Ť El partido ofrece amplio apoyo al guanajuatense
Busca Fox reconciliación y Acción Nacional acepta
Ť Obligadísimo, reconocer que el triunfo del 2 de julio es producto del esfuerzo y la lucha del blanquiazul, asevera el presidente electo
Roberto Garduño, Enrique Méndez y Juan Manuel Venegas Ť En el edificio donde la noche del 2 de julio festejó su victoria electoral con champaña, Vicente Fox Quesada buscó, "con humildad", la reconciliación con su partido... y Acción Nacional aceptó.
Un año atrás ocurrió el último encuentro entre él y los consejeros que lo designaron candidato presidencial. Y, muy a su manera, después de julio, Fox marcó una distancia entre su triunfo y el blanquiazul.
Incluso, llegó a decir que quien gobernará es él, y no el PAN. Pero ayer, necesitado de un amplio respaldo para su régimen, el presidente electo de México se sinceró: "Es obligadísimo reconocer que este triunfo es producto del esfuerzo y de la lucha de Acción Nacional".
A su llegada al auditorio del monumental edificio panista ?aún en construcción?, Fox obtuvo un recibimiento tibio, apenas unos cuantos delegados aplaudieron su entrada. Pero cuando les pidió instituirse en un consejo de la Presidencia de la República, hasta Diego Fernández de Cevallos aplaudió ruidosamente.
"¡A jalar con él!"
Fox estaba en su casa de nuevo. La ovación se prolongó más de un minuto y en los rostros de todos los panistas, los doctrinarios, los neopanistas y los tradicionales, cambió la mueca de duda y distancia a una sonrisa de satisfacción.
"¡Ahora sí, vamos todos en bola a jalar con él!", exclamó el diputado Gabriel Llamas.
Fernández de Cevallos se adelantó al secretario general, Jorge Ocejo Moreno, y tendió la mano al presidente electo para decirle: "¡Muy bien!" E incluso lo despidió con unas palmaditas en el hombro.
Desde la tribuna, Luis Felipe Bravo Mena agradeció la participación de Fox, como consejero que es, y lo despidió: "A nuestro presidente, nuestro abrazo solidario y nuestra compañía".
La salida del guanajuatense, quien viajó enseguida a Veracruz para reunirse con ejecutivos de finanzas, fue interrumpida por abrazos, apapachos de las mujeres del blanquiazul, y deseos de buena suerte en la administración que arrancará en 11 días.
La senadora Cecilia Romero esperó el paso de Fox y le plantó un beso. Una mesa adelante, el propio Llamas le soltó: "Ahora sí, voten todo lo que les mande, ¡eh!"
Alejandro Zapata Perogordo, diputado y ex alcalde de San Luis Potosí, negó que se haya roto una especie de sana distancia entre el mandatario electo y Acción Nacional. Esa definición, aseveró, no es de este partido.
"Y conste que no nos ofreció ningún cargo en el gabinete. Y que quede claro: quien va a gobernar es él, con el apoyo solidario del PAN", añadió.
Esa fue la tendencia después del discurso del presidente electo. El coordinador de los diputados panistas, Felipe Calderón Hinojosa, declaró que habrá corresponsabilidad, sí, pero no partido en el gobierno.
¡Foto, Vicente!
La víspera del Consejo Nacional, el Estado Mayor Presidencial (EMP) ocupó las nuevas instalaciones panistas. En los alrededores del edificio de Coyoacán y el Eje 8 José María Rico se apostaron decenas de militares vestidos de civil.
Dos grúas de la Secretaría de Seguridad Pública retiraron todos los vehículos estacionados sobre Coyoacán. También los militares restringieron el paso de los transeúntes que observaron este despliegue.
A las 11 de la mañana, vestido con camisa azul y pantalón gris, Fox llegó al edificio de su partido. Ana Teresa Aranda, ex candidata a la gubernatura de Puebla, y Lidia Madero, senadora por Tamaulipas, dieron la bienvenida al próximo jefe del Ejecutivo, quien arribó acompañado de su coordinador político, Santiago Creel.
Lo primero que hizo el guanajuatense fue revisar la construcción, a la que le faltan los acabados. Después saludó a telefonistas, recepcionistas y personal de logística del CEN. Antes de ingresar al auditorio, firmó como cualquier consejero la lista de asistencia.
A cambio, le dieron un gafete. Y a petición de los fotógrafos y camarógrafos se lo puso en el cuello, para la foto.
?¡Foto, otra foto, Vicente! ?le pidieron los reporteros gráficos.
Fox regresó y posó una vez más, pero mientras se multiplicaban las solicitudes de los trabajadores de la lente, el presidente electo cortó: "¡Ya!"
De esa manera, con buen ánimo, ingresó al salón del consejo con un tibio recibimiento. Cuarenta y cinco minutos después salió entre gozosas felicitaciones y reconocimientos.