EU: COLAPSO DEL SISTEMA ELECTORAL
Las elecciones del martes en Estados Unidos desembocaron
en un imprevisto empate entre los candidatos presidenciales demócrata
y republicano, Al Gore y George W. Bush, lo que obligó a un recuento,
voto por voto, de los resultados en Florida. La insólita situación
ha colocado en entredicho el vetusto sistema de sufragio indirecto que
aún impera en Estados Unidos, en donde los ciudadanos, en rigor,
eligen planillas estatales de electores, no funcionarios.
En cifras absolutas, Gore obtuvo una votación mayor
que Bush, pero éste podría conseguir a los 25 representantes
que corresponden a Florida en el Colegio Electoral, los cuales, sumados
a los 246 que ya tiene, lo colocarían en la presidencia. En ese
caso, y debido a las peculiaridades de sus reglas electorales, el país
vecino podría tener un mandatario derrotado por el mandato popular
pero triunfante por una aritmética que no garantiza la representatividad.
Aunque pueda parecer un mero problema técnico,
la crítica circunstancia tiene preocupantes implicaciones políticas.
La más obvia es que el republicano, en caso de ganar el recuento
que se realiza en Florida --y cuyos resultados deben darse a conocer esta
tarde--, llegará a la Presidencia en forma legal, pero con una legitimidad
disminuida. Pero antes de que eso ocurra, y a pesar de los llamados a la
calma que se emiten desde los mandos demócratas, el margen de la
victoria es tan pequeño --unos pocos miles de votos-- que se vuelve
fácilmente cuestionable. Organismos como la Asociación Nacional
para el Avance de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés)
han denunciado ya, en Florida, la comisión de irregularidades que
afectaron negativamente la votación demócrata y que, de corregirse,
podrían revertir los resultados generales de la elección.
El legislador demócrata Robert Wexler, a su vez, informó
de la anulación indebida de 19 mil sufragios en el distrito de Palm
Beach, cantidad de votos suficiente para inclinar el recuento total en
uno u otro sentido. Para colmo, el hecho de que el gobernador de Florida
sea hermano de uno de los aspirantes presidenciales propicia las sospechas
sobre una posible distorsión de la voluntad ciudadana en esa entidad.
Tales circunstancias podrían generar, en las próximas
horas, una crisis política de grandes dimensiones en el país
vecino, perspectiva por demás indeseable para el resto del mundo,
dadas sus consecuencias económicas y políticas globales.
Se ha evidenciado, así, en forma inopinada, una
profunda debilidad institucional estadunidense: la persistencia de un sistema
electoral obsoleto y antidemocrático en el país que se presenta
ante la comunidad internacional, paradójicamente, como máximo
baluarte planetario de la democracia. |