DOMINGO 19 DE NOVIEMBRE DE 2000

 

Ť Néstor de Buen Ť

Los empates electorales

Tabasco, Estados Unidos, Jalisco... Ƒqué más vendrá? Porque el fenómeno de estos empates, repetido en ambientes tan diferentes, debe tener un significado especial.

Nunca me gustó la tesis de Francis Fukuyama del fin de las ideologías. Pero ahora, ante los acontecimientos electorales, no dejo de pensar que tal vez tiene razón. Porque no parece lógico que candidatos de dos partidos: PRI y PAN en Jalisco; PRI y PRD en Tabasco, y republicanos y demócratas en Estados Unidos, tengan más o menos el mismo número de votos. Y la pregunta es: Ƒpor qué se votó por un determinado candidato?

Dejemos a un lado las suspicacias a propósito de los mecanismos turbios en las elecciones. Partamos del supuesto de que todos los procesos se han ajustado a derecho o, como pedantemente decimos los abogados, suponiendo sin conceder, que se haya tratado de elecciones ordenadas e impecables. ƑSe trata, acaso, de un choque ideológico o, por el contrario, de un simple problema de preferencia personal, generalmente motivado por la mercadotecnia, tan de moda en estos tiempos?

El ejemplo estadunidense podría ser más fácil de entender. Porque a partir del éxito evidente de la política económica de Clinton lo lógico habría sido un triunfo abrumador de su vicepresidente Albert Gore. No ha sido así. Por lo contrario, no es difícil que pierda por los votos electorales aunque haya logrado cierta mayoría, mínima, en cerca de 100 millones de votos directos.

Y si uno analiza las diferencias intentando encontrarlas en formas distintas de pensar, ideologías al fin y al cabo, la verdad es que entre republicanos y demócratas no hay otra cosa que afinidades capitalistas, el mismo espíritu de dominio mundial en lo económico y en lo militar y una pretensión de hacer suyos todos los mercados. No es la ideología lo que los separa.

Curiosamente, cuando han gobernado los demócratas las tensiones mundiales han sido mayores y las agresiones a los países antagónicos más frecuentes. Kennedy lo hizo con Cuba y Johnson con Vietnam. En cambio, siendo Nixon presidente de Estados Unidos se reanudaron las relaciones con China y acabó la guerra en Vietnam. Kissinger logró merecidamente el Premio Nobel de la Paz, en tanto que la guerra con Irak fue obra de los demócratas, como los ataques a Milosevic.

Entre el PRI y el PAN, por más que hoy los enfrentamientos se estén agudizando, no encontraría yo demasiadas diferencias políticas. Ambos son partidos de derecha, quizá con la diferencia de que el PAN tendría una historia más de centro-derecha que el PRI, en los últimos años poseído de amor por el mercado y de una posición más conservadora. En Tabasco el tema no parecería tan explicable, porque si bien es cierto que el PRD representa una corriente izquierdista moderada, también lo es que sus orígenes están en el nacionalismo revolucionario que por tantos años invocó, sin practicarlo, el PRI. Aunque en las fechas posteriores al 2 de julio el PRI parecería volver a encontrarse con su vieja tesis, al mismo tiempo que abandona y rechaza, al menos de manera formal, el enrarecido neoliberalismo.

Pero como quiera que se vea, desde una perspectiva económica, la mayor parte de la población nuestra se encuentra dentro o en los linderos de la miseria. La clase media, por más que se defienda un poco más, difícilmente se podría considerar que sea conservadora, porque en cuanto a conservar, no parece que tenga mucho, y apenas sobrevive cubriendo sus necesidades más elementales. Por la agresión infinita de la banca contra los deudores, que no han sido precisamente proletarios que no tienen acceso a créditos, aunque sólo fuera por la vía del rencor éstos tendrían que haberse inclinado por el voto contra el sistema. Y con ello tenemos a una parte absolutamente mayoritaria de la población, que sin embargo no refleja en su decisión política una posición más congruente con su condición económica.

Habrá que pensar en la imagen personal. Porque las banderas partidistas no parece que convenzan a nadie. En Zacatecas gobierna un antiguo priísta y a veces da la impresión de que el PRD se adaptó al candidato y no el candidato al PRD.

Tal vez Fukuyama haya tenido razón. El siglo muere sin ideologías en combate. Daría la impresión, pero puede ser una impresión errónea, que los votos nacen de las soluciones previsibles para los problemas económicos de cada uno; de la calidad de los servicios públicos, de la sensación de seguridad o inseguridad, de la confianza en la honradez o del rechazo a la corrupción.

El discurso convence poco, pero curiosamente una terquedad en situación incómoda, el "hoy, hoy, hoy" de Vicente Fox, puede haberse convertido en el motivo por el que muchos, siguiendo la consigna del voto útil, dejaron desamparado al PRD y, no por mucha diferencia, mandaron al PRI a un segundo lugar.

La verdad es que se trata de un fenómeno que no acabo de entender.