Ť Diez toneladas de equipo, incluyendo pantalla gigante y juegos pirotécnicos
Entre aroma de cirios, presentó Banda Maguey su nuevo show
Ť Ofreció concierto gratuito en Villa Corona, durante la festividad de la Procesión de la cera
Jorge Caballero, enviado; Villa Corona, Jalisco Ť Durante nueve días, del 12 al 21 de noviembre, se celebra la Procesión de la cera en este poblado, donde a decir del viejo Antonio Ruiz: "hay tres caminos que pueden agarrar los jóvenes: irse pa'l otro lado, fregarse en el campo o hacer un conjunto musical"; y es precisamente de aqui de donde han salido dos exponentes del movimiento grupero: Banda Maguey y Banda Machos. En esta festividad los lugareños salen de cuatro sitios con velas y cirios adornados con flores de papel crepé y una imagen del Sagrado Corazón o La Sagrada Familia; la tradición de más de 70 años es para honrar a su patrona la Virgen del Rosario; al final de cada una de las procesiones, acompaña una banda musical, que cambia sus acostumbrados ritmos festivos, por una especie de tambora sacra. Las cuatro procesiones confluyen en la iglesia de Villa Corona.
En los nueve días que dura la festividad, los participantes únicamente se encargan de llevar su vela a las casas de los artesanos del pueblo para su arreglo; el tamaño de la cera moldeada varía según los pecados, la manda o el milagro a pedir; hay las que pesan sólo unos 250 gramos hasta la de 25 kilos hecha de cebo; su decoración la paga un patrocinador; el jueves le tocó a los integrantes de la Banda Maguey, que dieron gracias por "el éxito que hemos logrado en este año", menciona Ernesto, voz de la banda. Además, la banda ofreció un concierto en la plaza del pueblo donde estrenó su nuevo espectáculo y se dio un primer round para limar asperezas con el otro conjunto famoso de Villa Corona: Banda Machos; un encuentro de futbol, donde el marcador fue 3-1 favor Banda Machos; ''nos ganaron porque metieron puros cachirules, sólo había tres o cuatro miembros originales del conjunto'', mencionó Bernardo, segunda voz y güiro de Maguey.
El padre Maldonado, párroco de la iglesia de Villa Corona, mencionó que la tradición ha tenido muchos cambios: "antes participaba más gente, la Procesión de la cera se ha visto disminuida. Anteriormente el cuerpo de las velas era estampado; ¡una verdadera obra de arte!; los arreglos florales eran naturales y era para afianzar los valores y el amor mariano (al prójimo). Es una ofrenda que el pueblo hace y sustituye la limosna en estos días''.
La procesión se hace en los nueve barrios del poblado, cuatro por noche con dos hileras cada una. El deambular comienza a las 20:00 horas, se hacen dos filas, las velas van inclinadas hacia adentro formando un arco luminoso; claro que el inclinamiento no sólo es por cuestión estética, también tiene su función operativa, que es para que la cera no manche ni queme las vestiduras del compañero de al lado. El serpenteante/ondulante empedrado se ilumina y es bañado por la cálida cera; la gente sale a sus puertas para ver el desfile. Los cirios de mayor peso tienen su base de madera, con lo cual se maniobra-transporta más fácil.
En la tradición participan familias enteras, ancianos y muchas bellas chicas, pretendidas/acompañadas/monopolizadas por galanes silvestres. Al llegar a la calle principal, Juárez, el camino se estrecha por los puestos de comida que se circunscriben alrededor de la iglesia; ésta es rebasada por los fieles que toman el atrio para escuchar el rosario y elevar sus plegarias. Después las velas son depositadas en un rincón del atrio. ''No las abandonamos, sólo que se escogen las mejores para ponerlas en el altar de la Virgen del Rosario; las demás se reciclan para el próximo año; el arreglo se lo llevan a su casa como protección''; precisa el padre Maldonado.
El pueblo es una romería, la gente se departía entre los puestos de comida: pozole, tacos, birria y fritangas; juegos mecánicos y casa de los espantos; infinidad de pachás con gruesas esclavas y cadenas de oro llevaban a sus hijos a jugar canicas y dardos para obtener un juguete o un torito de alcancía hecho de yeso; también había cabinas de karaoke donde los adolescentes cantaban temas de Carlos Santana, Maná o alguna canción de Banda el Recodo. Además se tentaba a la suerte en los juegos de apuestas: lotería, siete, chicos y grandes y el chingo lilingo, que consiste en parar una botella con un palito, la base tiene una hendidura que hace casi imposible que se logre la proeza. Pero la plaza del pueblo, la plaza principal de Villa Corona, estaba hasta su madre; esperando a que los patrocinadores de esa noche, Banda Maguey, presentara su nuevo espectáculo gratuito.
