Lunes en la Ciencia, 19 de noviembre del 2000
Procesos mentales
Miguel Angel Barrón Meza
En años recientes ha habido una tendencia creciente hacia el empleo de términos de las ciencias duras (física, química, matemáticas) en diferentes disciplinas como la sociología, la psicología y la biología. Por ejemplo, pueden establecerse analogías entre algunos procesos mentales en el ser humano y la dinámica de los sistemas no lineales. Veamos. En el caso de sistemas altamente no lineales como los reactores químicos con reacciones complejas y exotérmicas, se presentan con frecuencia varios estados estacionarios. Dichos estados pueden ser de ignición, de conversión media, y estados de extinción. Por el lado de los procesos (estados) mentales se puede distinguir entre comportamientos de tipo depresivo, comportamientos normales, y comportamientos de hiperactividad o ansiedad. El comportamiento depresivo en el ser humano correspondería con el punto de equilibrio de extinción (o de baja conversión) en un reactor químico. El comportamiento hiperactivo o ansioso podría compararse con el punto de equilibrio de ignición (de alta conversión) del reactor. Lo que podría llamarse un comportamiento normal -que desde luego no existe, pues sólo se trata de una medida de tipo estadístico- puede asociarse con el estado de conversión media. En el caso de los reactores químicos, el estado de media conversión es un estado inestable. Este estado, con una pequeña perturbación, se desvía hacia estados de extinción o de ignición.
Podría también establecerse una similitud entre una mente psicótica y un comportamiento caótico en un sistema no lineal. Respecto al trastorno obsesivo-compulsivo, es posible compararlo con lo que en dinámica no lineal se conoce como ciclo límite: las variables (o pensamientos) del sistema no lineal oscilan permanentemente alrededor de un punto de equilibrio (idea fija).
Existen otros estados mentales que podrían observarse a través de la dinámica de sistemas. Una persona normal pudiera catalogarse como sistema lineal con una dinámica interna estable, mientras que una persona neurótica sería una persona con una mentalidad altamente no lineal, con dinámica interna inestable. Esta clasificación se fundamenta en las respuestas de tales sistemas a los estímulos externos: un sistema lineal tiene respuestas proporcionales a los estímulos mientras que un sistema no lineal tiene respuestas desorbitadas con respecto al nivel del estímulo externo. Una persona normal responde de manera mesurada a una agresión externa mesurada, mientras que una persona neurótica reacciona de una manera totalmente desproporcionada con agresividad o depresión, por ejemplo, ante agresiones externas, aun cuando éstas sean de baja intensidad.
Por otro lado, los valores propios de un sistema definen su estabilidad (o inestabilidad) y la rapidez con que dicho sistema retorna a un punto de equilibrio estable después de haber experimentado una perturbación. En relación a los sistemas no lineales puede distinguirse entre aquellos con valores propios negativos (condición de estabilidad), positivos (condición de inestabilidad) o una mezcla de ambos (oscilación permanente alrededor de un punto de equilibrio estable). Cierta persona puede requerir un tiempo muy corto para volver a su estado de tranquilidad después de sufrir una agresión externa, mientras que otra requiere de lapsos de tiempo considerablemente largos. En este caso hablamos de personas (o mentes) con valores propios negativos, !=pero de diferente magnitud: la persona que tarda menos tiempo en regresar a su estado de tranquilidad tendría valores propios negativos de mayor valor absoluto que la otra. Quienes quedan permanentemente resentidos, deprimidos o intranquilos por una agresión externa tendrían valores propios positivos, mientras que los valores propios de aquellos que quedan atrapados en pensamientos recurrentes (obsesivos) por el suceso externo serían de ambos signos.
La programación emocional de la mente humana podría considerarse como una función F(), es decir un mapeo "de" "hacia", mediante una función no lineal F, donde representa el vector de los estímulos externos y el vector de los estados emocionales actuales. Aquí pueden plantearse dos preguntas sobre las propiedades matemáticas de F: Ƒes uno a uno?, Ƒes invertible? Es decir, Ƒexiste para cada estímulo externo una sóla respuesta emocional? Además, para un cierto estado emocional, Ƒes posible encontrar inequívocamente el estímulo externo que lo provocó? Si la función F no es uno a uno, entonces tampoco es invertible, lo cual significa que diferentes situaciones pueden conducir al mismo estado emocional. Por ejemplo, y suponiendo que los factores biológicos no intervienen, dos personas inseguras y con baja autoestima pueden haber llegado a este estado emocional mediante diferentes y radicalmente opuestas situaciones vividas en la infancia. Esto implica que, dado un determinado estado emocional en una persona, no podría determinarse a priori (o por comparación con otro individuo) de manera inequívoca el estímulo externo que lo originó.
Aunque cualitativamente se lograra hacer corresponder con plenitud la teoría de los sistemas no lineales con los procesos mentales y emocionales en el ser humano, quedaría el problema de la cuantificación, es decir, cómo determinar cuantitativamente qué tanto se aleja o se acerca una persona de los comportamientos estadísticamente llamados normales. Desde luego que no se trata de un problema sencillo.
El autor es profesor-investigador del Departamento de Materiales de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco