosexuales se convirtieron en el canal de transmisión del sida más importante. "La mujer es desde la víctima pasiva de una infección en el hogar hasta la difusora dentro del mercado sexual", estimaron.
Y si tener sida en un país desarrollado es problemático, ser seropositiva en América Latina es penoso, estimaron responsables del Movimiento de Mujeres Latinoamericanas con Sida.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), nueve de cada diez mujeres infectadas en el mundo viven en un país en vías de desarrollo.
En estas condiciones, las enfermas muchas veces son obligadas a esterilizarse o a abortar o bien son utilizadas como objetos de investigación en la transmisión vertical (madre-hijo). Además, no tienen acceso a la información, los derechos civiles y el derecho de asistencia y planificación familiar, según la colombiana Sandra Arturo, portadora del virus.
A esto se suma el hecho de que la pobreza de la región, unida a veces a la ignorancia, reduce el uso del preservativo entre parejas poco estables y elimina las visitas periódicas al ginecólogo.
Según el Movimiento de Mujeres con Sida, una gran parte de las infectadas tienen, en promedio, 32 años, son amas de casa monógamas, con estudios básicos, que nunca fueron a comprar condones a la farmacia. En Brasil, por ejemplo, 60 por ciento de las mujeres con sida fueron contagiadas por sus maridos, según cifras del Ministerio de la Salud.
En otro orden, el ministro de Salud de Brasil, José Serra, afirmó que su país es el más desarrollado de la región en el combate del virus, y explicó que las estrategias públicas de salud de su gobierno han logrado reducir en 50 por ciento la mortalidad por esta enfermedad.
Dijo además que el gobierno está produciendo siete medicamentos antirretrovirales, que representa 47 por ciento del consumo nacional.
Esa estrategia ha tenido un beneficio, no sólo para quienes viven con el virus sino para el mismo gobierno, ya que se ha logrado reducir los costos de hospitalización de enfermos de sida hasta por 278 millones de dólares.
En cuanto a la prevención, el gobierno brasileño ha distribuido más de 2 millones de condones masculinos y femeninos y se han apoyado 664 proyectos de prevención propuestos por grupos de la sociedad civil.
Al referirse al abastecimiento de medicamentos brasileños a otros países, comentó que no es posible debido a que la producción la realizan los laboratorios públicos de Brasil. Por ello, invitó a los demás países a hacer lo mismo, como el caso de Argentina, que cuenta con su propia industria farmacéutica.
En la inauguración del foro, Serra dijo que la salud pública no puede generarse sin la solidaridad y la movilización sociales.