Al igual que otros conjuntos musicales, Banda Maguey, no quiso quedarse atrás y presentó su nuevo show al pueblo que los vio nacer; el pasado jueves, tres gatos hidráulicos, más de 10 toneladas de equipo en luces y sonido, pantalla gigante circular, fuegos artificiales, pirotecnia y trajes nuevos. El escenario lucía majestuoso, cada pedazo de acero era nuevo, en armonía con los amplificadores cubiertos con tela gris; aunque ''no pudimos poner todo el escenario, porque sino hubiéramos tapado dos accesos a la plaza''; informó Fernando, que toca uno de los dos saxofones del conjunto musical. En el kiosco la gente encaramada, las barras de contención fueron tomadas por las fanáticas adolescentes, parejas subidas en las bancas y jardineras para mejor visión.
Finalmente, después de una hora de retraso, el tul blanco que cubría el escenario cayó y explotó el goce contenido del público; el vocalista Ernesto desciende de las alturas del escenario, ayudado por cuerdas; "qué mamucho el sol", se escucha entre el público; "quema más la luna", defiende otra anónima voz. Pero el vocal es flanqueado por otros dos de los integrantes de la banda: un saxofonista y un trompeta; ¡son tres y no dos los que están pendidos! El sonido tipo estación de radiodifusora grupera espetó: ''La banda del nuevo mileeeniiiooo, Banda Maguey, simplemente es otro niveeel''; luego enlistó los integrantes: Nelson, Rosario, Bernardo, Luis, Carlos..... La pantalla de inmenso ojo de buey comenzó a lanzar imágenes en vivo, en estudio y escenas de calle del grupo; la gente comenzó a blandir sus banderines.
Ya en el piso del escenario Ernesto se dirigió a su público: ''Gracias por esta noche''. Los ánimos se encendieron; la plaza colmada, quién sabe cómo le hicieron, pero el público desafió la ley física de que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio y se puso a bailar.
Luego de cuatro rolitas campiranas subió el presidente municipal de Villa Corona y entregó un reconocimiento a Maguey por su ''gran trayectoria y talento''; luego recordó: ''Cuando la gente sabe que soy el presidente municipal de aquí, me pregunta que si los de la Banda Maguey andan en las calles, yo les digo que sí, que son personas agradables que no han dejado que la fama se les suba a la cabeza''; el público batió las palmas.
Llegó su great hit Eva María, y demás canciones de corte rural. Explotaron fuegos artificiales en los extremos equidistantes del escenario y al frente; salen tres bailarinas amateurs y arrojan grandes pelotas. Poco después las bailarinas son desplazadas por burbujas de jabón; suena la canción que en el estribillo dice: Agradezco a dios por ponerte en mi camino/porque yo vivo desde que te atravesaste en mi (adivinen cuál palabra sigue, ¡claro!) camino.
Ahora Ernesto entrega rosas a las fans más próximas, en el escenario está un perro, un avestruz y un niño de peluche. Luego Ernesto dice: ''Que todos los enamorados levanten las manos'', en esa altura del concierto había algunos rostros lacrimógenos. Ernesto emerge del escenario sentado en una silla de cuero cuando canta la rolita extremadamente sentimental/dolida y super/hiper/mega hit Quiero volver, el escenario se vuelve a llenar de burbujas de jabón. Ernesto performea el escenario con pases de ¿baile? y movimientos lúbricos; lanza su grito de guerra: "Y sigue y sigue y sigue Maguey".
En la plaza algunos precavidos llevaron sus sillas y disfrutaban del espectáculo cómodamente, otros pulían la plancha marrón con rombos amarillo, bebían, fumaban y disfrutaban. Cuando llegó su archirrequeterrecontra hit Quién toca tu piel, los machos arrojaron sus cervezas de lata medio llenas al piso para amachinar bien a su pareja y bailar de a caballito. El júbilo no se paró hasta la madrugada.