JUEVES 23 DE NOVIEMBRE DE 2000

 

Ť Ricardo Robles Ť

ƑQuién se la cree?

ƑQuién se cree hoy la paz india y sus caminos? Proclamándola vienen ya hace más de un mes, desde Acteal, Las Abejas y Las Hormigas, que así se dicen ellas y ellos mismos para decirnos su conciencia comunitaria, ésa que hace tan grandes a los pequeños.

Vienen desde la paz de sus corazones, desde la paz renegada por sus gobiernos, a rescatar su derecho inalienable a la paz. Para dar testimonio de que creen en la paz, a pie vienen, cansados se acercan a Guadalupe, durmiendo donde pueden, comiendo lo que reciben, engrandeciendo los corazones. No vienen a encontrar a los gobernantes, no han servido esos diálogos. Apelan a horizontes diferentes desde su fe. Apelan desde ella a la fraternidad de todos, a engrandecer la conciencia del país. Apelan ante el pueblo verdadero que de distintos modos se sabe convocado en Guadalupe.

ƑSe cree de veras el gobierno mismo esa paz que proclaman los indios en justicia, respeto y dignidad? Hay quienes creen que sí, que la promesa de cambios es buena. Hay quienes lo creyeron y van dudando. Hay quienes ya no se la creen y quienes nunca se la creyeron. Quién apueste o quién no, quién en pro o en contra, es lo de menos. La historia no se hace de apuestas o escepticismos, de intrigas o intenciones. Los hechos, los resultados, los logros, arman la vida.

Los hechos del gobierno que llega serán su historia. Ni intenciones ni promesas ni ingeniosos discursos ni programas costosos van a bastar. Los pueblos indios están atentos ante esos hechos, que ya ven llegar con signos de guerra, de desdén o de paz. Poco es el tiempo que tendrá el gobierno para probar su capacidad de conducción, y son muchas sus promesas, muchos sus retos y algunas las zancadillas que le van poniendo para obligarle a recibir en herencia las viejas políticas al viejo modo, las políticas de guerra por ejemplo. Valga el ejemplo. Repetidamente se ha comprometido el presidente electo, ante el mundo, ante México, y ante los pueblos indios, a retirar de Chiapas al Ejército. Si no lo logra de manera palpable y significativa en su par de meses de entrada, nos probará a todos que no tuvo capacidad o fuerza política para concertar, para lograr convergencias, para hacer respetar la Constitución, para ser el jefe supremo de las fuerzas armadas. Lo probará así a los pueblos indios, a México y al mundo. Y si así sucediera, ni para qué hablar con él.

Son muchos los retos de este corte que esperan al nuevo gobierno que dice ser el del cambio, que así se comprometió, que para ello fue electo. Es nada menos que su legitimidad pública lo que queda en juego. Y el tiempo para acreditarla o liquidarla no será largo.

Algunos retos, que desde Chiapas se imponen, vienen bien ahora, al evocar la Peregrinación Guadalupana de Las Hormigas y de Las Abejas. Faltará ver si el presidente entrante tuvo capacidad para hacer valer sus propias iniciativas, cuando el primero de diciembre envíe como suya la de la Cocopa. No bastará que llegue a las Cámaras con estampilla de correo pero sin remitente político. Así, más le valdría no mandarla, no se quemaría de más, al menos. Faltará ver si entendió que los acuerdos de San Andrés Sakam'chén van más allá que la iniciativa de la Cocopa, si sabe tratar con los pueblos indios como "diferentes" asumiendo sus cosmovisiones y sus aspiraciones, si respeta sus derechos colectivos, si toma en serio sus palabras comunitarias; o ver si se tranquiliza con sólo tener un Consejo, en una oficina muy cerca de él. Faltará ver si pudo concertar con el nuevo gobierno chiapaneco operaciones inteligentes para erradicar a los paramilitares. En nada le ayudaría retomar los caminos de la farsa teatral, la demagógica publicidad o la provocación, ahora en boga. Faltará ver si logró control sobre los engreídos cacicazgos chiapanecos o si pactará parches con ellos, si fue capaz de hacer respetar a los pueblos de indios o si los insultará de nuevo con pretendidas dádivas de teles y changarros, si logró que se hiciera justicia verdadera a los presos políticos, si supo crear de entrada las condiciones indispensables para recrear un diálogo nuevo por la paz con justicia y dignidad; o ver si sólo pretendió disfrazar de nuevo la misma guerra de baja intensidad.

Espero el cambio, y con él, la legitimidad acreditada del nuevo gobierno. Hasta ahora me merece mucho mayor respeto la india legitimidad probada de Las Abejas y de Las Hormigas en peregrinación por la paz