JUEVES 23 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť "Fanatismo irracional", las acciones de ETA, dice el rey Juan Carlos
Pesar en España por el asesinato de Lluch
Ť El ataque etarra ensombreció la conmemoración de los 25 años de la monarquía parlamentaria
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 22 de noviembre Ť La conmemoración de los 25 años de monarquía parlamentaria en España se vio ensombrecida por el asesinato, anoche, del ex ministro socialista Ernest Lluch a manos de presuntos miembros de la organización armada vasca ETA.
A los actos institucionales marcados por el luto se sumaron decenas de concentraciones silenciosas en todo el territorio español, y pronunciamientos unánimes de las fuerzas políticas por mantener "el consenso y la unidad" ante la amenaza del grupo separatista vasco.
El rey Juan Carlos leyó una declaración institucional en el Congreso de los Diput ados en la que pidió la "unidad de los españoles" frente a los que quieren atacar "el orden constitucional y estatutario".
Los actos de homenaje por el vigésimo quinto aniversario de la proclamación del monarca como jefe del Estado español estuvieron plagados de indignación por el asesinato de Ernest Lluch, quien fue el primer ministro de Sanidad y Consumo en el primer gobierno del ex presidente socialista Felipe González.
El guión de lo que debió ser un homenaje festivo fue alterado drásticamente por el protocolo sombrío del luto institucional: en el Congreso de los Diputados la comparecencia del rey fue precedida por un minuto de silencio, y en las oficinas públicas las banderas ondearon a media asta.
En la sede del Partido Socialista Obrero Español un crespón negro colocado en la puerta principal recibió a cientos de personas que acudieron a rendir un último homenaje a Lluch.
El jefe del Estado español afirmó ante los representantes del gobierno, los parlamentarios, los presidentes de los gobiernos regionales, representantes de la judicatura y los ex presidentes del gobierno Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González que "faltan y a la vez sobran palabras para condenar este crimen repugnante".
El monarca apuntó que la muerte de Lluch "nos compromete a estar más unidos que nunca, para todos juntos poner fin al terrorismo y mantener la unidad nacional en la diversidad solidaria y justa"
El rey señaló que las acciones de ETA son "una expresión de un fanatismo cruel e irracional que pretende romper el modelo de convivencia, quebrar la continuidad del modelo constitucional y estatutario y acabar también con la unidad de las fuerzas democráticas, así como con la voluntad integradora de la sociedad española".
Los políticos, objetivos, advierte el PP
El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, informó a los medios de comunicación sobre los pormenores del atentado del pasado martes que, según él, confirma que ETA cuenta con un "comando estable" en la ciudad de Barcelona.
Desde que el grupo armado anunció la suspensión de su tregua unilateral, en diciembre pasado, ha actuado en tres ocasiones en la capital catalana.
Mayor Oreja sostuvo que según sus informes, ETA mantiene en activo también un comando en San Sebastián, que ayer habría atacado con un lanzagranadas un cuartel de la Guardia Civil en Irún.
El vocero gubernamental, Pío Cabanillas, dijo que "no cabe duda de que la intención de ETA es enturbiar un día de felicidad y de celebración para todos los españoles".
Por su parte, el secretario general del Partido Popular (en el gobierno nacional), Javier Arenas, dijo que "todo el que no está de acuerdo con el asesinato, el terror y la muerte puede ser objetivo de ETA".
El presidente del gobierno vasco, el nacionalista moderado Juan Jose Ibarretxe, acudió a Barcelona al acto de homenaje a Lluch, donde exigió a la coalición Euskal Herritarrok (marca electoral de Herri Batasuna, considerada brazo político de ETA) que "reaccione ante esta barbarie", tras apuntar que el verdadero y "único proyecto de ETA es matar".
El líder de Izquierda Unida (tercera fuerza en votos), Gaspar Llamazares, también pidió la unidad de las fuerzas políticas y el restablecimiento de las relaciones institucionales entre el Ejecutivo de José María Aznar y el gobierno vasco.
En el País Vasco, miles de personas se concentraron en silencio ante los edificios institucionales para condenar el asesinato del dirigente socialista. En Vitoria, a las puertas del gobierno vasco se concentraron varios centenares de personas encabezadas por Ibarretxe y miembros de su Ejecutivo, que permanecieron 15 minutos en silencio.
Varios cientos de personas se congregaron también en la plaza de España, mientras en Bilbao, a las puertas de la sede central del Partido Nacionalista Vasco, perma- necieron durante 15 minutos los principales dirigentes del partido, entre ellos su presidente Xavier Arzalluz.
También se celebraron concentraciones populares frente a las puertas de las corporaciones de Málaga, Jaen, Huelva Zaragoza, Murcia, Badajoz, Valencia, Logroño, Navarra y Baleares.