LUNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Contrabando, baja rentabilidad e imposibilidad de exportar, las causas


Caen 60% las asociaciones productoras de pollo

Angélica Enciso, enviada, Cancún, QR, 26 de noviembre Ť El contrabando de pollo, la imposibilidad de México de exportar a cualquier mercado y la baja rentabilidad, han llevado a que en las dos últimas décadas el número de asociaciones avícolas haya caído en 60 por ciento, ya que de 112 ahora sólo quedan 49, y agrupan a 400 pequeñas y medianas empresas.

Su desparición fue paulatina y en este momento, frente a la inminente apertura total que se dará en el 2003 con Estados Unidos, los productores buscan consolidar el sector y acabar con los problemas que les aquejan. Actualmente la avicultura produce alrededor de 3.7 millones de toneladas al año y genera 840 mil empleos. Las importaciones equivalen a 288 millones de dólares al año y 99 por ciento provienen de EU.

El contrabando de pollo, que básicamente se presenta en el norte del país, no sólo afecta a los avicultores de la región, quienes, ante la invasión de productos a precios menores a los costos de producción del país se deben desplazar a otros mercados. "Se presenta un efecto de cascada, ya que los avicultores del norte desplazan a los del centro en sus mercados y esto afecta los precios del alimento. Han bajado hasta 35 por ciento", señala el director de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), Sergio Chávez.

Aunque se estima que son 30 mil toneladas de pollo las que entran ilegalmente y representan 2 por ciento de la producción nacional, el impacto en el precio y en la rentabilidad del productor es determinante, ya que las cotizaciones disminuyen en detrimento de utilidades e inversión en las plantas, agrega. Este dato del contrabando se obtiene de la diferencia que se da entre la cuantificación estadunidense de sus exportaciones y la de México de sus importaciones, precisa.

El ingreso ilegal del alimento se presenta en dos formas: el "bronco" y el "técnico". El primero se da cuando el producto ingresa escondido en otros y pasa desapercibido por la autoridad. Mientras que el "técnico" se presenta cuando las empresas importadoras facturan un tipo de alimento con una cuota arancelaria baja y en realidad entra otro que debería tener una cuota mayor, explica Jaime Yesaki, vicepresidente de la UNA.

La empresa Procarne está en esta última situación, agrega, ya que aunque se conoce que realiza las importaciones en esas condiciones continúa realizando esa actividad y está amparada legalmente. Por esta vía entran aproximadamente 30 mil toneladas, y 85 por ciento de esas compras las hace esta compañía.

Dice que una forma de combatir el fenómeno es a través de la aplicación de las normas sanitarias, las cuales difícilmente se acatan; pero la información que se tiene es que se trata de alimento congelado y de pierna y muslo, cuya calidad se desconoce, ya que al no estar etiquetados no se sabe el tiempo que lleva muerto el animal.

El ingreso ilegal del alimento ha resultado tan atractivo que en una ocasión pusieron a una persona para que investigara el problema y terminó en convertirse en un contrabandista del alimento, añade.

Los productores del norte del país, que son los más afectados, han buscado instrumentar medidas para abatir el contrabando. Han vigilado las aduanas -básicamente las de Laredo y McCallen- para verificar el tipo de alimento que entra y como está facturado, y buscaron establecer un padrón sectorial en el que se enlistaron las empresas que importaban, pero cuando incurrían en alguna irregularidad se daban de baja y de inmediato aparecía una nueva empresa para realizar las compras, explica Eduardo Villareal de la Asociación de Engordadores de Pollo de Nuevo León.

En EU el consumo de pollo se orienta a la pechuga y los productores con su venta recuperan la inversión y obtienen utilidades, el resto del animal lo desechan, por lo que lo comercializan a bajos precios a otros países. En México la preferencia de consumo es por piernas y muslos, por lo que el ingreso de estos productos al país constituye una competencia desleal, consideran los avicultores.

El kilo de pierna y muslo estadunidense en el norte se cotiza en 7 pesos, mientras que un animal vivo de producción nacional se vende en 7.50 pesos el kilo, explica.

Paradójicamente, el contrabando culminará en tres años; pero entonces podrá ingresar sin restricción la producción estadunidense, con la desventaja de que los mexicanos no saben cuándo podrán vender en EU.

"Otra desventaja es que nuestros costos de producción son 23 por ciento más altos que los de EU, debido a que el país no es autosuficiente en los granos que se utilizan para alimentar los animales", indica el dirigente de la Asociación, José Luis Leal. De esta forma la competencia desleal de las importaciones de pierna y muslo a precios por debajo de los costos de producción ha llevado a la depreciación de las cotizaciones en el mercado doméstico y a que no haya utilidades.