JUEVES 23 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Colonialista, el Día de Gracias, afirman


Indígenas protestan contra el Thanksgiving en Washington

Ť Etnias estadunidenses "no tienen mucho por lo cual agradecer"

Ť Tres tipis cerca de la Casa Blanca recuerdan un olvido histórico

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 22 de noviembre Ť Na-than Phillips, un indígena del pueblo omaha, en Nebraska, y su familia están sen- tados alrededor de una fogata hablando con desconocidos.

"Esta lumbre no me pertenece a mí, pertenece a siete generaciones de un pueblo", explica. "Ellos prendieron este fuego en momentos de crisis y hemos prendido este fuego porque ahora estamos en momentos de crisis en América y en el mundo".

La fogata prendida por Nathan --prefiere usar su nombre-- está dentro de uno de tres tipis que erigieron a una corta distancia de la Casa Blanca, frente al enorme monumento al primer presidente de este país, George Washington, en esta capital.

Nathan explica que aunque este jueves la mayoría estará celebrando el Thanksgiving (Día de Gracias) con una magna cena, porque ese día supuestamente se conmemora el primer banquete compartido entre los colonialistas y los indígenas --que representó la sobrevivencia de los recién llegados--, él estará ayunando como protesta.

"El Día de Gracias ayunaremos todo el día en protesta --dijo Nathan a La Jornada--. Estamos aquí para rezar por los que están sufriendo, y para recordarle a la gente que muchos indígenas americanos no tienen mucho por lo cual dar gracias".

Afirma que trajo a su familia para realizar una vigilia durante un mes a fin de recordarle al pueblo estadunidense que en el Día de Gracias debería recordar en sus oraciones y en sus corazones a los pueblos indígenas de este país.

Nathan agregó que él y su familia también rezarán por otros pueblos indígenas, entre ellos los zapatistas en México.

"Un día no es suficiente tiempo, y por eso tomaremos todo un mes para recordar a todos con quienes o para quienes hemos rezado durante los últimos 10 años", indicó.

"Además, esperamos ser un recordatorio visual de que la cultura indígena y su gente están aún presentes, y concientizar a la gente sobre los temas que enfrentan", dijo.

"La gente habla de hoyos en la capa de ozono, guerras, hambruna --comenta--. Todas estas cosas están presentes ahora. Un niño murió la noche del martes porque no había suficiente comida. Otra madre estaba llorando anoche porque no había suficiente comida".

Nathan señala que hay 11 mil indígenas viviendo en Washington, pero que no existe en esta capital una sola clínica de salud, un centro de atención para los jóvenes o de cuidado de niños para los indígenas.

Los jóvenes son de primera importancia para Nathan. El fue criado en una familia indígena tradicional en Nebraska hasta que cumplió los cinco años, y entonces fue separado de los suyos por el programa de asimilación del gobierno federal y colocado en una casa de crianza hasta los 17 años.

"Cuando llegué al centro adoptivo no entendía inglés, pero no me permitían hablar mi idioma tradicional", contó.

Después de dejar esa casa, ingresó al THANKSGIVING_INDIANS_BA1 cuerpo de marines durante cuatro años, y otros 17 deambuló por todo el país; ahora vive en Washington y trabaja como obrero de la construcción.

"Necesitamos construir una comunidad aquí, necesitamos un centro juvenil indígena, un centro indígena de salud", indica a los muchos visitantes que pasan para observar los tipis y conversar.

Pero cuando sus visitantes le preguntan qué es lo mas importante para él, Nathan señala la fogata y dice que el fuego está al centro de la cultura del pueblo omaha.

"Estaremos aquí durante cuatro años, y simbolizando las cuatro esquinas del mundo", explicó a un grupo de visitantes alrededor de su fogata.

"Lo que más nos gustaría es que los pueblos indígenas tuvieran una fogata permanente en esta capital, un lugar donde la gente de todas las Américas pueda encontrar a su comunidad".

Explica a una joven visitante: "Encendemos este fuego para todos aquellos que están perdidos, sea espiritual, emocional o culturalmente".

Pero qué piensa del Día de Gracias, pregunta un curioso. ƑLos estadunidenses deberían celebrar un día festivo para un pueblo que virtualmente han destruido?

"O, no", responde Nathan. "Creo que es una buena idea ofrecer gracias. Entiendan que para nosotros el alimento es una medicina, uno reza por ello. Espero que todos podrán comer bien ese día, pero también que se acuerden de los demás".