MARTES 28 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Teresa del Conde Ť
Decires de Vlady
Desde el pasado 23 de noviembre, Vlady presenta una exposición muy nutrida de obra sobre papel en todas las técnicas habidas y por haber, incluyendo grabados, acuarelas, temples, técnicas mixtas, tintas, aguadas, etcétera, en el Museo de Arte Moderno (MAM). La muestra, comisariada por el pintor Tomás Parra, tiene carácter retrospectivo y obedece al título que el mismo Vlady le dio, El modelo interior y consta de 173 obras, la más antigua, Retrato de Boris Etlsin es de 1936, fue realizada todavía en la Unión Soviética cuando el joven aspirante a pintor tenía 16 años, esto es, antes del exilio de Victor Serge y su familia.
Con motivo de la exhibición, Vlady impartió una charla en el ciclo Venga a tomar café con... el martes 21. Tuvo muy buen público, pero se quejó de que pocos colegas suyos concurrieran. Dijo estar interesado en mantener diálogo con las generaciones recientes de artistas y reiteró un tema que le es consabido: la pintura ha sido dejada a un lado, porque una cosa es producir imágenes y otra hacer pintura, ésta ''tiene algo de sacro". No obstante, se mostró complacido con el MAM por exhibir su vena dibujística que es amplísima no sólo en cuanto a técnicas, sino en cuanto a modos expresivos. El tema, dijo, dicta el método para abordarlo, cosa que es perfectamente perceptible al observar las obras.
No estuvo muy conforme con la observación del investigador Alfonso Colorado (autor de uno de los textos del catálogo), porque éste lo comparó con Pessoa, el poeta de los muchos nombres, al aseverar que había una buena cantidad de modalidades en el quehacer de Vlady, como si fueran varios los artistas y no uno solo el objeto de la exhibición.
Se refirió ampliamente a los medios de información: ''La comunicación va a cambiar la especie (humana), la biología se convierte en inteligencia. El solo hecho de informarnos continuamente nos ha sacado de nuestra privacía... No soy un devoto de la información, porque creo que hay que nutrirla y no siempre está bien nutrida''.
En otro momento volvió a su tema predilecto, la pintura: ''El cuadro se convierte en una gema y tiene vida de cinco o seis siglos. Pensemos en Van Eyck o en Holbein... Cézanne era genio y el genio aporta algo a la sobrevivencia de la humanidad. Lo demás son billetes de la lotería que no aportan ni un reintegro... Pintura es escribir en vivo, y la pintura moderna puede ser cadaverina". A pregunta mía, específicamente sobre el dibujo, respondió: ''Siempre hay que dibujar y dibujar y volver a dibujar" y eso es lo que ilustra la muestra que estará vigente en la Sala Antonieta Rivas Mercado del MAM hasta el 4 de marzo. Ojalá pudiera presentarse en algún otro ámbito, pero eso es algo que todavía no se concreta.
A pregunta específica acerca de la razón que lo llevó a retirar su participación en el Salón Bancomer, respondió: el dinero tiene que proteger el arte con inteligencia. Insinuó que estuvo en desacuerdo con la selección realizada para ese salón, añadiendo que las crisis en la cultura hoy día son planetarias, ''y la juventud es frágil". Mostró preocupación por los jóvenes trayendo a colación el problema de la drogadicción. ''La droga y el sexo no sustituyen al espíritu, lo exaltan, sí, pero eso es todo y es efímero".
Inevitablemente, algunas personas del público le hicieron preguntas relacionadas con la política. El artista fue escueto y tajante: ''que los políticos se vuelvan hombres de responsabilidad... Se puede ser mártir, pero no víctima''.
Alfonso Colorado expresó de viva voz que encontraba a Vlady ''complejo, prolífico, diversificado e influyente como pensador crítico de la vida artística de este siglo". Vlady, a su vez, aseveró que gusta de escuchar ideas contrarias a las que él profesa, siempre que estén bien argumentadas. Añadió que ''su coherencia es distinta a la del curador (Tomás Parra), que ''su orden no es el suyo". (Yo diría que esta circunstancia es feliz). Eso provocó que, como espectador de su propia obra, tuviera la sensación de contemplar sus trabajos como si los viera por vez primera. Pero al mismo tiempo ''sería mentiroso si dijera que no puedo darme cuenta de ciertos aspectos de mi trabajo".