Ť Ambos candidatos se entrevistan con potenciales miembros de su gabinete
Bush negocia ya en Washington la transferencia del poder
Ť Gore pediría al secretario del Tesoro, Lawrence Summers, que continúe en el cargo
Ť Siguen las acusaciones mutuas sobre supuesta manipulación del voto y golpes de Estado
Ť Los equipos demócrata y republicano envían actores a Florida a organizar manifestaciones
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 28 de noviembre Ť La contienda por la presidencia de Estados Unidos se ha convertido en una compleja obra de teatro de segunda categoría, con directores despachando aviones llenos de actores a Florida, para participar en manifestaciones "espontáneas", y guionistas encargados de coreografiar actos "tipo presidencial", como la decisión del republicano George W. Bush de enviar a su equipo de transición a Washington hoy para comenzar a negociar la transferencia del poder.
Aunque esta contienda aún no se acaba y nadie ha sido nombrado presidente, y nadie ha concedido la derrota, el punto en este momento es aparentar ser presidente electo (y con ello, proyectar al contrario como el perdedor).
Andrew Card, el hombre nombrado por Bush como su jefe de gabinete de la Casa Blanca, dijo hoy que el candidato republicano iniciará esta semana una serie de entrevistas con potenciales miembros de un gabinete presidencial, y hasta es posible que anuncie algunos nombramientos este viernes (entre estos figura el general Colin Powell, como secretario de Estado, y Condelezza Rice, como Asesora de Seguridad Nacional). Los republicanos han establecido el 4 de enero como el día en que iniciarán su proceso de aprobar en el Senado federal los nombramientos de secretarios.
Card informó que Bush, en un gesto de conciliación, podría nombrar a algunos demócratas en su gabinete. "Tuvo a demócratas en su administración en Texas, así como a republicanos", dijo a CNN. "Y creo que uno puede esperar que él haga lo mismo como líder del país".
La Casa Blanca ofreció a Bush sesiones de información sobre seguridad nacional de la CIA, un privilegio ya gozado por el candidato demócrata Al Gore en su calidad de vicepresidente en el gobierno de Bill Clinton.
Espérense un momento, dicen los demócratas. Hoy, Al Gore se reunió con el secretario del Tesoro, Lawrence Summers, con la justificación pública de conversar sobre la economía, pero los estrategas de Gore sugirieron en forma sutil a la prensa que el demócrata también está evaluando a posibles miembros para su gabinete presidencial, y considera pedirle a Summers quedarse en su puesto. Fotografías del encuentro, con la imagen presidencial de Gore, fueron distribuidas a los medios esta tarde.
Mientras tanto, la batalla de relaciones públicas entre ambas campañas continúa en las calles de Florida. El equipo de Gore despachó al reverendo Jesse Jackson a ese estadi del sur para promover protestas, en las que el líder de derechos civiles alegó, con ecos de la histórica lucha de derechos civiles de Martin Luther King, que los negros fueron privados deliberadamente de su derecho al voto en Florida, porque sus sufragios no han sido contados. "El Departamento de Justicia tiene una obligación legal para proteger a ciudadanos amenazados o privados de su derecho al voto", declaró Jackson en una manifestación de varios cientos de personas en Tallahassee, Florida.
"Protegieron a Elián, pero dejaron desprotegidos a miles de floridianos", afirmó, en referencia al balserito cubano. Acompañado por varios representantes federales y líderes de la comunidad negra, Jackson estáexigiendo al Departamento de Justicia en Washington que investigue la supuesta irregularidad en el conteo de votos.
Por otro lado, continuaron las acusaciones mutuas sobre manipulación del voto, "golpes de Estado", judiciales, amenazas a las instituciones y fundamentos democráticos de esta "sociedad libre", así como la intimidación de autoridades electorales por "bandas" en Florida. El representante federal de Nueva York, Jerrold Nadler, sostuvo que "el olor del fascismo está en el aire" en Miami, al denunciar las tácticas de acosamiento de las supuestas "bandas" republicanas.
Los gobernadores republicanos de Nueva Jersey, Montana y Nueva York también se encuentran en ese estado sureño para apoyar la causa de Bush. Según Wall Street Journal la campaña de Bush ha pagado viajes y estancias de asesores legislativos republicanos en Florida para participar en "manifestaciones espontáneas".
"Gore miente", se lee en una pancarta distribuida por el partido, mientras otra reza: "Gore, se acabó. Acéptalo". El grupo conservador Judicial Watch, organización que pagó parte de las cuentas para promover el caso contra Clinton --que culminó con el intento de destitución--, también acudió a Florida para hacer su propia evaluación del conteo de las boletas.
Detrás de todo este teatro y la batalla de relaciones públicas, los dos bandos siguen con la batalla legal que determinará el curso de la contienda. Abogados de ambos candidatos entregaron sus argumentos por escrito a la Suprema Corte de Estados Unidos, instancia que realizará una audiencia este viernes para considerar la apelación de Bush para desechar todos los resultados del recuento manual en Florida.
Mientras tanto, un tribunal del estado realizó una audiencia para escuchar la solicitud de la campaña de Gore de proceder con otro recuento de boletas disputadas --parte del proceso de impugnación-- que resultará, según los abogados del candidato demócrata, en un conteo final, completo y preciso de la voluntad del pueblo en Florida.
Además, hay otras acciones legales (la cadena ABC calculó que en total hay 24 demandas o acciones judiciales pendientes o en proceso) en torno a esta disputada elección. Un problema que se empieza a perfilar es la situación de lo que ocurriría si la Suprema Corte acepta el argumento de Bush y anula el recuento manual en Florida, y los tribunales de ese estado dan curso a la impugnación presentada por Gore, y como resultado el recuento demuestra que el demócrata ganó más votos. Una posibilidad es que todo podría acabar con la anulación implícita del voto de casi 6 millones de ciudadanos en Florida.
A todo esto, en otras maniobras en torno a la elección, un comité de la legislatura estatal de Florida, controlada por los republicanos, comenzó hoy a evaluar la posibilidad de que esa instancia declare el triunfo de Bush.
Según la Constitución estadunidense, las legislaturas estatales tienen el derecho de determinar la forma en que seleccionan a sus integrantes del colegio electoral, que se reunirá el 18 de diciembre para seleccionar al próximo presidente del país. Si desea hacerlo, la legislatura estatal tiene derecho de nombrar a la delegación de 25 "electores" que Florida enviará al colegio electoral, ignorando así el voto popular de la entidad.
De acuerdo con esta la ley federal, los integrantes del colegio electoral de cada estado deben estar seleccionados para el 12 de diciembre, y hoy los líderes republicanos de la legislatura estatal de Florida señalaron que si para esas fechas el voto popular aún está estancado en disputas judiciales, transferirán la conformación de la delegación al colegio electoral.
El único requisito es que esos nombramientos deberían ser aprobados por el gobernador. Por casualidad, el mandatario es Jeb Bush, hermano del candidato presidencial republicano, y, por lo tanto, la delegación muy probablemente sería aprobada.
Aun está por determinarse qué tipo de obra de teatro se está realizando ?drama, comedia, tragicomedia, melodrama o una obra infantil?, y aun no se sabe si hay héroes, quiénes son los buenos y los malos, y si hay una moraleja. Lo único que se sabe es que todavía no estamos en el último acto.