MARTES 28 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Recibe un reconocimiento del gobierno capitalino


Hoy los helicópteros y el radio rigen nuestras vidas: Elena Poniatowska

Ť Los mexicanos padecemos a la ciudad y sin embargo no nos vamos, señaló la escritora

Ť Reconoce a la administración del Distrito Federal haber devuelto el Zócalo a la gente

Ricardo Olayo Ť Elena Poniatowska fue reconocida por el Gobierno del Distrito Federal como Ciudadana Distinguida por su compromiso y profesionalismo, en una ceremonia que sirvió a la escritora para repasar los ambientes que se viven en la ciudad de México. En su discurso estableció: "hoy los helicópteros y el radio rigen nuestras vidas".

Al dar el reconocimiento la jefa de Gobierno, Rosario Robles la llamó "emblema de una nueva clase de escritores" y a unos días de concluir su gestión, dijo: "no podíamos irnos sin darle el reconocimiento a esta maravillosa mujer".

Poniatowska describió la ciudad con sus personajes, sus lugares, las ciudades que están dentro y aun de los volcanes que parecen desaparecidos porque ya nadie los ve. "Los mexicanos padecemos a la ciudad y sin embargo nunca nos vamos. Es nuestra amante a la que siempre regresamos, maldiciéndola y echando pestes".

El organismo humano no debería soportarla, "y sin embargo aquí seguimos ofrendándole nuestros pulmones planchaditos, para que ella los arrugue. Es el desastre y la carroña", indicó en su discurso.

"La relación amor-odio con la ciudad de México no ha terminado, aunque cada vez sea mayor el odio que el amor y nos suceda lo mismo que a José Emilio Pacheco en su poema Alta Traición, y memoricemos para decir en voz alta: no amo a mi patria, su fulgor abstracto es inasible".

De una parte, el Distrito Federal ha perdido su aire de campo, hasta los gallos son batel-poniatowska-robles-jpg citadinos y los guajolotes son pavos de supermercado. Ya no hay campesinos no rebozos, ni sombreros de paja, la población dejó de ser rural, dijo la periodista en el mensaje que leyó a la audiencia en el salón de Cabildos.

Por coincidencia Robles y Poniatowska llegaron al salón vestidas con falda y saco de un tono rosado muy similar. El detalle lo aprovechó la segunda para improvisar en su participación. "Rosario y yo nos pusimos de acuerdo, venimos del color de nuestra ideología... bueno nuestra ideología es un poquito más roja, nos quedamos en bugambilia. Ella es una bugambilia tierna, y yo en una bugambilia más madura, quizá a punto de secarse y caer de la rama".

Cuando dijo esto, una parte de la audiencia le exclamó su desacuerdo y ya roto el protocolo la escritora inició su lectura de 10 cuartillas. Inició: "En México, levantas una piedra y aparece un dios, persistes en tu esfuerzo y surge la pirámide. A la piedra tienes que llevártela al oído porque conserva la memoria de todo un pueblo.

"Aquí en mi país, las piedras hablan, duras al sol rellenas de extrañas cubren las calles, se hacen muros, conforman las plazas y las fuentes, son la piel de la tierra, su pecho, su garganta y sus labios. Las piedras respiran, aspiran-expiran", dijo.

Siempre el tema de la ciudad y sus habitantes. "Alegría de millones de mexicanos en el Distrito Federal, los cronistas de la ciudad de México ya no pueden abarcarla. Hoy cada delegación necesita su cronista para regalarnos a Ciudad Neza, a Coyoacán y a la Guerrero. Múltiples ciudades se esconden dentro de la gran ciudad, hagan ustedes de cuenta una muñeca rusa, y todos están a la espera de cronistas dispuestos a acabarse los zapatos, porque la única forma de conocerla es caminándola".

Al gobierno le reconoció que puso a bailar a la ciudad con los conciertos y la sentó para ver cine en el Zócalo. "Si en 1968 los estudiantes quisieron ganar la calle, este gobierno ahora quiso ocupar todos los espacios públicos y devolvérselos a la gente", indicó.

Para Rosario tuvo halagos y la llamó "guerrera". La jefa de gobierno elaboró un discurso con referencias a la obra de Poniatowska en una ceremonia a la que asistieron Amalia Solórzano, esposa del ex presidente Lázaro Cárdenas y Celeste Batel, esposa de Cuauhtémoc Cárdenas, así como figuras de las artes.

Luego los invitados pasaron al patio del edificio virreinal donde estuvieron largo rato Robles y Poniatowska. El ambiente era relajado a diferencia de otras ceremonias similares e incluso se relajó el orden al permitir el paso a los reporteros.

Por la noche, ambas mujeres acudieron a la Casa Refugio de Escritores del GDF en la colonia Condesa la presentación de una antología de textos de la feminista y luchadora social guatemalteca, Alaíde Foppa, una obra editada por el gobierno y la UNAM.

Ahí, los hijos de Alaíde, Julio y Laura recordaron la obra de su madre, y la muerte y desapariciones que han caracterizado la vida de la familia por oponerse a regímenes dictatoriales en Guatemala.

También rescataron los aportes a la vida de libertades de las mujeres con la edición de la revista Fem y como dijo Poniatowska, Alaíde "no se esclavizó ni con un par de pantuflas como todos nos esclavizamos".