MIERCOLES 29 DE NOVIEMBRE DE 2000

 


Ť Emilio Pradilla Cobos Ť

La izquierda y la ciudad de México

En los próximos diez o 15 años, el país atravesará por un periodo de dominio neoliberal en lo económico y ultraconservador en lo político y cultural, por lo que la izquierda y el PRD-DF, en particular, tienen la necesidad y obligación de construir e impulsar una propuesta política para la ciudad de México que profundice los logros del gobierno Cárdenas-Robles, recupere el terreno electoral perdido y, sobre todo, arraigue en los capitalinos una cultura política democrática, igualitaria, incluyente, equitativa, contemporánea y transformadora, que proyecte a la izquierda, a la ciudad y a sus habitantes hacia el futuro. Esbozamos algunos de los muchos temas que deberían ser parte de esta propuesta.

Una política para toda la Zona Metropolitana, la ciudad real, acordado e impulsado conjuntamente por militantes y gobernantes del DF y los municipios conurbados, cuya meta sea la constitución de una autoridad, un parlamento e instituciones metropolitanas, y la aplicación de políticas económicas, sociales y urbanas para la gran concentración urbana, haciendo valer su peso cuantitativo y cualitativo a nivel nacional.

Una política económica diferente a la neoliberal, cuyo objetivo sea el crecimiento sostenido, ambientalmente sustentable y con equidad distributiva, que ponga en primer plano la recuperación del dinamismo global, el impulso a la micro, pequeña y mediana empresa, integrada y competitiva, para el mercado interno y externo; la creación de empleo estable y bien remunerado, la recuperación del salario real perdido, y la absorción del trabajo precario e informal, mediante la reconversión e impulso a la industria, a la economía rural, a los servicios especializados a la producción y a los trabajadores, y al turismo patrimonial y ecológico. Una política para reconstruir el mundo del trabajo y transformarlo cualitativamente, basada en el respeto y ampliación de los derechos de los trabajadores.

Una política social que garantice en calidad y cantidad a todos los habitantes, los derechos humanos, sociales y constitucionales a la alimentación, la salud, la educación, la vivienda, la recreación y el medio ambiente apropiado, para lo cual hay que atender las necesidades particulares de niñas y niños, mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad, excluyendo el asistencialismo permanente y la discrecionalidad. Una política cultural que asegure a todos el acceso a la cultura y a la información nacional e internacional de calidad, tolerante, plural y abierta a lo diferente; que asuma los modernos medios de comunicación e información como forma de relación social y no sólo como medio de propaganda, que destierre la violencia, vaya en sentido contrario al monopolio y a la manipulación de la información, y propicie la contracultura y la contrainformación.

Una política ambiental que proteja el medio natural, apropiado y preservado por todos, como condición de supervivencia. Un proyecto territorial que integre a la ciudad fragmentada, elimine las áreas de exclusión y violencia, preserve y amplié el disfrute de lo público, elimine las barreras al uso de la ciudad por las niñas y niños, mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad; que cree un hábitat de calidad para todos.

Un proyecto político democrático y sin autoritarismo, que sustente la soberanía local y los derechos plenos para sus ciudadanos; un estado de derecho asumido democráticamente y respetado por todos; la plena garantía de los derechos de todas y todos, en primer lugar de las mujeres, adultos mayores, niños y niñas, jóvenes, minorías étnicas, y quienes son diferentes. Un diseño institucional eficaz, eficiente, s, con continuidad republicana y seguridad para los servidores públicos, que respete a los ciudadanos y esté basado en la confianza; que incluya cuerpos de seguridad y de justicia rectos, eficaces, equitativos, en quienes confíe la ciudadanía. Una ciudad sin violencia, por ser democrática, justa, incluyente, equitativa, y porque todos tienen garantizado el acceso al empleo, el ingreso justo, los servicios básicos de calidad y el disfrute de un hábitat de calidad.

Un partido de izquierda, unificado por un programa político aplicado por sus legisladores y gobernantes, realmente democrático, sin clientelismo ni grupos de interés, abierto a los trabajadores, a los intelectuales, a profesionistas, a las capas medias de productores y trabajadores y a sus organizaciones, y nutrido por sus ideas e intereses, sensible y articulado a las nuevas formas de movilización social y ciudadana; que haga de la política el centro de la acción y sepa ubicar la lucha electoral en su justo lugar; un partido diferente que encabece la lucha política por una ciudad diferente.