MIERCOLES 22 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť El titular de la Sedeso hizo un balance sexenal
El presupuesto social más alto de la historia, en esta gestión
Ť Reconoció Carlos Jarque que aún falta mucho para erradicar pobreza y marginación Ť Inauguró congreso de ONG
Víctor Ballinas Ť El secretario de Desarrollo Social (Sedeso), Carlos Jarque, aseveró ayer que el gasto público "debe ser instrumento clave en la distribución de riqueza", por ello, subrayó, el gobierno brindó apoyo económico a un número importante de proyectos a cargo de organizaciones civiles que trabajan a favor de los marginados y los pobres extremos.
Al inaugurar el segundo congreso de Cooperación y Desarrollo, destacó que durante esta gestión que termina se llevó a cabo una profunda reforma a los subsidios alimentarios: "Diconsa pasó a ser una empresa que garantiza el abasto social en pequeñas comunidades marginadas, y los programas de leche y tortilla se reorientaron hacia las familias que realmente necesitan los apoyos".
Aseguró que con las reformas institucionales, la reorientación de los subsidios y el "incremento de 50 por ciento en el número de personas que reciben apoyos alimentarios", se contribuyó a elevar la calidad de la dieta de las familias que viven en la marginación, en zonas rurales e indígenas, como un elemento de justicia social.
No obstante ello, subrayó, en el país "tenemos millones de personas en situación de pobreza, que se manifiesta en alimentación insuficiente o en salud inadecuada; en falta de vivienda digna; en ausencia de oportunidades de educación, o en carencia de empleos. Como todos sabemos, sus consecuencias son muy graves, ya que la pobreza es como una severa enfermedad que carcome la dignidad de las personas y con demasiada frecuencia las lleva a la desesperanza".
El titular de Sedeso insistió que en esta administración se asignó el presupuesto social más alto de la historia del país, "pero dadas las carencias, reconocemos que es insuficiente". Precisó que el gasto para el combate a la pobreza extrema creció en 40 por ciento en términos reales en esta administración.
Ante representantes de organizaciones filantrópicas y patrocinadores de las mismas, Jarque destacó que el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) es un plan pionero, el cual "marcó la transición de acciones aisladas hacia una visión integral, dirigida a incrementar el capital humano de familias que viven en situación de pobreza extrema, así como a revalorar el papel de las mujeres en los hogares".
Del programa estelar del presidente Zedillo para combatir la pobreza extrema, el Progresa, Jarque dijo que atiende a 14 millones de personas a través de apoyos alimentarios -4 pesos con 33 centavos al día por familia-; becas escolares para niños y jóvenes -desde tercero de primaria a tercero de secundaria-, así como acceso a los servicios de salud.
"A sólo tres años de operación de este programa", aseveró, los resultados son alentadores. Estos han sido reconocidos por diferentes países y organismos internacionales: la desnutrición de niños beneficiarios del Progresa disminuyó 24 por ciento; el promedio de visitas a centros de salud de las familias que reciben los subsidios del programa se elevó a 40 por ciento, y en el primer ciclo de aplicación del programa, la matrícula del primer grado de secundaria se incrementó 38 por ciento. Con este plan se edificó una de cada seis escuelas en el país.
Expuso además -en lo que se consideró un balance de la política social zedillista- que durante esta administración los programas impulsaron la generación de empleos, al reconocer que el mercado por sí mismo no siempre puede crear todas las fuentes de trabajo que demandan las diversas zonas del país.
Por ello, enfatizó, se dieron apoyos para empleos temporales -en las zonas rurales, con una duración de 88 jornales (días) y con pago de hasta 90 por ciento del salario mínimo-; se otorgaron a campesinos créditos a la palabra -apoyos de 550 pesos por hectárea, hasta un máximo de tres hectáreas-; se financiaron empresas sociales, y se apoyó a artesanos indígenas y jornaleros agrícolas.
No obstante los logros, Jarque reconoció que "aún falta mucho para erradicar la pobreza y para elevar las condiciones de vida de la población".