DOMINGO 19 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť La semana política en Estados Unidos
Ť Con cada día que pasa, el sistema electoral bajo nuevas dudas
Ť Se mina la confianza popular en los mecanismos democráticos
Ť Cualquiera que gane es lo mismo, según una encuesta del Post
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 18 de noviembre Ť Las batallas legales en Florida sobre los resultados aún pendientes de la elección presidencial están exponiendo fallos serios en el sistema de manejo de elecciones en este país, y con ello, minan aún más la confianza pública en los políticos.
Esta semana el ex presidente James Carter ofreció formar un equipo bipartidista de monitoreo electoral para Florida, junto con el ex presidente Gerald Ford, pero su oferta fue rápidamente rechazada por simpatizantes del candidato republicano, el gobernador George W. Bush.
La participación electoral en este país es inferior a la de casi cualquier otro país que se considere "democracia occidental" y la aún no resuelta contienda electoral aquí probablemente enajenara más a esta población. Esto parece particularmente posible en Florida, el estado que podría determinar el presidente electo del país. Una encuesta del diario The Wall Street Journal esta semana encontró que una mayoría de la población estatal duda que su voto será contado de una manera "imparcial y honesta".
También hay creciente escepticismo a nivel nacional sobre el conteo del voto en Florida. Una encuesta del diario The Washington Post a fines de esta semana encontró que 46 por ciento de los ciudadanos del estado sospechaban que el conteo final en Florida no sería en realidad preciso, un incremento del 38 por ciento que se registró hace sólo cinco días.
Una mayoría de los votantes consultados a nivel nacional por el rotativo opinó que era necesario un recuento manual para asegurar la precisión, pero también expresaron una creciente impaciencia con las demoras en resolver esta elección presiden- cial y aseguraron tener poca confianza en los tribunales, donde ahora se centra la batalla para resolver la disputa electoral.
Estas encuestas son apoyadas por resultados de otros sondeos, como los del Pew Center y los de Gallup, que demuestran una creciente preocupación sobre la precisión en el conteo del voto en este país.
Para los ciudadanos aquí, quienes se despiertan cada día con la firme convicción de que viven en la mejor y más grande democracia que ha conocido el mundo, los reportajes cotidianos de votos no contados, máquinas de voto que no funcionan, errores en conteos, y acusaciones de manipulación del voto, sólo pasan a ser considerados como más evidencia de que los polí- ticos no sólo no son poco confiables, sino que han perdido el contacto con la población estadunidense.
"ƑYa terminó esto?-- preguntó un votante en una zona rural de Nueva York, entrevistado por La Jornada--. Ya no puedo seguir más en esta tontería, porque tengo tra- bajo real que hacer".
Otros votantes que fueron entrevistados a lo largo de la semana expresaron frustración con el proceso electoral y escepticismo sobre si los políticos de ambos partidos en verdad estaban interesados en un conteo preciso de los votos.
Por toda la retórica sobre las profundas diferencias entre ambos candidatos principales a la presidencia repetidos durante la contienda, el sondeo del Washington Post encontró esta semana que dos tercios de los encuestados quedarían igualmente satisfechos con que ganara el republicano George W. Bush o el demócrata Al Gore.
Esto podría resultar ser algo importante en este conflicto electoral, particularmente si el conteo en Florida resulta en un empate. La CNN reportó hoy que bajo la ley estatal de Florida, en el apartado 100.181, si dos candidatos reciben el mismo número de votos, esto se resolverá echando suertes con ambos para "determinar quien será electo al puesto máximo". En otras palabras, el próximo presidente podrá ser decidido por un volado.
Pero no todos están listos para que todo acabe pronto. Para el columnista Alexander Cockburn, de The Nation, el estancamiento político es el mejor resultado de esta elección, ya que así ninguno de los partidos puede atreverse a promover políticas que podrían dañar a esta nación.
El comentarista político Marc Cooper escribió en el New York Press que aquí no hay ninguna crisis para la mayoría de la gente. "Entre más estén estos dos partidos en la lucha libre en el lodo, mejor. La única 'crisis' para mí sería si de repente se me acaban las palomitas".