DOMINGO 3 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Los militares se retiraron de Amador Hernández, dice el general Maldonado


Confirman el repliegue de 10 mil soldados en Chiapas

Juan Balboa, corresponsal/ I, San Cristóbal de las Casas, Chis., 2 de diciembre Fuentes de la Secretaría de Gobernación y de la Séptima Región Militar confirmaron que, con el objetivo de alentar y agilizar los contactos con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el presidente Vicente Fox Quesada aceptó el repliegue de unos 10 mil soldados y la desaparición de al menos 30 campamentos militares de las tres principales zonas de conflicto: Selva, Altos y Norte, los cuales se sumaran a los 53 retenes militares y unos mil 500 elementos castrenses que fueron retirados entre el viernes y el sábado en las regiones mencionadas.

El repliegue castrense será el segundo signo del gobierno foxista para que los zapatistas acepten la primera reunión formal con el nuevo representante de paz, Luis H. Alvarez, y se implementen los mecanismos para iniciar un nuevo diálogo con el EZLN, sin condiciones, dijeron las fuentes.

La Séptima Región Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) aseguró aquí que finalizaron los patrullajes militares en la zona de conflicto, y confirmó que unos mil 500 elementos del Ejército Mexicano se retiraron de unos 53 retenes y puestos de vigilancia castrenses ubicados en las tres principales zonas de conflicto: Selva, Altos y Norte.

El general Adrián Maldonado Ruiz, jefe del Estado Mayor de la región, confirmó que cientos de militares se retiraron de la comunidad de Amador Hernández, municipio de Ocosingo, ubicada en la reserva de la biosfera Montes Azules, y se concentraron en el cuartel militar de San Quintín, este último a unos 20 kilómetros del poblado La Realidad, donde el subcomandante Marcos dio una conferencia de prensa.

El militar aseguró que el repliegue de las tropas de Amador Hernández y de los mil 500 elementos que se concentraban en los retenes militares, realizado unas horas después de la toma de posesión de Vicente Fox Quesada, se ha efectuado sin ningún incidente y en completa calma.

Puntualizó que los mil 500 elementos del Ejército movilizados desde el viernes se encontraban en los retenes, puestos de control o de vigilancia instalados en comunidades de la zona de conflicto, primordialmente en aquellas en donde existe una amplia presencia de simpatizantes y militantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

El general Maldonado no quiso opinar sobre si el repliegue del Ejército Mexicano ponía en riesgo la estabilidad de la región.

La propuesta de repliegue de las tropas y el reacomodo de campamentos castrenses en los municipios de Ocosingo, Las Margaritas, Palenque, Tila, Chenalhó y San Andrés Larráinzar, principalmente, la diseñó el equipo del nuevo secretario de la Defensa Nacional, general Ricardo Gerardo Clemente Vega, y el documento, según la fuente, ya fue avalado por el presidente Fox.

De acuerdo con ese proyecto, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) concentraría la mayoría de los militares en 13 polos castrenses ubicados en las tres zonas de conflicto: San Quintín, Monte Líbano y Boca Lacantún, y la cabecera municipal de Ocosingo, este último sede de la 39 Zona Militar; Guadalupe Tepeyac, Amparo Agua Tinta y Nuevo Momón, en el municipio de Las Margaritas; la cabecera municipal de Comitán (sede del principal Regimiento de Caballería Motorizada): Palenque; El Limar, en el municipio de Tila; Majomut y las cabeceras municipales de Chenalhó y San Andrés Larráinzar.

El proyecto de repliegue y reacomodo de las tropas federales incluyen la desaparición de la mayoría de los campamentos en las cañadas de Patihuitz, Las Tazas y Taniperla. También la reducción de los campamentos en el municipio de Chenalhó (actualmente existen 20); la desaparición de por lo menos tres campamentos en San Andrés Larráinzar, y El Bosque.

En los últimos cinco años, aprovechando la orden presidencial del 9 de febrero de 1995, el Ejército Mexicano estableció un cerco militar en unos diez municipios -principalmente en la selva Lacandona- y, en ese lapso, construyó más de 60 campamentos castrenses.

Actualmente 80 por ciento de las comunidades ubicadas en la principal zona de conflicto -Ocosingo, Margaritas, Altamirano y Palenque-, donde habitan milicianos o simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, según los gobiernos del estado y federal y la Secretaría de la Defensa Nacional, existe un campamento militar (la mayoría de ellos con helipuerto), ubicados a tan sólo 500 metros de los poblados zapatistas; en otras, invadieron la pistas aéreas rurales, y en varios casos viven alrededor o dentro de la población indígena; el caso más importante es el de la comunidad de San Quintín, en el municipio de Ocosingo, considerado el principal centro de operaciones de los grupos castrenses de elite.

De acuerdo con datos proporcionados por comunidades de la región, organizaciones indígenas de los cuatro municipios, organismos no gubernamentales y la observación directa, se ha confirmado que el Ejército federal ha logrado penetrar y establecerse en la mayoría de las cañadas y valles en donde han sido detectados milicianos y bases de apoyo de los zapatistas, y alrededor del poblado de La Realidad, en donde mantiene su principal campamento el subcomandante insurgente Marcos.

De Roberto Barrios a Guadalupe Tepeyac; de Altamirano a Boca Lacantún; de Amparo Aguatinta a Las Tazas; de Ocosingo a San Quintín, o de Palenque a Comitán, unos 25 mil soldados pertenecientes a dos zonas militares -31 (San Cristóbal de Las Casas) y 39 (de Ocosingo)- están distribuidos en unos 80 campamentos.

Existen en la zona unos 25 batallones de infantería y motorizados, además de unas dos docenas de grupos de operaciones especiales, centros de adiestramiento e ingenieros constructores.

La penetración de los militares ha sido sigilosa, aprovecharon la orden del ex presidente Ernesto Zedillo para empezar la penetración a las comunidades zapatistas, pero sobre todo fueron ganando posiciones estratégicas mientras se desarrollaba el diálogo de San Andrés Larráinzar.

El Ejército federal inició desde el 10 de febrero de 1995 una guerra de posiciones, sin contrincante, que lo ha llevado a mantener presencia en las principales cañadas y valles de los cuatro municipios en donde existe presencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, apoyado por los proyectos interinstitucionales de los gobiernos estatal y federal; pero sobre todo camuflado por una supuesta labor social o de asistencia a la población civil, el Ejército Mexicano ha logrado posicionarse poco a poco en el corazón zapatista.