JUEVES 23 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Su nombre surgió de última hora; Palmerín sigue firme: fuentes castrenses
El general Vega García, nuevo prospecto para la Sedena
Jesús Aranda Ť De última hora y como un posible caballo negro para ocupar la titularidad de la Secretaría de la Defensa Nacional apareció la figura del general Gerardo Ricardo Vega García, comandante de la primera Región Militar, aunque por otra parte fuentes castrenses insisten en que el comandante del Cuerpo General del Ejército, general Mario Delfino Palmerín Cordero, ''sigue firme'' como el sucesor de Enrique Cervantes Aguirre.
Las versiones de que Vega García será designado titular de la Sedena -que tomaron fuerza ayer- causaron molestia entre altos mandos del Ejército, quienes aseguraron que el general no tiene la antigüedad suficiente para ocupar un cargo de esta importancia, ya que apenas el año pasado fue ascendido a divisionario; se le asocia con el secretario Cervantes Aguirre, lo que se interpreta como un posible ''continuismo'' en la dependencia, además de que no ha tenido ''mando'' en el Ejército, pues este año fue designado comandante de la primera Región Militar.
Fuentes castrenses consultadas opinaron que la llegada de Vega generaría conflictos con los generales de división -15 en total- que tienen una antigüedad como divisionarios mayor de cinco años y se sienten con mayor derecho para ser el próximo secretario de la Defensa.
No obstante, afirmaron que el general Vega cuenta con el apoyo de Adolfo Aguilar Zinser, próximo coordinador de políticas de seguridad nacional del gobierno de Fox. Además, se dice que el respaldo de Cervantes a su candidatura fue evidente, cuando lo designó comandante de la columna del desfile del pasado 16 de septiembre. Esto es significativo, porque al interior del Ejército se tiene la certeza de que el comandante del desfile del último año de cada sexenio ha sido nombrado titular de la Defensa Nacional. Por lo menos, esa es la creencia.
Cabe señalar que el general Vega García fue en su momento director de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea y de Doctrina Militar, además de ser especialista en seguridad nacional.
Por otro lado, apenas en septiembre pasado salió a la circulación su libro Seguridad nacional. Concepto, organización y método, en el que asevera que el pretender responsabilizar al aparato militar de ''todos los asuntos de seguridad de un país'' es una actitud tendenciosa y mal intencionada, porque la seguridad nacional ''no es sinónimo de militarismo o de actividades de defensa nacional'', sino que incluye políticas internas y externas, económicas, sociales y militares.
En su escrito plantea también la conveniencia de que el país cuente con una ley orgánica de seguridad nacional que dé forma, a su vez, a un sistema nacional de seguridad nacional y una estructura permanente abocada a este tema.
Afirma finalmente que las políticas y estrategias de seguridad nacional deben sujetarse a la política general de Estado y que deben despojarse de ''proyecciones represivas'' hacia los derechos humanos o con carácter militarista, como un elemento indispensable para garantizar el libre ejercicio de la soberanía.